Piden a la Generalitat Valenciana nombres que recuerden la represión para los lugares de memoria

31 de Mayo de 2022
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Campo de Concentración Albatera

La Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), el colectivo de ámbito estatal que inició las exhumaciones científicas de fosas comunes en el año 2000, ha solicitado a la Generalitat Valenciana que los lugares de represión, torturas, detención ilegal y asesinatos, como el campo de concentración de Albatera, sean denominados con respecto al daño que produjeron a la sociedad quienes los crearon.

La ARMH reclama que no se utilice para ellos el término "memoria democrática" que oculta y camufla a los verdugos, despeja del contenido el hecho de los crímenes y reproduce la cultura de la impunidad a través de un lenguaje que ni enuncia, ni denuncia, las violaciones de derechos humanos cometidas en estos espacios. Quizá deberían denominarse lugares de represión franquista o algo similar. 

La noticia de que se pretende denominar lugar de memoria democrática al campo de concentración de Albatera pone de manifiesto el uso de un lenguaje que invisibiliza a los verdugos, que esconde sus crímenes y no señala esos espacios cómo territorios del terror y la violencia ejercida por los franquistas.

De ese modo se les modifica el significado de lo ocurrido en ellos y se convierte en insignificante el dolor y el padecimiento de quiénes fueron allí, y en otros lugares, encerrados y enterrados contra su voluntad y sufrieron todo tipo de violencias físicas y psicológicas como castigo por no haber apoyado el golpe de Estado del 18 de julio de 1936.

Llamar a un campo de concentración lugar de memoria democrática es un eufemismo cómo lo sería llamar al campo de concentración de Auschwitz o al de Gusen, en el que murieron tantos republicanos españoles,  lugares de memoria democrática o lugares de memoria judía o lugares de memoria gitana o lugares de memoria republicana de una manera aséptica y que esconde el terrible significado de lo ocurrido en ellos.

La petición de la ARMH termina exigiendo “que revisen la denominación que se utiliza para los lugares de memoria democrática y utilicen un lenguaje que conserve y denuncie la memoria de las atrocidades que se cometieron en ellos, dónde miles de personas fueron convertidas en víctimas y donde quienes dieron un golpe de Estado en julio de 1936 ejercieron una inmensa violencia para imponer su ideología fascista sobre una sociedad que había votado libre y democráticamente la elección de su Gobierno en febrero de 1936”.

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