Lo del PSOE de hoy, por pasos:Paso#1: Se presentan a las elecciones en contra (furibundamente) de un gobierno del PP.Paso#2: Las pierden (no furibundamente, pero casi) frente al PP.Paso#3: Pero el PP no puede gobernar.Paso#4: Ellos le dan el Gobierno.Paso#5: El resto les llama traidores.Paso#6: Se rasgan las vestiduras, gritan, lloran y juran venganza.Bueno, pueden estar sucediendo dos cosas: Que los de las vestiduras rasgadas nos estén tomando el pelo, o que realmente no se den cuenta de qué supone lo que acaban de hacer para la gran mayoría de sus votantes y militantes. Confieso que esta segunda posibilidad es la que más miedo me da.***
El PP ha convertido la política en una cloaca. Es el partido que ha hecho del robo y la mentira un hábito de gestión pública. Ahora mismo se sienta en el banquillo. Han dicho de ellos que están asociados “para delinquir”.Hombre, yo ya no entro en las cosas de la justicia social, de los derechos humanos, de la pobreza, de la educación y la sanidad públicas, de su machismo, de los recortes sociales… Y mira que si el PSOE este fuera socialista, solo por esto ya se tendría que poner colorado. No entro. Voy a lo otro.Lo que acaba de hacer el PSOE es blanquear la corrupción. Acaba de demostrar que un partido cuyas prácticas corruptas llenan los juzgados puede volver a gobernar. Y que es gracias a ellos. Cuando el presidente de la Gestora, Javier Fernández, ante el juicio de la Gürtel dijo que era cosa del pasado, temblé. Porque todo lo anterior –miseria, frío, recortes, dolor– son consecuencias de esto.***
Esta mañana publicábamos la noticia de que todo lo dicho, la humillante inmolación del PSOE, responde a las presiones que han recibido desde eso que llaman Casa Real y que incluye, además del Rey, algunos rincones poco iluminados del estado. Y también presiones desde Europa, y a la preocupación “militar”. A mí esto de “militar” no me ha gustado, la verdad.Me ha hecho gracia, eso sí, comprobar que en el centro de las “preocupaciones” no esté Podemos sino Cataluña. Ay, farsantes.He recibido muchos comentarios al respecto, no todos ellos buenos, ni siquiera dignos. Pero me gustaría destacar algo curioso: A las personas maduras –pongamos más de 60– no les ha parecido extraña la noticia. Es más, lo daban por hecho. A muchos de los más jóvenes –pongamos menores de 40– les parece sencillamente ciencia ficción.Ay.Si circunscribimos nuestro análisis de lo político a los partidos, el resultado no solo será pueril e incomprensible, sino que nos robará cualquier arma para responder de forma crítica a estas cosas peludas que nos toca vivir.***
Me escribe un amigo alemán que ha seguido la investidura (amigo tirando a conservador, tirando a muy rico): “No os entiendo. Visto lo visto, los del PP encima se van a creer que lo han hecho bien. Lo próximo: Blesa o Rato, ministros de Economía. ¿Qué os pasa en España?”No sé qué contestar.***
Tanta policía, tanta valla. Tanta ignorancia sobre lo que sucede fuera de los muros del Congreso.***
Hoy me retiro con una sensación espesa, húmeda. Me ha tocado vivir ya varias investiduras. Ninguna como esta. Sobre todo durante la sesión de hoy, me ha acongojado la sensación de que la obra estaba mal escrita, mal interpretada, mal iluminada. Algo en la actuación no casa. Hay algo no mostrado, triste, pardo y polvoriento.Creo que, por su bien y por el nuestro, el PSOE debería darnos una explicación de qué es lo que han hecho hoy, de verdad. De verdad de la buena.***
Mañana no escribo este diario. El lunes vuelvo, y espero que se me haya ventilado este pesar de dentro.