En un movimiento diplomático, los principales líderes europeos han celebrado este miércoles una cumbre virtual junto al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski y el presidente de EE. UU., Donald Trump.

El objetivo principal de esta reunión es trasladar a Trump la preocupación de Europa y Kiev por el futuro de Ucrania y evitar que la esperada cumbre Trump-Putin del próximo viernes en Alaska derive en concesiones territoriales a Rusia, dejando a Europa y a Ucrania fuera de las decisiones clave.

La convocatoria, liderada desde Berlín por el canciller alemán Friedrich Merz, tiene previsto reunir a mandatarios de Francia, Reino Unido, Finlandia, Italia, Polonia, la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen, el secretario general de la OTAN Mark Rutte y, en dos sesiones consecutivas, a Donald Trump y su vicepresidente JD Vance. Zelenski, que se ha desplazado a Berlín para la ocasión, ha mantenido previamente un encuentro bilateral con Merz.

La reunión se celebra ante las crecientes señales, tanto en la Casa Blanca como en Moscú, de que la administración de Trump buscará un alto el fuego negociado, aunque implique “algún intercambio de territorios”, como ha sugerido el presidente estadounidense en días recientes, lo que ha generado alarma tanto en Kiev como en las capitales europeas. 

Según la portavoz de la Comisión Europea: “El objetivo es que Trump comprenda que cualquier acuerdo sobre el futuro de Ucrania no puede producirse sobre la base de la imposición ni sin la propia Ucrania en la mesa,” subrayó una portavoz de la Comisión Europea, resumiendo la posición compartida por los 26 Estados miembros, salvo Hungría.

Europa teme ser marginada

El temor principal de los gobiernos europeos es verse reducidos a un papel meramente testimonial mientras Washington y Moscú negocian directamente los términos de la paz o un cese el fuego, una posibilidad que expertos y diplomáticos consideran real: “Europa está en la posición de mero espectador, sus intereses y liderazgo quedan al margen”, apunta un analista en seguridad internacional a propósito de la postura de Hungría

Precisamente, la inquietud de los líderes europeos proviene de la actitud del primer ministro húngaro Viktor Orbán, quien no solo rehúsa firmar el comunicado conjunto del resto de la UE respaldando la soberanía de Ucrania, sino que ha declarado abiertamente que “Rusia ha ganado la guerra” y que Occidente solo puede aceptar esa realidad. Orbán sostiene que Europa debería celebrar su propia cumbre con Moscú y no asumir un papel residual frente a EE. UU. y Rusia. 

Kiev: “No habrá retirada del Donbás”


Por su parte, Zelenski ha defendido la firmeza de Ucrania y descarta cualquier retirada de la región del Donbás, controlada parcialmente por Rusia.

El líder ucraniano insiste en que “las fronteras internacionales no se alteran por la fuerza” y rechaza toda solución que implique la cesión de territorios, aunque la presión crece a medida que Washington parece buscar una rápida desescalada del conflicto. 

 

Un mapa geopolítico marcado por la incertidumbre


La cumbre virtual evidencia una Europa que, pese a mostrar una imagen unificada (con la excepción de Hungría) en el respaldo a Ucrania y el rechazo a cambios de fronteras por la fuerza, teme cada vez más que las grandes decisiones sobre el futuro del continente se negocien a puerta cerrada entre Washington y Moscú.

Mientras tanto, el Kremlin y una parte de la administración Trump exploran fórmulas de alto el fuego, nuevas líneas de división y posibles garantías de seguridad para Kiev, que los líderes europeos ven con enorme suspicacia.

La reunión de Alaska entre Trump y Putin que se celebrará este próximo viernes, será el primer cara a cara entre ambos desde el inicio de la invasión rusa en 2022 y podría marcar un punto de inflexión tanto para la guerra de Ucrania como para el papel de Europa en el tablero mundial.

Lo + leído