La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como “un estado de bienestar en el que el individuo es consciente de sus capacidades puede enfrentarse a las exigencias normales de la vida y trabajar de forma productiva y fructífera, y es capaz de contribuir a su comunidad”. Y las enfermedades mentales como “los problemas psíquicos y la tensión emocional, las disfunciones asociadas con los síntomas de angustia y los trastornos psíquicos diagnosticables, como la esquizofrenia y la depresión”.
La salud mental es para todos los días
En el Día Mundial de la Salud Mental, el sindicato UGT ha pedido que la salud mental sea considerada enfermedad profesional. En una rueda de prensa, Pepe Álvarez, secretario general de UGT y Ana García de la Torre, secretaria de Salud Laboral han presentad el informe: “Salud mental y trabajo”, en la necesidad de atajar una problemática que se está convirtiendo en una lacra social en nuestro país.
El trabajo es uno de los ámbitos que en mayor medida afecta la salud física y mental de las personas y, en los momentos actuales, en los que el trabajo ha sufrido y está sufriendo cambios continuos y sustanciales en su organización, esa afectación puede dar lugar a importantes problemas de salud mental.
Teletrabajo y Salud mental
El teletrabajo, el incremento en el uso de información, el empleo de las tecnologías de comunicación, la expansión del sector servicios y la utilización creciente de la externalización y la subcontratación son algunos de los grandes ejes de ese cambio al que, en los últimos años, hay que añadir el miedo a la pérdida del puesto de trabajo, el miedo al desempleo.
La falta de trabajo o la pérdida del mismo pueden tener efectos negativos sobre la salud mental. Los desempleados tienen un riesgo de depresión que es el doble del de las personas que tienen empleo. Por otra parte, cuando el trabajo está mal organizado, aparecen los riesgos psicosociales, que pueden tener efectos negativos sobre la salud mental y el bienestar de las personas que trabajan.
El estrés y la depresión
El estrés es la respuesta que aparece en las personas cuando las demandas y presiones derivadas de su trabajo no se ajustan apropiadamente a sus conocimientos y destrezas, superando su capacidad para hacer frente a aquellas. Los orígenes del estrés pueden encontrarse, principalmente, en el contenido del trabajo, el ritmo y la carga de trabajo, la organización del tiempo de trabajo y el nivel de participación y control en la toma de decisiones.
Si el estrés se mantiene durante un período prolongado puede dar lugar a enfermedades mentales (depresión o ansiedad) dando origen a una incapacidad para el trabajo que puede llegar a ser permanente. El estrés originado por el trabajo está asociado también a problemas físicos tales como infartos de miocardio, hipertensión, úlceras gástricas, dolor de cabeza, cuello y espalda, problemas dérmicos y escasa resistencia a las infecciones.
La influencia del trabajo en la salud mental
Para Ana Gracia de la Torre, “la influencia del trabajo en la salud mental es clara”. Las condiciones de trabajo “influyen significativamente en la salud mental de las personas trabajadoras”, denuncio en la presentación del informe. Los riesgos psicosociales de origen laboral, sino son gestionados adecuadamente, “pueden llegar a materializarse en daños para la seguridad y salud de las personas trabajadoras”.
La secretaria de Salud Laboral de UGT cree que los problemas de salud mental en el trabajo “deben ser abordados de forma decidida para acabar con ellos y garantizar así el derecho fundamental de las personas trabajadoras a entornos seguros y saludables”.
Precariedad
Esta precariedad laboral afecta a la salud mental de las personas trabajadoras. El no tener empleo, la dificultad para abandonar el desempleo y las condiciones del puesto de trabajo de aquellos que lo tienen, son factores que influyen en el desarrollo de enfermedades mentales. Desde UGT, hacen un llamamiento a todos los agentes implicados para que, juntos, se actué y consigamos acabar con esta lacra.
Es una realidad que las personas trabajadoras están sufriendo las consecuencias de una deficiente gestión de los riesgos psicosociales y organizativos en sus puestos de trabajo. Todos conocemos personas trabajadoras estresadas por los altos ritmos de trabajo, la conectividad permanente, la imposibilidad de desconectar o la sobrecarga de tareas y la alta intensidad de estas. Tampoco podemos olvidar a aquellas que sufren acoso laboral, lo que les provoca cuadros depresivos y de ansiedad.
Sanidad pública deficiente
Se están gestionando riesgos del Siglo XXI con un sistema del Siglo XX, por lo que es importante avanzar y adaptarse a la nueva realidad del mundo del trabajo de forma urgente. Desde UGT, denuncian que los problemas de salud mental en el trabajo deben ser abordados de forma decidida para acabar con ellos y garantizar una protección adecuada de la seguridad y salud de las personas trabajadoras.
Es cierto que los factores individuales pueden favorecer la aparición de problemas mentales, pero también hay evidencia que las condiciones laborales, si no son las adecuadas, pueden generar o empeorar los problemas de salud mental. Por lo tanto, es importante poner el foco de atención en las condiciones en las que se desempeña el trabajo, evitando aquellas que afectan negativamente a la salud mental de las personas trabajadoras.
El coste de la depresión
Según el Ministerio de Sanidad, el coste de la depresión en nuestro país supera los 6.000 millones de euros, y las pérdidas de productividad por bajas laborales y prematuras representan el 67% de esos 6.000 millones de euros. Esta enfermedad será el principal problema de salud en 2050 y en España cada día se suicidan 11 personas, siendo la primera causa de muerte no natural en nuestro país y la primera causa de muerte en la población entre 15 y 29 años”.
La secretaria de Salud laboral ha recordado que la llegada de la pandemia COVID ha provocado “un aumento del 25% de la ansiedad y la depresión general en todo el mundo”, y hay colectivos muy vulnerables a esta problemática, “como las mujeres, los migrantes o las personas mayores. De los 363 casos notificados sobre patologías no traumáticas clasificadas como trastornos mentales y del comportamiento entre 2017 y 2020, el 58% correspondieron a mujeres y el 42% a hombres”.
Solucionar el problema, no penalizar al afectado/a
Para el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, estos datos son “extremadamente graves”. “En 2023 llevamos, hasta 1 de octubre, 451.646 bajas laborales por salud mental; el mes de mayo del 2023 fue el mes récord en la historia con 56.600 incapacidades laborales temporales por salud mental (superando los meses de confinamiento del 2020 que eran 51.000 bajas); los días de baja por trastornos mentales son ya el 15% del total (17% en las mujeres, 12,4% en los hombres) y las bajas por trastornos de salud mental tienen una duración media de 108 días, solo superado por los tumores y los problemas circulatorios”.
“Nuestro país tiene un problema muy serio con la salud mental en el trabajo que hay que atajar de manera inmediata. Debemos debatir sobre la salud mental desde la perspectiva de solucionar el problema, no desde la necesidad de penalizar a las personas que están sufriendo estas enfermedades”, ha denunciado Pepe Álvarez.
El estrés, el acoso psicológico, el síndrome del trabajador quemado
En este sentido, el secretario general de UGT ha reclamado la necesidad de “situar en el centro del debate los temas de salud mental derivados del trabajo. El estrés, el acoso psicológico, el síndrome del trabajador quemado, la discriminación de las mujeres en el trabajo…son una parte importante de las causas de esta cuestión. Pero también los salarios bajos, las horas extraordinarias, la dificultad para conciliar la vida personal y profesional, el paro de larga duración y las malas condiciones de trabajo”.
“No se valoran las consecuencias de la digitalización en la salud mental de las personas. Los call centers, por ejemplo, trabajan 7 horas de jornada completa en lugar de 8, por todo el estrés que padecen. Las plataformas digitales es otro hervidero de problemas de salud mental. En los sectores de la salud, la educación, el financiero o el de la administración local también debemos mostrar especial atención en relación a esta problemática”, ha considerado Álvarez.
Propuestas de UGT
Pepe Álvarez ha señalado la necesidad de abordar una serie de medidas de manera inmediata, centradas en “elaborar, con la participación de los interlocutores sociales, una directiva especifica de seguridad y salud en el trabajo comunitaria dirigida a regular la gestión de los riesgos psicosociales en las empresas; actualizar la Ley de Prevención de Riesgos Laborales para adaptarla a las nuevas realidades del trabajo, introduciendo las evaluaciones y las medidas preventivas relacionadas con la salud mental y los riesgos específicos de la digitalización en la empresa; impulsar una normativa diferenciada sobre la gestión de los riesgos psicosociales de origen laboral; y dotar de perspectiva de género a la prevención de riesgos laborales”.
Protocolos contra el estrés laboral, la violencia en el trabajo y el acoso laboral
Además, el secretario general de UGT ha reclamado “negociación, en el seno de las empresas, de protocolos contra el estrés laboral, la violencia en el trabajo y el acoso laboral; garantizar la reparación del daño a la salud mental, así como evitar que vuelva a suceder, actuando desde una perspectiva preventiva”
Reclama una actualización del listado de enfermedades profesionales español, para que sean incluidas las patologías derivadas de la salud y las enfermedades mentales vinculadas al trabajo. formar y dotar de herramientas a las personas trabajadoras para que puedan identificar y saber actuar ante las distintas situaciones que pueden afectar a su salud mental y que tienen lugar en el entorno laboral.
También reclama articular “un Plan de Choque contra la Siniestralidad Laboral de forma urgente, a través de la apertura de una Mesa de Dialogo Social, que contemple la reducción de la incidencia de los riesgos psicosociales entre la población trabajadora”.
Para Pepe Álvarez, es igualmente importante la “creación de una figura a nivel estatal, similar a la del Delegado/a Territorial de Prevención de Riesgos Laborales, existente en algunas comunidades autónomas; incrementar las inversiones en salud mental, tanto las empresas como las administraciones; promover la gestión preventiva en el seno de la empresa, evitando la externalización masiva”
La salud mental y las mutuas
El sindicato quiere abordar “la falta de calidad de la gestión preventiva de los servicios de prevención ajenos, a través de una revisión y modificación de la Orden TIN/2504/2010 de 20 de septiembre”. Para ello es necesario promover “la aprobación de una nueva normativa de Mutuas que vele, realmente, por los intereses de la salud de todos los trabajadores y trabajadoras y la erradicación de las malas prácticas realizadas por algunas mutuas en la gestión de las contingencias profesionales; y reforzar los medios humanos y materiales de la Inspección de Trabajo, con el fin de que vigile el cumplimiento de la Ley, cumpliendo con la recomendación de la OIT de disponer de un Inspector/a por cada 10.000 personas trabajadoras”.