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Susana se queda

18 de Enero de 2019
Actualizado el 02 de julio de 2024
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SUSANA DÍAZ-PARLAMENTO
Susana Díaz se queda. ¿Cuál es el proyecto político de la ex presidenta de la Junta de Andalucía? Su pormenor es muy simple: quedarse. Los acontecimientos se convierten en historia post factum, cuando se realizan. Entonces vemos hasta qué punto se ha estado a la altura de las responsabilidades proclamadas y las obligaciones contraídas. En toda la peripecia de Díaz en los últimos años, la política ha sido una excusa sin dignidad que encubrían sus intereses personales mediante un mesianismo chabacano en el que nunca dejaba de haber un pedazo sacramental para cada secuaz, ya que se argumentaba cínicamente como el maná del desierto, cuyo sabor era según pedido del paladar. Cuando la política, o su simulacro o su impostura, se reducen a una escala minimalista de pensamiento y obra, sobresalen las groseras estratagemas de trazo grueso y mezquina malicia, sucedidos que resultarían de mucha risa si no fuera porque la ambición, soberbia y pedantería patológica que los provoca pone en grave riesgo a un partido centenario como el socialista y al mismo porvenir de España.Como es sabido la militancia desautorizó democráticamente el modelo “susanista” político y de partido que, en realidad, se sustanciaba en ungir de un mesianismo incondicional a la ex presidenta de la Junta de Andalucía. Contradicho el poder que creía suyo por la mayoría de las bases, en el congreso federal posterior a las primarias el sector “susanista” de la delegación andaluza obvió los debates ideológicos y programáticos para disfrutar de la noche madrileña. El “susanismo” en su reducto del sur no está dispuesto a coser nada que antes él no haya descosido y que el órgano ejecutivo federal del partido actúe en su feudo como in partibus infidelium lo cual supone una grave transgresión a la unidad del socialismo. En estas circunstancias, no sería ocioso que se explicitara, si fuera posible, cuál es la aportación del “susanismo” al bagaje ideológico de la izquierda. La volubilidad de la sola lucha por el poder personal no es suficiente. Como escribió Azaña la política no está hecha para gente frívola.El “susanismo” como fariseazo ha constituido toda una paradoja en el formato dialéctico y en la praxis con respecto a su explícito sustentáculo con respecto a la derecha, no solamente, manteniendo tesis parejas en asuntos sustanciales, sino favoreciendo el mantenimiento en el poder de los conservadores a costa de la candidatura de su propio partido y, para ello, crear facción y dividir al socialismo español. Es decir, una pulpa nutritiva muy favorable a la derecha y contraproducente para un socialismo que quisiera recomponer su espacio ideológico y político. Susana Díaz hilvana las derrotas, que son propias, no del PSOE que la ex presidenta ha desnaturalizado para servirse de sus siglas, en ese afán desmedido por quedarse, porque no tiene ningún sitio a donde ir, después de toda una vida viviendo de la política. Empero, ¿qué ocurrirá ahora con la red clientelar sin el inmenso abrevadero de la Junta de Andalucía? A pesar de lo que dijera el espadón de Loja, el general Narváez, resistir no siempre es vencer.
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