La invasión de Ucrania por parte de Rusia fue un acto de guerra ilegal. De eso no hay ninguna duda. Las tropas rusas invadieron un territorio soberano sin que hubiera una provocación previa. Desde entonces, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky ha estado pidiendo a los países de la OTAN y de la UE el suministro constante de armas para expulsar a los invasores de su territorio.
Ante las atrocidades del ejército ruso, Ucrania ha estado recibiendo armamento defensivo y diferentes tipos de equipamiento entregado por diferentes países.
Sin embargo, las peticiones de Zelensky han ido subiendo de calibre a medida que las tropas invasoras cedían terreno y se veían las costuras reales de un ejército que pasaba por ser uno de los mejor equipados del mundo. En cambio, el mundo ha visto las graves carencias militares de Rusia.
En esta última semana, las potencias de la OTAN y de la UE han estado debatiendo sobre la posibilidad de entregar tanques al ejército de Ucrania, tal y como había pedido Zelensky. Los carros de combato son un tipo de armamento ofensivo y, en consecuencia, la entrega de tanques podría ser considerada por Rusia como una provocación. Alemania, en un principio adoptó una postura reticente a proveer sus Leopard a Ucrania. No obstante, las presiones recibidas por el país germano han hecho que, finalmente, suministre estas armas, como también lo hará España.
Una vez conseguido esto, Zelensky no ha parado en sus peticiones y, en el día de ayer, reclamó que los diferentes países le entreguen misiles de largo alcance y aviones. Si, finalmente, los Estados miembro de la OTAN y de la UE ceden a las reclamaciones del presidente ucraniano, Rusia no tendría ningún problema en atacar a otros países. La razón es que con ese armamento, Ucrania tendría la capacidad bélica de lanzar esos misiles contra ciudades rusas, incluida Moscú, o realizar incursiones aéreas en territorio de la Federación Rusa.
En concreto, el presidente ucraniano afirmó que «hablé con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. También debemos abrir el suministro de misiles de largo alcance a Ucrania, es importante, también debemos ampliar nuestra cooperación en artillería, debemos entrar en el suministro de aviones para Ucrania. Y esto es un sueño. Y esta es la tarea. Una tarea importante para todos nosotros».
No hay nada que alegrara más a Zelensky que Vladimir Putin lanzara misiles contra alguna de las capitales de la Unión Europea. Helsinki, Estocolmo, Oslo, Varsovia e, incluso, Berlín, están a una distancia para que los misiles rusos impactaran sin que estos países tuvieran capacidad de reacción.
Esta situación obligaría a una internacionalización del conflicto con la intervención de la OTAN. Eso es lo que pretende Zelensky: ganar una guerra de la mano de una organización a la que Ucrania no pertenece a costa de lo que haga falta.
La trampa del presidente de Ucrania es obvia. Ya que no logró que la OTAN enviara tropas, pretende conseguirlo a través de la provocación a Rusia con la entrega de armamento.
Ni Estados Unidos, ni la UE y la OTAN no pueden caer en la misma. Ayudar a Ucrania ante la invasión ilegal de Rusia es correcto…, hasta que deja de serlo. A Zelensky le dan igual la vida de los ciudadanos alemanes, españoles, polacos, finlandeses, suecos, portugueses, neerlandeses, belgas o italianos. Su único interés es ganar y humillar a Rusia. Eso ya está en otra dimensión en la que occidente no puede entrar. Hay miles de millones de vidas en juego.