Varias ONG han vuelto a pedir protección para la infancia migrante cuando se cumplen diez años de la muerte del niño sirio Aylan Kurdi tras un naufragio en las costas de Turquía.
Aylan, de tres años, murió en 2015 al naufragar el bote en el que viajaba con sus padres hacia Grecia en busca de un futuro mejor. Su imagen se convirtió en símbolo del drama que viven las personas refugiadas en todo el mundo.
En este sentido, la directora de Influencia, Programas y Alianzas de UNICEF España, Lara Contreras, ha asegurado en declaraciones a Europa Press que “la imagen de Aylan fue un shock para todos” y “algo tan extremo que generó la reacción de los países y de la sociedad en general”.
Según UNICEF, en los últimos diez años, han muerto en el Mediterráneo central 3.500 niños aproximadamente, uno cada día. En este sentido, Contreras ha reclamado una estrategia nacional para la atención, protección e integración plena en la sociedad de los niños migrantes, planes contra el racismo y medidas como que los medios adopten códigos de conducta que eviten la estigmatización.
“El Estado en su conjunto -gobierno central y comunidades autónomas- debe garantizar los derechos de los niños y niñas que llegan a nuestros país”, ha asegurado para añadir que ningún niño debe crecer “con miedo” y que “todos tienen derecho a sentirse seguros y protegidos, sin importar de donde vengan, ni sus orígenes”.
Asimismo, Contreras ha explicado que las organizaciones llevan “meses” trabajando y pidiendo el fin del conflicto en Siria, pero que “fue la imagen de Aylan en la orilla la que generó reacción”. “Al principio todos los países asumieron cuotas para recibir a refugiados sirios, pero en la mayoría de los casos no se han cumplido. Además, se generó también un debate en la Unión Europea que derivó en el Pacto de Migración y Asilo, que tiene luces y sombras”, ha expuesto.
También se ha referido a los discursos de odio contra los menores migrantes y su calado en la sociedad. “Hace 10 años todos estábamos conmocionados. Quienes se arriesgan a morir en el mar lo hacen esperando que su situación al llegar sea mejor. Pero llegan y su situación no es la que pensaban. Además, los mensajes de que los niños y niñas vienen a delinquir están calando cada vez más. Cada persona, cada niño o niña que migra, tiene los mismos derechos, entre ellos a una acogida digna”, ha subrayado.
Por su parte, la directora de Influencia y Desarrollo Territorial de Save the Children, Catalina Perazzo, ha destacado que los niños que migran “no son números” sino “sujetos con derechos”. “Cada vida infantil que se pierde en el mar es el precio de unas políticas que priorizan el control fronterizo sobre la protección. España puede liderar en la Unión Europea un modelo que sitúe el interés superior del menor en el centro”, ha indicado.
En este sentido, ha recordado que la organización ha denunciado recientemente “fallos sistémicos” en la identificación, acogida y tutela de niños y adolescentes a las puertas de la Unión Europea, mientras los Estados miembros “endurecen” sus controles migratorios ante la entrada en vigor del nuevo Pacto sobre Migración y Asilo, prevista para junio de 2026.
“Hace diez años conocíamos la muerte de Aylan y hace diez años nuestra organización empezaba su intervención con infancia migrante y refugiada en España. Llevamos diez años trabajando con niños y niñas que dejan sus hogares atrás en busca de protección y no siempre la encuentran, diez años de fronteras que siguen sin ser lugares seguros para la infancia y diez años de crecientes restricciones y obstáculos para llegar sanos y salvos a un lugar de refugio”, ha señalado Perazzo.
Igualmente, Perazzo ha dicho que hay “un sinfín” de niños y adolescentes siguen muriendo intentando llegar a Europa, “aunque no los veamos en los medios de comunicación”. “La muerte de Aylan pudo ser un antes y un después, pero somos testigos de que la infancia migrante y refugiada sigue esperando que sus derechos sean respetados”, ha lamentado.
Para la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), la muerte de Aylan es el resultado de unas políticas de migración y asilo “enfocadas en la contención y la disuasión, en lugar de la protección”.
CEAR ha señalado en un comunicado con motivo del aniversario de la muerte del niño sirio que para lograr la protección efectiva de la infancia migrante “urge poner en marcha vías legales y seguras de acceso al procedimiento de asilo que eviten obligarles a arriesgar sus vidas en rutas cada vez más peligrosas”. “Es necesario poner fin a los acuerdos de externalización de fronteras con terceros países, así como a las devoluciones ilegales y sumarias, asegurando que sus derechos sean respetados y protegidos en todo momento”, ha apuntado.
En el marco de la Unión Europea, la ONG considera necesario promover el principio de solidaridad y responsabilidad compartida, defendiendo la creación de un mecanismo permanente de cuotas obligatorias de reubicación entre los distintos Estados miembros.
“En España será fundamental implementar el Nuevo Pacto Europeo sobre Migración y Asilo desde un enfoque que priorice la protección de las personas y la garantía de sus derechos, con especial atención a las niñas y niños en línea con el derecho internacional y europeo en materia de derechos humanos; así como reforzar complementariamente el sistema nacional de protección de la infancia para garantizar la seguridad y dignidad de los niños y niñas en riesgo de explotación y violencia, especialmente de quienes migran solos. La vida de miles de niños y niñas está en juego”, ha concluido.