Guerra y Abril Martorell tiraban papeles, vociferaban y amenazaban con marcharseSerían Abril Martorell, Pérez Llorca, Rafael Arias Salgado y Cisneros, por parte de UCD, y Guerra, Peces Barba, Luis Gómez Llorente y Enrique Múgica, por parte del PSOE, los que decidirían las enmiendas que acabarían aprobándose del texto constitucional. Los mismos grupos de trabajo se reunirían en otros lugares como el Nuevo Club, el Hotel Palace o el Meliá Castilla en maratonianas reuniones donde se acordaban los artículos que al día siguiente se aprobarían en la ponencia constitucional.Luis Gómez Llorente fue el gran luchador en defensa de los derechos educativos y de defensa de la educación pública en aquellas reuniones. Igualmente participó ardorosamente en los derechos de los trabajadores y defendió con pasión el voto republicano en el debate en el congreso. Si se repasa la literatura transitiva, en ningún lugar se hace mención de este personaje que tanto influyó en algunos de los aspectos sociales que tiene la carta magna. También fue el “padre intelectual” del término felipismo. Pero su deseo de desaparecer de la escena pública justo cuando el PSOE alcanzó el gobierno, seguramente le habrá privado de mayores glorias. Felipe González, en entrevista televisada en Antena 3 el mismo día que decidió dejar la secretaría general del PSOE, se acordó de Gómez Llorente ante la pregunta ¿de quién se acuerda en este momento?
Con los nacionalistas también se contó en estas reuniones para acordar el nuevo modelo del estado. Incluso con el PNV de Xavier Arzalluz. La reunión con el dirigente vasco se llevó a cabo en el bufete de Peces Barba, acudiendo a la reunión Abril y Guerra, entre otros, para dejar cerrado el tema del concierto vasco. Luego se abstendrían en el voto en el Congreso y el Senado y difundirían la idea de que ellos jamás participaron en la elaboración, cuando la realidad es que sí lo hicieron. A escondidas, pero lo hicieron. Álvaro Lapuerta, con el búnkerManuel Fraga también protestó enérgicamente, como solía ser habitual en su persona. Pero Suárez sabía que las protestas de Alianza Popular le reportarían beneficios personales, así que le trató con mano de hierro en guante de seda. Y accedió a alguna de las propuestas que se ajustaban a las que ya habían pensado en UCD.La Constitución no gustó en AP, pese a que en años posteriores, y más desde su refundación en Partido Popular, se enorgullecieran de que varios “padres” de la Constitución formaran parte de sus filas. Los tres de UCD y Fraga. En aquella votación final del texto, merece la pena recordar que Álvaro Lapuerta, tesorero y gerente durante muchos años e imputado en casos actuales de corrupción del PP, se abstuvo en la votación alineándose con los miembros del búnker franquista que eran parte de la coalición conservadora.Todo ello reflejaba perfectamente el sentir en las filas de AP. Solo hay que recordar que José María Aznar, pocos meses después de aprobarse la constitución, escribía en La Nueva Rioja: “En lugar de concebir un plan serio y responsable de organización territorial de España, se ha montado una charlotada intolerable que ofende el buen sentido…”. Incluso se permitía criticar la política del consenso y la transición española: “No se busque en la Transición la coartada perfecta para justificar tanto desaguisado”. Tiempo después dirigentes socialistas les darían la bienvenida a la democracia.Gómez Llorente fue el gran luchador en defensa de los derechos educativos
Aznar definió la Constitución como “una charlotada intolerableSon muchos los nombres y hombres, la constitución fue puramente cuestión de hombres, que el mito de los padres de la constitución ha dejado fuera y que tuvieron mayor importancia que los nombrados. Pero, como recuerda un emérito profesor de Sociología, había que generar nuevos vínculos sociales emotivos con la constitución y la monarquía. Y uno de ellos fue “copiar el esquema de padres fundadores estadounidense y asignarles a unos meros ponentes un rango mítico”. Lo bueno o malo que tiene la constitución de 1978 se debe más al esfuerzo de Guerra, Abril Martorell y sus equipos que a los ponentes constitucionales en sí. Todo en el reservado de José Luis.