Fueron necesarios 24 agónicos días desde el desastroso debate que lo enfrentó en Atlanta a Donald Trump para que Joe Biden se rindiera a la evidencia: el presidente de Estados Unidos anunció este domingo mediante un mensaje sorpresa en la red social X que, a sus 81 años, ceja en el empeño de presentarse a la reelección el próximo mes de noviembre.
El mensaje de renuncia
“A mis compatriotas estadounidenses”, comienza el mensaje en el que Biden comunica que ser presidente “ha sido el mayor honor” de su vida. “Mi intención era la de buscar la reelección”, escribe, “pero creo que lo mejor para mi partido y para el país es que me retire y que me concentre únicamente en cumplir mis deberes en el cargo durante el resto de mi mandato”.
— Joe Biden (@JoeBiden) July 21, 2024
En el mismo mensaje, Biden defiende el legado de su tiempo en la Casa Blanca. "En los últimos tres años y medio hemos hecho grandes progresos como nación”, señala, subrayando que la economía estadounidense es “la más fuerte del mundo”. Además, menciona la reducción del precio de los medicamentos, el aumento de las prestaciones sanitarias, la aprobación de la primera ley para el control de armas en treinta años y la nominación de la primera jueza afroamericana en el Tribunal Supremo. Sin embargo, todos estos logros no bastaron para contrarrestar las crecientes dudas sobre su capacidad física y mental para seguir en el cargo, reflejadas en encuestas que auguraban una victoria de Trump.
El anuncio de Biden abre una nueva etapa en la política estadounidense, con el Partido Demócrata enfrentando la urgencia de encontrar un nuevo candidato a menos de cuatro meses de las elecciones. Kamala Harris, la vicepresidenta, se perfila como la sucesora natural. Harris, de 59 años, ha sido una figura prominente en la administración Biden y ha mantenido estrechos vínculos con los principales líderes del partido.
El desafío para Kamala Harris
La retirada de Biden y el respaldo inmediato a Harris presentan un nuevo escenario en la contienda electoral. La vicepresidenta ha sido señalada como la candidata más lógica para liderar la fórmula demócrata debido a su experiencia en la aplicación de la ley y su capacidad para galvanizar a una nueva generación de progresistas. Sin embargo, desde el principio, han surgido dudas sobre su viabilidad. Algunos demócratas han pasado por alto abiertamente su candidatura, mientras que otros han presionado por una convención abierta en agosto.
A pesar del apoyo de Biden, Harris enfrenta una batalla cuesta arriba. "Las mujeres negras son juzgadas con mayor dureza por la derecha, por la izquierda, por todos”, dijo Aimy Steele, fundadora y directora ejecutiva de The New North Carolina Project. La percepción pública y los ataques racistas y sexistas a menudo eclipsan sus logros y su capacidad para liderar. A pesar de estos desafíos, aliados como Halie Soifer, directora ejecutiva del Consejo Democrático Judío de Estados Unidos, subrayan la necesidad de apoyar a Harris frente a la misoginia y el racismo.
Los Desafíos internos y externos
Dentro del Partido Demócrata, no todos están convencidos de que Harris sea la mejor opción. La representante Alexandria Ocasio-Cortez advirtió que sería incorrecto asumir que Harris obtendrá el apoyo de todos los demócratas. “Esas personas están interesadas en eliminar todo el boleto”, dijo en una transmisión en vivo de Instagram.
A nivel nacional, Harris tendrá que enfrentarse a un electorado amargamente dividido. La posibilidad de que Donald Trump regrese al poder añade una capa adicional de complejidad. Los republicanos, conscientes del cambio potencial en la fórmula demócrata, ya han comenzado a atacar a Harris, calificándola de incompetente y socialmente torpe.
La renuncia de Joe Biden a la reelección marca un momento crítico en la historia política de Estados Unidos. Su legado, aunque significativo, no logró disipar las dudas sobre su capacidad para otro mandato. Kamala Harris, su sucesora designada, enfrenta una serie de desafíos tanto dentro como fuera de su partido. La cuestión ahora es si podrá superar estos obstáculos y convencer al electorado de que es la líder adecuada para guiar al país en un período de profunda división y cambio. La contienda de 2024 promete ser una de las más significativas y controvertidas de la historia reciente de Estados Unidos, con implicaciones duraderas para la dirección futura del país.