El primer informe de 160 páginas de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), en el que no se apreciaba delito alguno, no fue suficiente para que el juez Juan Carlos Peinado archivara la investigación contra Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno. Cuando cualquier magistrado hubiese dado carpetazo al asunto –hace solo unos días la juez Coro Monreal, con despacho en el mismo edificio que Peinado decidió desestimar una querella similar de Vox–, él decidió tirar para adelante y dar credibilidad a una denuncia del pseudosindicato ultra Manos Limpias por tráfico de influencias en la organización de un máster de la Universidad Complutense de Madrid en el que Begoña Gómez tomó parte relacionándose con empresarios, patrocinadores y mecenas.
Estos días de septiembre Juan Carlos Peinado cumple 70 años. El polémico magistrado que se ha erigido en látigo contra Pedro Sánchez y su mujer, podría estar ya jubilado, pero el pasado 11 de enero la comisión permanente del Consejo General del Poder Judicial le autorizó a continuar en activo hasta los 72, según informa la Cadena Ser. Curiosamente, el 24 de abril caía en sus manos el goloso caramelo contra la familia monclovita. ¿Sabía Peinado, ya entonces, cuando se le amplió la edad laboral, que estaba llamado a conocer del caso más extraño de los últimos años, un asunto que le iba a llevar a ser el hombre encargado de entrar en el Palacio de la Moncloa para tomar declaración a un presidente del Gobierno (de la mano de un abogado de Vox) por primera vez en la historia de España? No se puede asegurar porque no hay pruebas de ello.
Como tampoco hay indicios de que los grupos ultraderechistas que impulsan esta truculenta historia avisaran a Peinado del vendaval que se estaba preparando contra la primera dama. Sin embargo, las fechas, como suele ocurrir casi siempre, resultan reveladoras. Estos días de casi otoño, en los que se convierte en septuagenario, Peinado podría haberse retirado tras una larga y dilatada vida profesional. Sin embargo, ahí está, en la brecha, dando el callo como uno más, como un juez recién salido de la oposición a judicaturas. Con entusiasmo fresco y renovado, con la ilusión de ese estudiante idealista al que llega el asunto definitivo y total. Decidió mantenerse en su cargo y le ha caído el regalo de su vida. ¿Simple coincidencia? Podría ser, pero, las fechas, tal como decimos, dicen mucho sobre esta historia judicial por momentos surrealista.
En los últimos años, Peinado ha estado buscando acceder a la cúpula del Poder Judicial. En 2013, se presentó como candidato a vocal independiente para el CGPJ y en 2019 intentó sin éxito cubrir la plaza de juez de refuerzo del juzgado número 6 de la Audiencia Nacional, que dirige Manuel García Castellón, informa la Ser.
Juan Carlos Peinado accedió con 40 años a la carrera judicial. Es un jurista tardío. Con anterioridad, ejerció durante años como secretario de Ayuntamiento de segunda categoría. Como juez, ha estado destinado en los juzgados de Arenas de San Pedro, Talavera de la Reina, Getafe y Madrid. En la actualidad es titular del juzgado 41 de la capital de España, donde entró para sustituir a la magistrada Cristina Díaz, que acababa de ser nombrada directora general de Justicia y Seguridad del Gobierno de Cifuentes en la Comunidad de Madrid.
Además de la denuncia basada en recortes de prensa contra la pareja del presidente del Gobierno, el juez Juan Carlos Peinado instruyó, entre otros casos, el de la “imputación a 12 periodistas, entre ellos de la Ser, por informar sobre el caso de los CDR, que acabó archivando. También otra denuncia de Manos Limpias, en 2015, contra los concejales del Ayuntamiento de Madrid Pablo Soto y Guillermo Zapata, a cuenta de unos tuits ofensivos que ya estaban siendo investigados por la Audiencia Nacional. Se acabó inhibiendo a favor de este órgano jurisdiccional”, asegura la cadena de radio. Curiosamente, las denuncias de Manos Limpias suelen caer con demasiada frecuencia en ese juzgado, algo que da que pensar.
Peinado cumple años este mes de septiembre convulso para la política nacional. Se propuso prorrogar su jubilación hasta el máximo permitido, 72, y lo está consiguiendo. Ha sabido esperar su momento y ha logrado premio, bola extra. Las querellas que Moncloa anuncia contra él no le dañarán lo más mínimo. Como decimos, es un juez a punto de la jubilación y sin nada que perder. Otro más joven con toda la carrera por delante, y con aspiraciones al CGPJ, se hubiese pensado dar el paso crucial de ir contra la familia presidencial. De ahí que este verano haya tomado decisiones que algunos juristas han calificado de “poco profesionales”, “inconstitucionales”, “kamikazes” y “extrañas”. Que le quiten lo bailao. Y feliz cumpleaños.