En un evento sin precedentes desde hace 25 años, Taiwán ha sido azotada por un terremoto de magnitud 7.2. El sismo, ocurrido a las 7:58 de la mañana del miércoles (hora local), ha sacudido con violencia la costa oriental de la isla, dejando un saldo inicial de siete personas fallecidas y más de 700 heridas, según reportes del gobierno taiwanés y la agencia de noticias Reuters.
La ciudad de Hualien, situada en una región montañosa y poco poblada de la costa este, ha sido la más afectada por este desastre natural que ya se cuenta entre los más graves de la historia reciente de Taiwán.
El mayor terremoto en Taiwán en 25 años
Este terremoto se convierte en el de mayor magnitud registrado en la isla desde 1999, año en que otro sismo causó aproximadamente 2.400 muertes y cerca de 10.000 lesionados. Las autoridades han emitido advertencias sobre la posibilidad de réplicas, que podrían alcanzar magnitudes de entre 6,5 y 7,0 en los días siguientes. Hasta el momento, se han sentido más de 58 temblores secundarios, dos de los cuales superaron la magnitud 6.
El epicentro del terremoto se ha localizado a 25 kilómetros al sur-sudeste de Hualien, con una profundidad de 15,5 kilómetros. Las repercusiones del temblor han sido vastas, provocando corrimientos de tierras, carreteras fracturadas, vehículos aplastados y edificaciones parcial o totalmente derruidas. Imágenes desoladoras de grúas derribadas y casas en peligroso desequilibrio han inundado las redes, mostrando la magnitud de la catástrofe.
Además, el seísmo generó una alerta de tsunami en las islas japonesas de Okinawa, que fue retirada poco después. La fuerza del terremoto se sintió incluso en Hangzhou, China, ubicada a más de 700 kilómetros de distancia.
La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, ha instado a la población a mantenerse alerta ante las réplicas y ha enfatizado la importancia de la seguridad. Hasta el mediodía, se han reportado 933 incidentes relacionados con el terremoto en toda la isla, con una concentración significativa de ellos en la ciudad de Nuevo Taipéi.
La tragedia ha impactado también en el sector tecnológico, crucial para Taiwán y el mundo. La isla, que produce alrededor del 60% de los semiconductores globales y el 90% de los más avanzados, ha visto cómo su principal compañía, TSMC, se veía forzada a detener operaciones y evacuar algunas de sus fábricas. Otros fabricantes de chips han tomado medidas similares, cerrando instalaciones por precaución y realizando inspecciones para evaluar daños. Este terremoto no solo deja tras de sí una estela de destrucción y luto, sino que también plantea desafíos significativos para la economía local y global.
