Ecologistas en Acción ha analizado el crecimiento de las Viviendas de Uso Turístico (VUT) y su repercusión en el precio de la vivienda de alquiler en 23 ciudades distribuidas por la geografía española. Ha estudiado también la distribución geográfica de las VUT en Madrid, Barcelona, Vigo, València, Málaga y Alicante. Mediante un desglose del número de VUT existente por distrito "queda patente que en las seis ciudades estudiadas hay una alta concentración de VUT en los centros o cascos históricos, y en el caso de ciudades costeras también en las zonas de primera línea de playa". Aseguran que esta concentración en los barrios o distritos afectados multiplica hasta 10 veces el índice de turistificación medio del municipio.
El informe señala que aunque Madrid es la ciudad con más VUT en términos absolutos (18.837), en términos relativos su concentración (12,3 VUT por cada mil viviendas) no es tan alta como en otros municipios. Pero al analizar la situación desglosada por zonas se descubre que en un solo distrito de Madrid, distrito Centro, se concentra el 42,6 % de las VUT. Sucede lo mismo en Barcelona, los distritos de Ciutat Vella y L’Eixample concentran el 57,7 % de las VUT del municipio. La mayor concentración de VUT en estos distritos lleva aparejado un incremento del precio del metro cuadrado de vivienda en alquiler por encima de la media del municipio. Así, en el centro de Madrid sube un 18,4 % y en Ciudad Vella en Barcelona, un 12,6 %.
De las ciudades medianas más afectadas destacan Málaga, Valencia y Alicante, con un índice de 30,3; 23,7 y 23,0 de VUT por cada 1.000 viviendas respectivamente, duplicando e incluso triplicando el índice promedio de Madrid capital. Se llega al extremo de que en barrios como el de Ciudad Jardín en Málaga un tercio de las viviendas son de uso turístico. Esta proliferación de las viviendas de uso turístico en estas tres ciudades tiene su reflejo en el precio de la vivienda de alquiler. Málaga es la ciudad mediana con más alto precio de vivienda alquiler, 14,50 €/m2, un precio que supera la media de las ciudades similares a ella (9 €/m2) y que se aproxima más al precio de las ciudades grandes y más caras, como Barcelona o Madrid. También sufre Valencia este incremento en el precio de alquiler, con 14,2 €/m2 y Alicante, en menor medida,con 11,9 €/m2. Esta subida aún es mayor en los barrios más turistificados, así en el centro de Málaga hay un encarecimiento del 7,9 % de la vivienda respecto a la media del municipio. Un 25,2 % para Ciutat Vella en Valencia y hasta un 16,7 % para la Albufereta en Alicante.
En la cornisa Cantábrica, sólo Santander experimenta un alto índice de VUT (20,3 por cada mil viviendas) y un precio de alquiler (9,4 €/m2) por encima de la media de las ciudades semejantes en tamaño de población. Pero la tendencia de otras ciudades como Gijón, A Coruña y Vigo es de un alto incremento de VUT, tanto en el crecimiento interanual del último año (21,4 %, 27,9 % y 36,8 % respectivamente) como en el acumulado en el periodo 2020 a 2024, con unos porcentajes de crecimiento de 95,0 %, 84,0 % y 113,2 % respectivamente. Ecologistas en Acción alerta de que, "si se mantiene esta tendencia, en poco tiempo estas tres ciudades tendrán una alta concentración de VUT por cada mil viviendas, lo que repercutirá rápidamente en el precio de la vivienda".
El informe también estudia lo que está sucediendo en los territorios de mayor masificación turística, tomando como ejemplo los municipios de Ciutadella de Menorca en Baleares, La Oliva y Arona en las Islas Canarias y Salou en la Costa Daurada. Todos estos municipios tienen un índice altísimo de VUT por cada mil viviendas, llegando al caso extremo de La Oliva, donde más de un tercio del parque de vivienda es para uso turístico. La afección al precio de la vivienda de alquiler no es por igual en estos pequeños municipios turísticos, pero cabe señalar que La Oliva con 16,4 €/m2, Arona con 17,1 €/m2 o Ciutadella de Menorca con 13,0 €/m2 tienen unos precios por metro cuadrado muy por encima de la media de ciudades pequeñas. Por esta razón, la organización ecologista denuncia que "en los territorios insulares, y en algunas zonas del litoral peninsular del Mediterráneo, con una intensidad turística tan alta las relaciones sociales, políticas y socioeconómicas de la población están totalmente condicionadas y determinadas por un modelo turístico de monocultivo intensivo".
Como contrapunto, ciudades con menos intensidad turística como Zaragoza, Valladolid, Logroño, León, Salamanca o Cáceres tienen un bajo índice de VUT en sus parques de vivienda y unos precios de alquiler de vivienda muy inferiores a la media.
Dentro de las conclusiones del informe, la organización ecologista señala que "la proliferación de viviendas vacacionales en todos los rincones ha turistificado los pueblos y los barrios residenciales donde habitaba la población residente. Este hecho, unido a la falta de regulación y previsión por parte de las instituciones, ha generado una problemática social que no hace más que agravarse: la falta de vivienda asequible. La utilización de estas para alquileres temporales asociados al turismo provocan una enorme escasez de vivienda destinada al uso residencial y de larga temporada, por lo que la población residente ve mermado su derecho constitucional de acceso a la vivienda".
Dentro de las ciudades no hay una distribución regular de las VUT, sino que estas se suelen concentrar en los cascos históricos o, en el caso de urbes costeras, en las zonas de primera línea de playa. Esto multiplica la intensidad de turistificación que sufren estos barrios llegando a determinar la realidad socioeconómica de su población residente.
Gentrificación de los barrios más turistificados
Ecologistas en Acción denuncia que el encarecimiento de la vivienda y la merma de calidad de vida está gentrificando los barrios más turistificados. La población residente es desplazada de sus barrios hacia otras zonas residenciales según sus capacidades económicas. Esto rompe relaciones sociales y genera desarraigo en la población desplazada, pero también en las familias que resisten en su barrio, pues pierden relaciones de amistad o familiares de proximidad con la gentrificación.
Asimismo, la organización ecologista alerta de que el desplazamiento de la población residente y el aumento drástico de la población flotante también afecta directamente al comercio local de estos barrios. Desaparece la diversidad de comercios y bajo el monocultivo turístico solo florecen tiendas de souvenirs y cafeterías. Un comercio totalmente dependiente de la afluencia turística y de muy bajo valor añadido.