La derecha amenaza la democracia

09 de Enero de 2020
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Derechas Casado Abascal Arrimadas
Ha llegado el momento en que todo vale para derrocar al gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos. Las diferentes clases dominantes no dudarán en hacer lo que sea y en utilizar al tercer (legislativo), cuarto (judicial) y quinto poder (medios de comunicación) de la democracia para que no se pueda gobernar desde la justicia social y no desde la prioridad de mantener los privilegios de las élites. La separación de poderes de la democracia de Montesquieu definitivamente ha dejado de existir porque el primer poder ha dejado de ser el ejecutivo para ser invadido por el económico que, en la actualidad, lo controla todo. Por esta razón, si el primer poder se siente amenazado por un gobierno que tiene un programa basado en la justicia social todo valdrá para derrocarlo y volver a la «normalidad» anormal que rige el mundo.El primer golpe por parte de las élites lo tuvimos unas horas antes de que se iniciara el pleno de investidura con la decisión de la Junta Electoral de inhabilitar al presidente de la Generalitat de Catalunya cuando aún no se han agotado todas las vías judiciales. Varios magistrados del Supremo adoptaron una decisión por la que, según diferentes juristas, se podría haber cometido una presunta prevaricación.El objetivo de esa decisión no era otro que provocar una reacción por parte de Esquerra Republicana de Catalunya y que rompiera su acuerdo con el PSOE y, de este modo, impedir la investidura de Pedro Sánchez como presidente de Gobierno.Esa acción no tiene otro nombre que Golpe de Estado porque es una alteración de la voluntad popular desde uno de los poderes de la democracia. Sin embargo, les ha salido mal y el debate de investidura se está desarrollando con normalidad.Todo indica que a partir del próximo martes, cuando Sánchez sea investido presidente, todo valdrá para intentar derrocar a un gobierno que, por primera vez en la democracia española, tiene un programa basado en la justicia social para sostener el Estado del Bienestar y la igualdad real entre todos los ciudadanos y ciudadanas, una ruta marcada por la recuperación de los derechos que las derechas y las élites les arrebataron, las primeras para imponer un programa ideológico basado en el neoliberalismo y en el debilitamiento del Estado como lugar de protección del pueblo y, las segundas, para aumentar su riqueza y sus privilegios. Los niveles de desigualdad en España dan fe de que les salió muy bien.En el debate de investidura las derechas, es decir, los representantes políticos de esas élites, no se han escondido y han afirmado desde el estrado del lugar donde reside la soberanía popular que harán todo lo que esté en su mano para derribar al gobierno de Sánchez. Estas actitudes son más propias de una dictadura que de una democracia. Así empezó la Guerra Civil: las élites no estaban satisfechas con el Frente Popular y decidieron derrocarlo con un Golpe de Estado. Ahora todo parece que va por ese camino.Abascal, el verdadero líder de la derecha, Casado o Arrimadas olvidan que el gobierno de Sánchez es absolutamente legítimo. Fueron los ciudadanos y ciudadanas de este país los que decidieron la composición del actual Parlamento, algo que ha recordado el presidente en funciones en varias ocasiones. Por tanto, entra dentro la legalidad y de la legitimidad democrática que se produzcan pactos y acuerdos entre diferentes partidos. Además, lo lógico es que esos consensos se hagan entre formaciones progresistas, como lo hubiera sido si PP y Ciudadanos hubiera obtenido mayoría suficiente.Sin embargo, para las tres derechas todo parece indicar que sólo es legal lo que se ajusta a sus intereses y a los de sus representados, sólo es democrática la aplicación de medidas que se ciñan a su ideología conservadora, neoliberal y privatizadora.A Pedro Sánchez se le ha amenazado desde el estrado con querellas si no hace lo que quieren las derechas en Cataluña, es decir, la conversión de la Comunidad Autónoma en una nueva Irlanda del Norte. A Pedro Sánchez se le ha llamado traidor y algunos se han conferido ya la misión de «salvar a España». Todo esto por intentar romper el bloqueo político, por tener un programa de gobierno basado en la justicia social (que tanto afecta a esas élites que son tan patriotas que están sacando su dinero de España), por dialogar y llegar a consensos para intentar solucionar el conflicto catalán en los cauces marcados por la Constitución. ¿Es esto democrático o es un comportamiento más propio de la Confederación Nacional de Ex Combatientes?No se puede permitir que desde los poderes de la democracia se esté gestando un Golpe de Estado. Los líderes de la derecha y las dictaduras privadas del capital deberían siempre recordar estas palabras de James Madison, uno de los pensadores que cimentaron la creación de las democracias actuales: «Con el fin de fundar sobre una base apropiada el ejercicio separado y distinto de los diferentes poderes gubernamentales, que hasta cierto punto se reconoce por todos los sectores como esencial para la conservación de la libertad, es evidente que cada departamento debe tener voluntad propia y, consiguientemente, estar constituido en forma tal que los miembros de cada uno tengan la menor participación posible en el nombramiento de los miembros de los demás. Si este principio se siguiera rigurosamente, requeriría que todos los nombramientos para las magistraturas supremas, del ejecutivo, el legislativo y el judicial, procediesen del mismo origen de autoridad, o sea del pueblo, por conductos que fueran absolutamente independientes entre sí. Quizá este sistema de constituir los diversos departamentos resultase en la práctica menos difícil de lo que parece al imaginárselo. Como quiera que sea, algunas complicaciones y gastos suplementarios serían consecuencia de que se llevase a efecto, por lo cual hay que admitir ciertas variaciones respecto del principio».
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