Nerva, los intereses tóxicos de la ponzoñosa basura

25 de Julio de 2020
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fernando

Lacrisis de la minería onubense, a finales del pasado siglo, llevó a colar en lasproximidades de Nerva al mayor vertedero de residuos tóxicos de Andalucía y unode los mayores de Europa. Lo que se pretendía como una solución al brutalimpacto sobre el empleo por el cierre de las minas se ha convertido en el mayorquebradero de cabeza para una población y una comarca necesitada de empresasproductivas, sin que el vertedero haya cumplido las perspectivas mínimas deprogreso que se pretendían para Nerva y la cuenca minera. Parece la historia interminable, ya que en más de dos décadas las ampliaciones se han ido sucediendo ynadie ha buscado una alternativa para este controvertido y ponzoñoso basurero yaún se pretenden nuevos usos y nuevas ampliaciones.

El peso de la evidencia se impone. La mierda no la quiere nadie, en Nerva tampoco, pero durante 22 años los habitantes de esta Villa onubense han tenido y tienen a las puertas de sus casas uno de los mayores vertederos de productos tóxicos de Europa, con las molestias, incomodidades y especialmente peligro que ello representa, además de significar un inmenso atentado ecológico en una importante zona protegida. Las poderosas grandes empresas petroquímicas tienen en Nerva la solución a sus desechos más contaminantes, convirtiendo el tóxico vertedero en un pozo sin fondo y sin vislumbrar una ‘fecha de caducidad’, al no existir un plan ordenado para su cierre y la búsqueda de alternativas. La población nervense está cansada de la situación, con prórrogas sucesivas a la insalubre actividad, mientras que las administraciones responsables siguen sin buscar soluciones, apostando por lo más fácil, que es dar continuidad a lo que se consintió en los años noventa. Hoy la empresa Ditecsa y la Junta de Andalucía, en clara y escandalosa connivencia, de espaldas al vecindario, pretenden nuevos usos y la ampliación de las instalaciones, que con el beneplácito administrativo puede hacer que el vertedero continúe, durante muchos años más, con una actividad contestada y rechazada desde el ecologismo y la mayoría del movimiento asociativo civil. Las intervenciones de las asociaciones ciudadanas en las últimas reuniones mantenidas en el Ayuntamiento de Nerva no dejan lugar a las dudas sobre el rechazo generalizado que produce actualmente el vertedero.

La mierda no la quiere nadie, en Nerva tampoco, pero durante 22 años los habitantes de esta Villa onubense han tenido y tienen a las puertas de sus casas uno de los mayores vertederos de productos tóxicos de Europa

La escandalosa maniobra de laJunta de Andalucía, controlada ahora por el Partido Popular y Ciudadanos, depublicar durante el confinamiento por la Covid-19 el obligado trámite de informaciónpública y abrir el periodo de alegaciones para incrementar los usos y utilizacióndel vertedero en los próximos años, significala pérdida, una vez de más, de hacer lo que elvecindario espera, el anuncio del cierre de la actividad de este vertedero, oal menos establecer planes de desescalada para ello, pero tanto los intereses tóxicosde los poderosos grupos industriales y de la propia Administración autonómica, encubren las finalidades y nuevos usos delas instalaciones, a solo unos centenares de metros de las viviendas de losvecinos nervenses.

El pasado 1 de junio se conoció el inicio del trámite de información pública del proyecto presentado por la empresa Ditecsa Soluciones Medioambientales (DSM) -antes Befesa y antes Complejo Medioambiental de Andalucía-, con el objetivo de ampliar los usos actuales con nuevos rellenos y la construcción de tres plantas nuevas de tratamiento de residuos, lo que generará nuevos elementos contaminantes en la zona, sin considerar que se encuentra en terrenos BIC (Bien de Interés Cultural) y junto a un importante paraje protegido en torno al río Tinto, que va a desembocar donde se encuentra el más importante núcleo poblacional de Huelva, la propia capital.

La primera en la frente antelas intenciones de los grupos políticos que hoy gobiernan en la Junta deAndalucía, Partido Popular y Ciudadanos, con el respaldo de Vox, retratando sumayoría en el Parlamento andaluz, el pasado 24 de junio, a solo dos días de quese cerrara el plazo para presentar alegaciones sobre los planes de la empresaDitecsa. Ese día, la derecha votó en contra de la Propuesta No de Leypresentada por Adelante Andalucía, que pretendíaforzar la posición del Parlamento autonómicorechazando los nuevos proyectos que, tanto la empresa como la Junta de Andalucía,tienen para el vertedero de Nerva.

La sorpresa en esa votación la dio el PSOE andaluz que parcialmente se posicionó junto a Adelante Andalucía, para tratar de evitar los nuevos planes sobre el vertedero, justamente el partido que lo creó y lo apoyó durante más de dos décadas. El vertedero sin la interesada y continua actuación vergonzosa del PSOE-A nunca se hubiera instalado en Nerva y mucho menos se hubieran permitido los permisos en sucesivas ampliaciones.

Las intervenciones de las asociaciones ciudadanas en las últimas reuniones mantenidas en el Ayuntamiento de Nerva no dejan lugar a las dudas sobre el rechazo generalizado que produce actualmente el vertedero

El cambio de posición “parcial” del partido que hoy lidera Susana Díaz ha sidobien acogido por las asociaciones que luchan por el cierre del vertedero,aunque critican la tardanza en hacerlo y el que no haya apoyado claramente sucierre. De hecho, una parte de la propuesta se votó de forma separada, la quehacía referencia a la anterior propuesta aprobada en 2014, “para que la Juntade Andalucía inicie los trámites para la interrupción de residuos en elvertedero” y no fue apoyada por el PSOE. Es decir, el PSOE de Andalucía no seopone -en estos momentos- a la continuidad del vertedero, sino solo a suampliación y nuevos usos.

Izquierda Unida emitió un comunicado señalando que las iniciativas que se están llevando a cabo “servirán para que las administraciones competentes, como el Ayuntamiento de Nerva y la Junta de Andalucía, asuman que es imposible permitir la ampliación que pretende Ditecsa”. La portavoz de IU-Adelante Nerva, Dolores Cabello, insistía a Diario16 que el proyecto presentado “enmascara de manera administrativa lo que pretenden conste como una modificación del proyecto anterior, cuando no es realmente así, ya que el proyecto inicial se encuentra colmatado, rematado y fuera de vida útil, mientras se siguen acumulando residuos, pretendiéndose ahora un proyecto nuevo y distinto de lo que tenemos; por tanto, los trámites deben ser otros. Nos están engañando y la empresa actúa de manera chantajista”.

Justo durante el debate en elParlamento de Andalucía, Diario16 también habló con el alcalde socialista de Nerva, José Antonio Ayala, quien públicamente no se habíamanifestado a favor o en contra de los planes de la empresa pidiendo tiempo yconfianza, ya que “pretendo hacerlo cuando tengamos los resultados y cerremoslas mesas de diálogo abiertas con asociaciones y movimientos ciudadanos. Es elmarco en el que me pronunciaré y adoptaremos laposición que salga mayoritariamente de esas mesas”.  También lo ratificó frentea los vecinos en la primera mesa de dialogo. Sin embargo, los acontecimientosse precipitaron tras la votación en el Parlamento andaluz, por lo que, al díasiguiente, 25 de junio, desde el Ayuntamiento de la población minera la alcaldía emitió una carta-comunicado donde porprimera vez manifestaba oficialmente su desacuerdo con las modificaciones quepretende la empresa, a la vez que pedía un plan de transición, con uncalendario para el cierre del vertedero y una compensación permanente por losresiduos que quedarán en Nerva de por vida. Añadía que el Ayuntamiento habíacumplido con el trámite de alegaciones, insistiendo en que “el Gobiernomunicipal no respalda las modificaciones previstas.

La carta-comunicado fue repartida casa a casa, como días antes había hecho Alternativa Ciudadana pidiendo una consulta popular para que las administraciones conozcan sin manipulaciones la opinión real de los ciudadanos. Curiosamente, en la carta remitida por la alcaldía se indicaba que hacía pública esta decisión “para no generar más incertidumbres”, algo que venían solicitando reiteradamente las asociaciones vecinales y agrupaciones más implicadas, además de los partidos de la oposición.

El caso contrario, tras lavotación parlamentaria, lo vivió el líder delPartido Popular de Nerva, José Lozano, quiensiempre se ha mostrado implicado de forma clara y combativa contra laexistencia del vertedero, e incluso su formación local está integrada, junto a Izquierda Unida, en laAlianza contra el Vertedero. Decepcionado por lo ocurrido en el Parlamentoautonómico, él mismo emitió una dura nota avergonzándose de su propio partido, que pasó de “la abstención al no, cuando la primera postura estaba másque justificada por el proceso abierto de Autorización Ambiental que todavía nose ha resuelto”. Manifiesta Lozano a Diario16“el gran sufrimiento de Nerva por este asunto durante tantos años -y señala-que si no se ha buscado una alternativa en otro lugar es porque el vertederomueve muchos intereses, pero lo lógico es que dialoguemos y se busque una fechapara el cierre”. Sin embargo, el actual Partido Popular andaluz ha cogido eltestigo de la anterior administración socialista. No hay una respuesta a unplan de cierre ordenado. El gran perdedor, Nerva. 

La empresa de gestión Dictesa, también ha tenido la oportunidad de exponer su proyecto, al ser invitada por el Ayuntamiento para que explicara a los vecinos los planes sobre el vertedero, lo que ya se conocía a través de un publirreportaje en Huelva Información, desmintiendo que fuera a aumentar la capacidad autorizada y asegurando que su propuesta es realizar una inversión de  más de seis millones de euros para facilitar a las empresas contaminantes cumplir con la llamada Economía Circular,  incidiendo en los actuales depósitos, la gestión irresuelta  (y son 22 años) de las aguas y una planta para recuperar algunos residuos. El director general de Ditecsa (DSM), Manuel Roca, se acercó hasta Nerva para insistir en que el proyecto “no es una ampliación”, ni un aumento de las capacidades. “Un negocio debe avanzar y adaptarse y por eso hemos hecho esta modificación sustancial que se ajuste a una autorización medioambiental, que nos lleve a cinco, diez o veinte años”. Pretende tres modificaciones, “una sobre los vasos, que no implica aumento de capacidad, sino que el vertedero se cierre de la mejor forma posible cuando se complete la capacidad autorizada; otra sobre el tratamiento de aguas, buscamos acciones para que las aguas del vertedero se vayan ‘para afuera solas’ y el tercer punto realizar instalaciones de tratamiento de residuos auxiliares”. Y en este punto quedó claro que la empresa busca dar continuidad, con otros usos, a la instalación del vertedero para cuando ‘oficialmente’ se colmate, para lo que no dio fecha. “Evitar que la actividad y el negocio se acabe”, señaló textualmente Manuel Roca, y explicó las diferentes plantas industriales que quieren hacer para “seguir trabajando en Nerva”. Esto supondrá la construcción de nuevas instalaciones, “para mantener el empleo sin el depósito”. Y sorprendentemente los vecinos escucharon de su voz que la modificación sustancial que proponen “no tendrá un mayor impacto sobre el medio ambiente”. En el publirreportaje, publicado en el más importante medio impreso onubense, se remarca que este vertedero de Nerva “es esencial para el tejido industrial de Andalucía”, ya que da servicio a 800 clientes, que necesitan “contar con un centro de referencia de gestión de residuos y recuerda que da trabajo directo a 42 personas y “colabora económicamente con el Ayuntamiento de Nerva”.

Es decir, claramente se señalan los problemas que generaríael cierre a las empresas que producen esos residuos contaminantes y necesitaneste vertedero, pero Ditecsa no responde a ningún plan de desescalada,ni plantea ninguna fecha de cierre, ni siquiera contesta a la necesariarehabilitación de los terrenos incluidos en los planes iniciales y, sobre todo,no tiene en cuenta la oposición de los vecinos contra la existencia ycontinuidad del vertedero,chantajeando (recordando) los 42 puestos de trabajo y los algo más de 500.000euros anuales que entrega al Ayuntamiento de Nerva, necesarios hoy para el pagode nóminas y mantenimiento de servicios municipales. El alcalde, José Antonio Ayala, reconoció la miseria que recibeNerva por la existencia del vertedero y admitió que su partido “el PSOE(Andalucía) cuando ha gobernado no nos ha solucionado la vida, Nerva necesitaun trato distinto, un trato mejor”. La existencia del vertedero supuso, en la últimaliquidación para el Ayuntamiento de Nerva, 508.000 euros del canon de laempresa y 170.000 euros adicionales por impuestos ambientales de la Junta deAndalucía. Total, 678.000 euros.

Los vecinos recordaron a laempresa que las capacidades de los proyectos iniciales están superadas desdehace más de 15 años, ya que los vasos estánrebosados y se sigue vertiendo sobre ellos, por los recrecidos -aumento decotas- que se han ido produciendo. La empresa sostiene que aún quedan porrellenar 400.000 metros cúbicos para residuos peligrosos y hasta 1,8 millonesde metros cúbicos para los no peligrosos y se escuda en las autorizacionesobtenidas por las anteriores administraciones socialistas de la Junta deAndalucía, lo que ahora puede repetirse con la nueva administración PP-Cs. Sinembargo, el representante del PP local, José Lozano, dejó claro su rechazo frontal a losnuevos planes “condenando a Nerva 12 años más,porque parece que el vertedero nunca va a dejar de colmatarse, permiso traspermiso. No queremos una planta de tecnosuelos que tantos problemas ha creadoen Galicia, ni una chimenea de diez metros de altura echando humo continuamentea solo 700 metros del pueblo. No lo quiero”.

Sin embargo, los planteamientosde la empresa pasan por esos nuevos usos para el vertedero bajo el eufemísticonombre de “economía circular”, exigiendo nuevasinstalaciones. Desde Ecologistas en Acción, se cuestionan las líneas defendidaspor Ditecsa, tanto en lo que se refiere al no aumento de capacidad, obviandolos recrecidos que se producen, como a la utilidad y fines de las nuevasplantas industriales proyectadas, lo que por sí mismo constituye un incrementode superficie habilitada, ya que se quiere ampliar la capacidad aumentando lacota de coronación para el sellado de los vertidos y montar fábricas para otrosusos en los terrenos acotados.

Juan Romero, de Ecologistas enAcción, es claro, y ante Diario16 sostieneque “la empresa sabe que el vertedero está lleno. No se ha cumplido ninguno delos planteamientos por los que nació, ni se ha mantenido el necesario controladministrativo en una actividad tan sensible como es el control de residuos tóxicos.La empresa lo que quiere es cobrar dos veces, una por depositar en Nerva losresiduos y la otra por vender los que sean sometidos a manipulación para serreutilizados otra vez en el mercado. Pretende así prolongar en el tiempo elsupermercado de residuos haciendo doble negocio”. Preocupa la contaminación ylos olores que generarían las nuevas plantas, una de biomasa (caldera) paragenerar electricidad, otra de tecnosuelos y otra de combustibles sólidos desustitución.

Los ecologistas están muy preocupados porque nunca seha resuelto el problema de las aguas. Por el vertedero pasaban dos arroyos, elde El Ventoso y el de El Canario, que crean bolsas de aguas que quedan bajo elvertedero. Ambos arroyos unidos desembocan en el río Tinto. Laempresa montó las instalaciones encima del arroyo hasta el punto de que laConfederación Hidrográfica del Guadiana llegó a paralizar la utilizacióndurante un tiempo. Sellaron la salida de las aguas, pero estas buscan escapar yterminan llenando los vasos donde se depositan los residuos. Según Ecologistasen Acción, “ese es el principal problema que sigue teniendo el vertedero, lasaguas de lluvias y las subterráneas, lo que les obliga a vertido cero, para quetraten las aguas sin que lleguen al río Tinto. Nunca arreglaron el problema, yaque los excedentes de aguas no tratadas -incluso bombeando los vasos- siguenllegando al río Tinto. La Administración andaluza hasido incapaz en toda la historia del vertedero de actuar eficientemente contraestas irregularidades que significarían un delito penal, gracias a la defensaejercida por el potente gabinete jurídico del que se ha dotado la empresa”.Ahora quieren instalar una planta nueva para tratar residuos líquidos externos,lo que necesita el permiso de la llamada cuenca Atlántica (Tinto-Odiel-Piedras) y en opiniónde Juan Romero, “estaríamos ante un nuevo atentado al verter esos líquidos,junto a las aguas de los vasos, unos 250.000 metros cúbicos, que llegarían alrio Tinto. Es un disparate, que los vertidos afecten al ecosistema de bacteriasy microorganismos del río Tinto, con un gran interés científico, actualmente en estudio, estandoademás el vertedero y el río en una zona calificada como Bien de Interés Cultural (BIC), siendo el río consideradoPaisaje Protegido y además se ubica en una zona de especial conservación por laUnión Europea”. Parece que la Junta mira, como siempre para otro lado, gobiernequien gobierne. La palabra clave la tendrá Cultura que puede parar estosproyectos, ya que está también en juego que la zona minera del ríoTinto pueda ser declarada Patrimonio de la Humanidad. Con el vertederoplenamente funcionando y sin horizonte de cierre las pretensiones tienen pocasposibilidades de éxito.

La situación es muy críticaante el peligro que supone que la Junta de Andalucía acceda a autorizar losnuevos planes de Detecsa, lo que ha reavivado a los colectivos ciudadanos deNerva y la cuenca minera que se oponen a nuevas alteraciones y usos delvertedero y, especialmente, claman por su cierre. El debate público se hareactivado, no solo por los proyectos de la empresa, sino por la connivenciamostrada por la Junta de Andalucía que ha aprovechado los inconvenientes delconfinamiento por la Covid-19 para iniciar los trámites de alegaciones. Laciudadanía ha respondido y prepara nuevas acciones, ya que no se entiende quetras 22 años de actividad de un vertedero de productos tóxicos peligrososninguna Administración autonómica, sobre la que recae laresponsabilidad, haya sido capaz de elaborar un plan de cierre de un vertederoque ha excedido con mucho los fines para los que fue creado. No recibe solo losresiduos andaluces de las provincias limítrofes, sino que llegan residuos deotras zonas de España y hasta de países europeos.

Losvecinos están cansados de padecer, a menos de un kilómetro de sus casas, uno delos mayores basureros de productos tóxicos y peligrosos de Europa. Losaccidentes de camiones con productos tóxicos, los incendios, los malos olores,las filtraciones y los vertidos incontrolados al río Tinto son algunas de lasincomodidades y peligros que soportan los vecinos de Nerva (algo más de 5.000 habitantes) que quieren plantarse ante unos planes que podríanalargar la venenosa actividad hasta mediados de los próximos años treinta.En esta ocasión, la acción ciudadana unida está decidida a parar el grandespropósito.

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