La digitalización está revolucionando el mundo laboral a un ritmo vertiginoso. El trabajo remoto, la inteligencia artificial y las plataformas digitales están transformando la manera en que las personas trabajadoras interactúan con sus empleos. Sin embargo, este cambio tecnológico no está exento de consecuencias. Durante la rueda de prensa celebrada por Marina Prieto, secretaria general de UGT Madrid, junto a Guillermo Fouce, presidente de la Fundación Psicólogos Sin fronteras, Leticia Fernández, secretaria de Salud Laboral y Medio Ambiente de UGT Madrid, Silvia Marina Parra, Directora General de Trabajo de la Comunidad de Madrid y Gerente del Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo de Madrid,se presentaron las conclusiones del estudio sobre los riesgos asociados a la digitalización, con un enfoque especial en los riesgos psicosociales y la salud mental de las personas trabajadoras.
El evento, celebrado en el Día Mundial de la Salud Mental bajo el lema "Trabajo y salud mental, un vínculo fundamental", ha puesto sobre la mesa datos alarmantes que apuntan a un deterioro creciente de la salud mental en el ámbito laboral.
Una bomba de tiempo: el impacto de la digitalización en la salud mental
Prieto dejó claro en su intervención que la digitalización, aunque ha aportado avances indiscutibles en términos de productividad y flexibilidad, también está aumentando los problemas de salud mental en el trabajo. Según los datos presentados, el 37% de las personas trabajadoras en España han declarado sufrir estrés, ansiedad o depresión como consecuencia directa de las condiciones laborales. Las bajas laborales derivadas de trastornos mentales no paran de aumentar: en 2023, se contabilizaron más de 600.000 casos, y las previsiones para 2024 no son más alentadoras.
La secretaria general de UGT Madrid hizo hincapié en que las mujeres son las más afectadas por esta situación, debido a que la digitalización ha introducido nuevos tipos de precariedad laboral, como la flexibilidad excesiva, la conectividad 24/7 y la falta de desconexión digital. Estos factores no solo están minando la salud mental de las personas trabajadoras, sino que también están deteriorando sus relaciones personales y aumentando el riesgo de trastornos psicosociales.
Riesgos invisibles: el lado oscuro de la tecnología
El estudio, elaborado por UGT Madrid, desvela que las nuevas tecnologías digitales están creando entornos laborales más exigentes y menos humanos. La automatización de tareas y el uso de algoritmos para supervisar y asignar el trabajo han generado una creciente sensación de deshumanización en el empleo. Cada vez son más las personas trabajadoras que se ven sometidas a una presión constante para cumplir con los objetivos dictados por máquinas, lo que está provocando un incremento en los casos de estrés laboral y problemas de salud mental.
"Estamos gestionando los riesgos laborales del siglo XXI con un sistema del siglo pasado", denunció Marina Prieto, subrayando la necesidad urgente de actualizar la normativa de prevención de riesgos laborales para adaptarse a los nuevos desafíos de la digitalización. El actual marco legislativo no contempla de manera efectiva los riesgos psicosociales derivados de la transformación digital, y las empresas, en su mayoría, siguen sin reconocer la gravedad del problema.
Salud mental y trabajo: una relación ineludible
Durante su intervención, Prieto destacó que la salud mental y el trabajo están inextricablemente ligados. El aumento del teletrabajo ha generado nuevos problemas, como el aislamiento social, la pérdida de apoyo entre iguales y la difuminación de los límites entre la vida laboral y personal. Según la encuesta Eurobarómetro Flash de 2022, más del 61% de las personas que trabajan en casa han experimentado un aumento en la velocidad y carga de trabajo debido a la digitalización, lo que agrava los riesgos para su salud mental.
El estudio también refleja que la introducción de nuevas tecnologías ha traído consigo un incremento en los riesgos ergonómicos y físicos. La exposición prolongada a pantallas, la adopción de posturas inadecuadas y el uso intensivo de dispositivos electrónicos están causando trastornos musculoesqueléticos en un número cada vez mayor de personas trabajadoras. A esto se suman los riesgos ambientales, como la mala ventilación, el ruido y la iluminación deficiente en los espacios de trabajo, que están afectando negativamente a la salud física y mental.
Propuestas de UGT: un cambio urgente en la normativa laboral
La secretaria general de UGT Madrid no solo se limitó a exponer los problemas, sino que también presentó una serie de propuestas para hacer frente a estos riesgos emergentes. La principal reivindicación del sindicato es la creación de una normativa específica que proteja la salud mental de las personas trabajadoras en el contexto de la digitalización. Prieto insistió en la necesidad de incluir los trastornos psicosociales en la lista de enfermedades profesionales, dado que actualmente siguen sin ser reconocidos como tales en la mayoría de las empresas.
UGT también reclama la implementación de políticas de desconexión digital, para que las personas trabajadoras puedan disfrutar de su tiempo de descanso sin la presión de estar conectadas constantemente. Marina Prieto subrayó que la hiperconectividad está provocando un agotamiento severo entre las plantillas, lo que se traduce en un aumento de los casos de burnout y otras patologías relacionadas con el estrés laboral.
Además, el sindicato aboga por fomentar una cultura de prevención en las empresas, que incluya la participación activa de los trabajadores y trabajadoras en la identificación y gestión de los riesgos psicosociales. Esto implica la creación de protocolos específicos para detectar síntomas como el estrés crónico y la ansiedad, y ofrecer formación adecuada para que las personas trabajadoras puedan hacer frente a los desafíos que plantea la digitalización.
Digitalización: oportunidad o amenaza
A lo largo de la rueda de prensa, Marina Prieto destacó que la digitalización puede ser una oportunidad para mejorar las condiciones laborales, siempre que se gestione de manera adecuada. Las nuevas tecnologías pueden facilitar el acceso al mercado laboral a colectivos vulnerables, mejorar la ergonomía en los puestos de trabajo y reducir los riesgos asociados a tareas repetitivas o peligrosas. Sin embargo, para que esto ocurra, es necesario que las empresas adopten un enfoque preventivo y respetuoso con la salud mental de las personas trabajadoras.
"Estamos ante un desafío que requiere un cambio profundo en la forma en que entendemos el trabajo en la era digital", afirmó Prieto. "Si no abordamos estos problemas de manera urgente, estaremos condenando a las próximas generaciones de trabajadores y trabajadoras a una vida laboral marcada por la precariedad, el estrés y el deterioro de su salud mental".
El reto de una digitalización justa
El mensaje de UGT es claro: la digitalización está aquí para quedarse, pero su impacto en la salud mental de las personas trabajadoras no puede ser ignorado. Las conclusiones del estudio presentado por Marina Prieto evidencian la necesidad de una regulación adecuada que garantice una transición justa hacia un entorno laboral digitalizado. Las empresas, los gobiernos y los sindicatos deben trabajar de la mano para proteger el bienestar integral de las personas trabajadoras y asegurar que la tecnología sea una herramienta para mejorar, no empeorar, las condiciones laborales.
La prevención de los riesgos psicosociales debe convertirse en una prioridad, y la desconexión digital debe ser vista como un derecho fundamental para garantizar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Solo así podremos evitar que la digitalización siga enfermando a quienes mantienen en pie el mundo laboral.