El Gobierno aprobó ayer poner en marcha el escudo antiopas para evitar que el grupo Ganz-MaVago, próximo al presidente húngaro Viktor Orbán, compre la empresa española Talgo fabricante de trenes, informa la Cadena Ser. El Ejecutivo ha alegado que esta operación podría poner en riesgo la seguridad nacional.
El Gobierno, que dispone de informes del CNI sobre el caso, cree que Orbán, un dirigente próximo a la esfera de Vladímir Putin, podría aprovechar su poder sobre Talgo para espiar a nuestro país, aprovecharse de nuestra tecnología punta e incluso infiltrar agentes secretos húngaros que trabajan para Rusia. Sánchez ha dicho que no a la operación y asunto zanjado. Mientras tanto, la derecha ya ha puesto el grito en el cielo acusando a Moncloa de, con su veto a Orbán (líder de un Estado gamberro sancionado por la UE), querer practicar un intervencionismo chavista a la venezolana contrario a las leyes del mercado, pero lo cierto es que el proyecto entrañaba peligros ciertos para la seguridad nacional.
La autorización fue solicitada por el inversor húngaro como requisito legal previo para la ejecución de la opa por el cien por cien de Talgo –que suponía valorar la compañía en 620 millones de euros– “y, por consiguiente, no podrá tener lugar”,asegura el Ministerio de Economía.
La decisión adoptada en la reunión del Consejo de Ministros se produce después de que la Junta de Inversiones Exteriores –un órgano en el que participan diversos ministerios pilotado por el ministerio– considerara que la compra de Talgo por el grupo húngaro conllevaría riesgos “insalvables” para garantizar la seguridad nacional y el orden público.
La decisión fue avanzada por el diario vasco El Correo y poco después de mediodía la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) suspendió ayer la cotización del fabricante español a la espera de recibir comunicación oficial sobre la operación. Talgo cayó un 10% en Bolsa después de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) haya levantado la suspensión cautelar que pesaba sobre su cotización.
El rechazo a la operación se produce en aplicación de la normativa sobre control de inversiones exteriores y con pleno respeto al Derecho comunitario y las competencias de la Unión Europea sobre inversiones extranjeras directas, protección del mercado interior y la libre circulación de capitales, ha agregado Economía.
El marco normativo español es “equilibrado y referencia a nivel internacional” al compatibilizar la atracción de inversiones y la defensa de los intereses nacionales, ha recalcado. Para el Gobierno, Talgo es una empresa estratégica dentro de un sector clave para la seguridad económica, la cohesión territorial y el desarrollo industrial de España.
El grupo húngaro Ganz-Mavag Europe (Mayar Vagon) va a iniciar “todas las acciones legales a su alcance”, tanto en España como en la Unión Europea, para defender la legitimidad de su oferta por el 100% de Talgo, ha sabido la Agencia EFE por fuentes del consorcio.
El ultraderechista Orbán es uno de los gobernantes con peor prensa de la Unión Europea. Sus ideas políticas, como su conservadurismo social y nacionalista, su euroescepticismo y la defensa de lo que describe como un “estado iliberal”, lo sitúan en el campo de la nueva extrema derecha trumpista. Algunos observadores han descrito su gobierno como autoritario o autocrático.
Cabe recordar que Vox, el partido ultra español, mantiene estrechos contactos y relaciones de cordialidad con el dirigente húngaro. Abascal lo ha invitado en repetidas ocasiones a las cumbres neofascistas de Madrid e incluso lo ha puesto como ejemplo de buen gobernante. Sin embargo, Orbán se comporta como un auténtico autócrata. Rechaza las reformas democráticas; reduce la independencia de la prensa, el poder judicial y el banco central de Hungría; modifica la constitución nacional para evitar enmiendas a la legislación respaldada por su partido y ha sido acusado por diversos medios de xenofobia. No era el mejor socio accionista para nuestra empresa más puntera.