Un nuevo estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) presenta, por primera vez, un mapa donde se recogen los "puntos calientes" detectados en todos los continentes, excepto en la Antártida.
El estudio analiza las olas de calor de los últimos 65 años e identifica áreas en las que el calor extremo se está acelerando considerablemente más rápido que las temperaturas más moderadas, señala Eltiempo.com
Se trata de manchas gigantes, donde desde los últimos años, se han venido detectando olas de calor "muy por encima de lo que cualquier modelo de calentamiento global puede predecir o explicar", según recoge Europapress y en Tiempo.com
Se señala que el año más cálido registrado en la Tierra fue 2023, con una temperatura de 2,12ºF superior a la media del siglo XX, superando el récord anterior establecido en 2016.
Hasta ahora, recoge Eltiempo.com, las 10 temperaturas medias anuales más altas se han producido en la última década. Y con el verano más caluroso y el día más caluroso, 2024 va camino de establecer otro récord.
Las olas de calor extremas han afectado principalmente a los últimos cinco años, aunque algunas ocurrieron a principios de la década de 2000 o antes. Las regiones más afectadas incluyen la populosa China central, Japón, Corea, la península Arábiga, el este de Australia y algunas partes de África. Aparecen, además, los Territorios del Noroeste de Canadá y sus islas del Alto Ártico, el norte de Groenlandia, el extremo sur de Sudamérica y zonas dispersas de Siberia. En el mapa aparecen zonas de Texas y Nuevo México.
Datos sobre "puntos calientes" que recoge el estudio
El estudio publicado por PNAS, ofrece el primer mapa del mundo donde aparecen señalados los "puntos calientes" detectados en todos los continentes, excepto en la Antártida. Se pueden ver como "manchas gigantes".
"Los amplios e inesperados márgenes por los cuales los recientes fenómenos extremos a escala regional han roto récords anteriores han planteado interrogantes sobre el grado en que los modelos climáticos pueden proporcionar estimaciones adecuadas de las relaciones entre los cambios de temperatura media global y los riesgos climáticos regionales", señala el estudio.
"Se trata de tendencias extremas que son el resultado de interacciones físicas que tal vez no comprendamos del todo", dijo el autor principal Kai Kornhuber, científico adjunto del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Escuela de Clima de Columbia. "Estas regiones se convierten en invernaderos temporales". Kornhuber también es investigador principal en el Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados en Austria.
Los días más calurosos del año están aumentando a un ritmo dos veces más rápido que las temperaturas medias del verano. El pasado mes de septiembre se establecieron nuevos récords de temperatura máxima en Austria, Francia, Hungría, Eslovenia, Noruega y Suecia.
"Ensanchamiento de cola": así es como denominan los investigadores de este estudio a las tendencias estadísticas en los puntos anómalos. Sin embargo, cabe señalar que el fenómeno no ocurre en todas partes: el estudio muestra que las temperaturas máximas en muchas otras regiones son en realidad inferiores a lo que los modelos predecirían.
Concretamente, se señalan amplias zonas del centro-norte de Estados Unidos y el centro-sur de Canadá, así como partes interiores de Sudamérica, y gran parte de Siberia, el norte de África y el norte de Australia, donde el calor también está aumentando, pero los extremos están aumentando a una velocidad similar o menor a la que sugerirían los cambios en el promedio.
El estudio no consigue encontrar la causa de estos brotes de calor extremo.
Estudios anteriores desarrollados en Europa y en Rusia, se atribuyó este fenómeno de olas de calor y sequía a la "corriente en chorro", un río de aire de rápido movimiento que gira alrededor del hemisferio norte. Esta corriente parece estar desestabilizándose por el calentamiento del Ártico, lo que está siendo más rápido que en el resto del planeta. Y esto, podría estar siendo el generador de las "ondas de Rossby", que absorben el aire caliente del sur y lo depositan sobre las regiones templadas que normalmente no tienen estos picos de calor extremo. Pero esto no es más que una hipótesis, y no sería una razón convincente para explicar los puntos calientes.
Las olas de calor que se han ido produciendo durante años, habrían generado una desecación de la vegetación en la zona de Europa y Rusia, haciendo que las plantas tengan menos reservas de agua, evitando así que se evaporen en el aire, y propiciando que aumente también el calor.
Además de estos elementos, o factores, se habla de unas ondas atmosféricas de menor escala, que recogerían el calor de la superficie del océano Pacífico, trasladándolo hacia el este, entrando ya en tierra firme.