Milei también usará su motosierra contra la educación pública

La decisión del presidente ultra desata una oleada de protestas, mientras la oposición intenta frenar el veto que amenaza el futuro de la educación pública en Argentina.

03 de Octubre de 2024
Actualizado a las 11:10h
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Milei también usará su motosierra contra la educación pública
Milei también usará su motosierra contra la educación pública

El presidente de Argentina, Javier Milei, ha tomado una nueva decisión neoliberal al vetar la ley de financiamiento universitario recientemente aprobada por el Congreso. Esta ley, que buscaba garantizar el aumento de los presupuestos universitarios y ajustar los salarios de docentes y no docentes, ha sido rechazada por el mandatario en nombre de la austeridad fiscal y el objetivo de alcanzar el déficit cero. La noticia ha desencadenado protestas masivas, con decenas de miles de personas en las calles, defendiendo el futuro de la educación pública.

Observase en su totalidad el proyecto de Ley registrado bajo el N° 27.757″, dice el artículo 1° del decreto 879/2024 fue publicado este jueves en el Boletín Oficial.

En el segundo punto, señala: “Devuélvase al Honorable Congreso de la Nación el proyecto de ley mencionado en el artículo anterior”. “Comuníquese, publíquese, dese a la Dirección Nacional del Registro Oficial y archívese”, finaliza.

El veto presidencial: razones y justificaciones

En un comunicado emitido desde su oficina, Milei calificó la ley como un "irresponsable proyecto de aumento del gasto público" que pone en riesgo la estabilidad económica del país. Para el presidente, cualquier iniciativa que incremente el gasto sin especificar de dónde se obtendrán los fondos es inaceptable, y en el contexto actual de inflación y déficit, el financiamiento universitario aprobado por el Congreso no es viable.

Milei se ha comprometido a vetar cualquier proyecto de ley que, según él, no esté acompañado por un financiamiento específico y que comprometa el equilibrio fiscal. Además, ha sido claro en su crítica hacia la oposición, afirmando que varios de sus líderes, como la expresidenta Cristina Kirchner y el excandidato presidencial Sergio Massa, están utilizando el tema de la educación pública para "obstruir su plan económico". En su mensaje, Milei se refirió al surgimiento de un "frente de izquierda populista" que, según él, defiende los privilegios de la clase política en lugar de trabajar por el bienestar del país.

Protestas multitudinarias y el clamor por la educación pública

Mientras Milei defendía su veto, miles de manifestantes se reunieron frente al Congreso en Buenos Aires para mostrar su rechazo a la decisión. La educación pública en Argentina, vista como un derecho fundamental y un pilar de la movilidad social, está en el centro del debate. Para muchos, la decisión de Milei pone en riesgo el acceso a una formación universitaria de calidad para los sectores más vulnerables de la sociedad.

Los sindicatos docentes, organizaciones estudiantiles y varios líderes de la oposición se sumaron a la marcha, denunciando lo que consideran un "desmantelamiento" de la educación pública por parte del gobierno. El senador radical Martín Lousteau, uno de los principales críticos del veto, afirmó que el gobierno de Milei tiene una "agenda de asfixia" hacia las universidades públicas, lo que compromete su capacidad para ofrecer una educación de calidad.

El desafío de la oposición: intentar frenar el veto

Tras la noticia del veto, los bloques de la oposición en el Congreso comenzaron a negociar para alcanzar la mayoría necesaria que permita rechazar la decisión del presidente. La Constitución argentina faculta al Congreso para revertir un veto presidencial si logra reunir los dos tercios de los votos, una meta ambiciosa pero no imposible en este caso.

Varios diputados, entre ellos Danya Tavela, autora del proyecto de ley, han expresado su apoyo a las protestas y su compromiso con la defensa del financiamiento universitario. "Este gobierno ha demostrado una y otra vez que no está interesado en proteger la educación pública, sino en reducir los recursos destinados a ella", declaró Tavela en una conferencia de prensa.

El camino para bloquear el veto no será fácil. Milei cuenta con el respaldo de algunos sectores, incluyendo el libertario Lisandro Almirón, quien argumentó que el veto es necesario para evitar un gasto insostenible. "No estamos en contra de la educación pública, pero debemos actuar con lo que tenemos, y ahora mismo, el país no puede permitirse un aumento desmedido en el presupuesto universitario", afirmó Almirón.

El trasfondo económico y social

La economía argentina está atravesando uno de sus peores momentos en décadas, con una inflación anual del 240% y más del 50% de la población viviendo en la pobreza. Milei ha prometido poner fin a este ciclo mediante políticas de austeridad que incluyan la reducción del gasto público, lo que ha generado divisiones profundas en el país. Para muchos, sus medidas son necesarias para estabilizar la economía; para otros, representan un ataque directo a los derechos sociales conquistados en las últimas décadas.

El veto a la ley de financiamiento universitario es solo la más reciente de las controversias que ha protagonizado el presidente desde que asumió el cargo. El gobierno de Milei ya había enfrentado críticas por su decisión de vetar la reforma de la movilidad jubilatoria, una medida que también fue vista como un ataque a los sectores más vulnerables de la sociedad.

El futuro de la educación en Argentina

La pregunta que muchos se hacen ahora es: ¿qué pasará con las universidades públicas si el veto de Milei se mantiene? Para los defensores de la ley, la falta de financiamiento adecuado no solo afectará a los docentes y al personal no docente, sino también a miles de estudiantes que dependen de una educación pública de calidad para salir adelante en un país cada vez más empobrecido.

Mientras el Congreso se prepara para decidir si acepta o rechaza el veto, las movilizaciones en defensa de la educación pública prometen continuar. La tensión entre las políticas de austeridad de Milei y las demandas sociales está lejos de resolverse, y el futuro de las universidades argentinas cuelga en la balanza.

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