El Partido Popular ha pinchado en hueso en su estrategia de arrojar porquería sobre la familia de Pedro Sánchez. La idea, copiada íntegramente del mundo ultraderechista representado por Vox, pretendía erosionar el sanchismo sacándole los trapos sucios a los parientes presidenciales. En esas coordenadas políticas se explica el caso Begoña Gómez, un asunto inflado al máximo, pero con poca chicha penal. Y también el asunto del hermano del premier socialista, otro plan absurdo para tratar de desprestigiar al líder del PSOE porque nadie tiene la culpa de si un familiar cercano es buena gente o un mangante que le sale rana.
Tratar de arruinar una vida política atacando allegados es propio de regímenes policiales, dictatoriales y cloaqueros. Pero a ese carro se subió alegremente el PP de Alberto Núñez Feijóo. Hoy, sin embargo, la táctica se ha comprobado fallida. Las maniobras de las derechas, con la complicidad de algún que otro juez nostálgico, no han dado el resultado apetecido. Y esto no ha ocurrido no solo porque, de momento, no se ha podido acreditar comportamientos delictivos en los parientes sometidos a estrecha vigilancia, sino también porque el PSOE también ha puesto en marcha el ventilador, soltando detritus contra el dirigente conservador.
En efecto, durante todo el verano han ido apareciendo diferentes noticias sobre la adjudicación de contratos de la Xunta de Galicia (en tiempos de Feijóo) a Eulen, la empresa de la hermana del líder popular. Y también se han aireado exclusivas sobre el cuñadísimo del mandamás de Génova 13 y sobre su prima (promocionada de dedazo a los más altos puestos del escalafón del Gobierno regional). Lógicamente, cuando alguien se cree en una posición de superioridad moral debe predicar con el ejemplo, o de lo contrario su discurso hace aguas por todas partes. Y eso es precisamente lo que le está ocurriendo al PP de Alberto Núñez Feijóo, que ha perdido toda la credibilidad en este terreno, ya que mientras airea a los cuatro vientos las corruptelas del vecino, esconde las suyas propias. Tanto es así que en las últimas horas se ha sabido que los populares van a vetar cualquier comisión de investigación parlamentaria sobre el caso Eulen, una comisión reclamada por PSOE y BNG y que, mucho nos tememos, no llegará a buen puerto por el bloqueo ordenado directamente por la cúpula nacional del Partido Popular, o sea, por el propio Feijóo.
En las últimas horas, diarios como Infolibre también destacan el fracaso de la técnica del ventilador puesta en marcha por los populares. “El foco de Feijóo sobre la familia de Sánchez acaba poniendo a la suya contra las cuerdas”, publica el citado diario digital. Además, el periódico asegura que Micaela Núñez Feijóo, hermana del dirigente del PP y que trabaja en el grupo Eulen desde 2003 y desde 2016 (como directora para el noroeste peninsular de ese conglomerado presente en varios países), ha sido agraciada con decenas de adjudicaciones mediante el sistema de troceo de pequeños contratos, que permite eludir el concurso público de empresas y dar el lote a la empresa del régimen.
A su vez, Eolína Núñez Masid, primísima y médica de carrera, comenzó a ocupar cargos directivos en el Sergas en 1996 y en 2009 fue nombrada gerente del complejo hospitalario de Ourense, del que pasaría a gestionar el de Santiago hasta el pasado mes de mayo. La Xunta acaba de recolocarla como subdirectora general en la Consellería de Política Social. Y Eva María de Cárdenas Botas fue directora de Zara Home hasta 2018, cuando dejó el cargo para dedicarse al sector inmobiliario y ser durante un año y medio, entre finales de 2020 y el verano de 2022, asesora del Grupo Sargadelos.
“Las tres son profesionales con trayectoria previa a la llegada de su hermano, primo o pareja, Alberto Núñez Feijóo, en 2009 a la presidencia de la Xunta. Pero la decisión de Feijóo de poner el foco en la familia de Pedro Sánchez, con la mujer o el hermano del presidente del Gobierno de España como supuestos beneficiarios de tratos de favor por parte de administraciones controladas por los socialistas, viene a situar también a la propia familia del expresidente gallego en el centro de la polémica”, añade Infolibre.
“BNG y PSdeG reclaman investigar en el Parlamento de Galicia numerosos contratos públicos, diversas relaciones y adjudicaciones que hasta ahora habían sido obviadas o habían pasado sin mayor análisis político o mediático al ser vistas como justificadas por trayectorias profesionales y empresariales anteriores. Pero, con la vara de medir del propio Feijóo, entran en la categoría de sospechosas. Dudas que al margen de cifras concretas ya están asentadas en el debate político y mediático a nivel equivalente a las sospechas sobre una familia de Sánchez”.
A la política debe llegarse para resolver los problemas de los ciudadanos, no con el obejtivo de urdir planes, complots o estrategias para hundir vidas ajenas, mayormente las vidas de las familias del rival o adversario de turno. Esta vez, a Feijóo le ha salido el tiro por la culata.