El catedrático en filosofía y pedagogo, José Antonio Marina, ha aportado su propia explicación del ascenso de Alvise Pérez y su formación política Se acabó la fiesta. Lo ha hecho en el programa Conspiranoicos, donde aseguró el pasado jueves: “Si tomamos decisiones sin comprender lo que pasa aceptamos ser manipulados” antes de señalar que el ser humano tiene una especie de proclividad a ser timado. “En el fondo hay mucha gente que quiere ser timada”. O dicho de otra manera, en este país había 800.000 ardillas pardillas que votaron al líder de SALF (hoy en problemas con la Justicia por una presunta estafa piramidal) en las pasadas elecciones.
Por un lado, según el filósofo, el ser humano adquiere información y, por otra parte, genera un pensamiento crítico que hace una pregunta elemental que es usted cómo lo sabe. “La inteligencia humana es crédula por esencia, un niño se cree todo lo que se dice. Lo que tenemos que explicar es por qué dejamos de creer en ciertas cosas”, añadió. “Sin embargo, a pesar de eso, guardamos nichos de irracionalidad, que son muy fuertes y que una vez configurados son muy difícil desmontarlos y cuesta mucho trabajo”, añadió. Finalmente, ha explicado que estos nichos llegan a nosotros “tanto por lo sentimental como por algo que estoy trabajando, que es una vacuna contra la estupidez”.
En su blog, Marina recuerda que “durante la pandemia todos hemos oído hablar de la inmunidad de rebaño, que es una especie de vacuna social. En el tema que tratamos puede darse también. Tal vez la inmunización contra la estupidez tenga que hacerse a nivel individual y a nivel social. Y me inclino a pensar que este puede ser uno de los efectos del capital comunitario, del que tanto he hablado”.
Y pone ejemplos de autores que han tratado sobre la inmunización mental. “Ya he mencionado algunos de ellos. Andy Norman ha hecho un buen resumen en su libro Mental Immunity: Infectious Ideas, Mind-Parasites, and the Search fo a Better Way to Think (Harper, 2021). Christian Morel dedica el segundo volumen de la obra citada a presentar modos de evitar las decisiones absurdas. Steven Pinker ha dedicado su libro Racionalidad a estudiar factores de protección contra antígenos cognitivos. En Los ángeles que llevamos dentro identifica unos ángeles buenos que nos protegen: el Estado, el comercio, la feminización de la sociedad, la expansión de la empatía y la racionalidad”.
“¿Por qué un avión se estrella, porque la tripulación está tan ocupada en preparar al pasaje para un aterrizaje de emergencia que no se da cuenta de que el combustible se está acabando? ¿Por qué en la preparación de la invasión de Cuba en Bahía Cochinos nadie se percató de que se había cambiado el lugar de desembarco y no se habían corregido las rutas de protección? ¿Cómo es posible que en Estados Unidos los cirujanos operen a quien no deben operar o en una zona que no debían operar cuarenta veces a la semana? La historiadora Barbara Tuchman en La marcha de la locura, (FCE, 1989) ha estudiado la insensatez de algunas decisiones históricas en que una mala decisión se mantiene a sabiendas de que estaba equivocada. No me cabe duda: la vacuna contra la estupidez es urgente”, añade el catedrático.
Además, asegura que la relación de las vacunas con los virus “abre otra línea en mi Archivo”. “En el mundo digital la palabra está siempre presente. Un virus puede entrar en nuestro ordenador y estropear su funcionamiento. ¿Hay virus mentales? Sí, todos aquellos elementos que se introducen en nuestra mente y la perjudican pueden considerarse un virus mental. Así lo hace Richard Brodie, que añade una precisión interesante: los virus son memes (Brodie, R., Virus of the Mind: The new science of the meme, 2009”).
El término “meme” fue inventado por Richard Dawkins. Al igual que un gen es la menor unidad de transmisión biológica, un “meme” sería la unidad más elemental de transmisión cultural. Se mantiene y se replica. Sostenía que muchos fenómenos culturales podían ser estudiados como epidemias y propuso elaborar una “epidemiología informativa” (information epidemiology). El concepto de “meme” (que ha sido trivializado por su uso en el mundo digital) es útil, aunque difícil de definir, pero establece relaciones que van dando mayor consistencia a la posibilidad de una “vacuna mental”. Por ejemplo, Albert Ellis, Aaron Beck, Martin Seligman y otros psicólogos cognitivos han estudiado el papel que determinadas creencias juegan en la aparición de problemas psicológicos. Lo que una persona piensa sobre su capacidad para enfrentarse con los problemas determina realmente esa capacidad. La baja autoestima provoca sentimientos depresivos. Esas creencias son “memes” y las terapias cognitivas consisten en intentar borrarlos. Las vacunas pueden aprovechar ese mismo mecanismo y utilizar memes beneficiosos. La elaborada por Seligman para prevenir contra la depresión consiste en adquirir un modo optimista de interpretar los hechos.