¿Por qué la generación X y los millennials tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer?

Una alarma sanitaria que afecta a los más jóvenes

13 de Agosto de 2024
Actualizado a las 10:33h
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¿Por qué la generación X y los millennials tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer que las generaciones anteriores?
¿Por qué la generación X y los millennials tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer que las generaciones anteriores?

Una preocupante investigación realizada por la Sociedad Americana del Cáncer ha revelado que la Generación X y los Millennials están en mayor riesgo de desarrollar numerosos tipos de cáncer en comparación con las generaciones anteriores. Este estudio se suma a un creciente cuerpo de evidencia que muestra que ciertos tipos de cáncer, como el de colon, mama y páncreas, están aumentando entre los jóvenes. Pero ¿qué está provocando este cambio preocupante en la salud de estas generaciones?

Un estudio revelador

El estudio analizó datos de casi 24 millones de pacientes con cáncer en los Estados Unidos, recopilados a lo largo de 20 años, desde el año 2000. Los investigadores clasificaron los datos según el tipo de cáncer, sexo y cohorte de nacimiento (es decir, el período de cinco años durante el cual nacieron los pacientes). Además, realizaron un ajuste estadístico para considerar el hecho de que, a medida que envejecemos, es más probable que desarrollemos cáncer.

El análisis se centró en 34 tipos de cáncer más comunes, aquellos que registraron al menos 200.000 casos durante las dos décadas estudiadas. Los resultados fueron sorprendentes: 17 tipos diferentes de cáncer están volviéndose más comunes en las cohortes más jóvenes. Por ejemplo, las personas nacidas en 1990 tienen entre dos y tres veces más probabilidades de desarrollar cánceres de intestino delgado, tiroides, riñón y páncreas que aquellas nacidas en 1955.

Cambios en el estilo de vida y comportamiento

Una de las principales razones detrás del aumento en la incidencia de cáncer entre los Millennials y la Generación X parece estar relacionada con cambios en el estilo de vida y comportamientos que han ocurrido en las últimas décadas.

Una dieta pobre y un comportamiento cada vez más sedentario son dos de los culpables probables. Diez de los 17 cánceres identificados, como el de colon y el de mama, están asociados con la obesidad. En países como Estados Unidos, la obesidad se ha convertido en una epidemia, con tasas que aumentan año tras año. Hay una creciente evidencia que sugiere que la obesidad en la niñez o en la adultez temprana puede aumentar el riesgo de ciertos cánceres.

Otro factor relacionado que probablemente sea importante es el aumento en el consumo de alimentos ultraprocesados, que se ha vinculado con una mayor probabilidad de desarrollar cáncer. Estos alimentos, ricos en azúcares, grasas y aditivos, son ahora una parte importante de la dieta diaria de muchas personas jóvenes, lo que podría estar contribuyendo al aumento en la incidencia de cáncer.

Bebidas alcohólicas y cáncer

El estudio también destacó un aumento en el consumo excesivo de alcohol, particularmente entre las mujeres Millennials, como una causa del incremento en las atasas de cáncer de hígado y esófago en esta cohorte específica. Este patrón de consumo de alcohol, que a menudo comienza en la adolescencia o adultez temprana, puede tener efectos a largo plazo en la salud, aumentando significativamente el riesgo de desarrollar cáncer en órganos sensibles al alcohol.

El VIH y su relación con el cáncer

En los hombres, se observó una tendencia en forma de U (es decir, las tasas disminuyeron después de un pico inicial, y luego comenzaron a aumentar nuevamente) para el sarcoma de Kaposi y el cáncer anal, dos cánceres asociados con la infección por VIH. Después de un período de disminución de las tasas, esta tendencia se revirtió en las cohortes nacidas desde mediados de la década de 1970 en adelante, reflejando el reciente resurgimiento de las tasas de infección por VIH en los Estados Unidos.

La infección por el virus del papiloma humano (VPH), un virus de transmisión sexual conocido por causar cáncer de cuello uterino, también puede ser un factor en el aumento de las tasas de cáncer anal. Se estima que el 90% de los cánceres anales son causados por la infección por VPH.

Luchas ganadas

No todas las noticias son sombrías. Algunos tipos de cáncer están disminuyendo entre las generaciones más jóvenes. El estudio mostró una disminución constante en el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón en generaciones sucesivas. Las personas nacidas en 1990 tienen cinco veces menos probabilidades de desarrollar esta enfermedad en comparación con aquellas nacidas en 1955. Este progreso refleja el éxito de las campañas de salud pública destinadas a desalentar el uso del tabaco y fomentar comportamientos seguros al sol.

Del mismo modo, se observa un progreso en el melanoma, donde las personas nacidas en 1990 tienen menos riesgo que cualquier otra cohorte nacida en los 50 años anteriores. Estos cambios resaltan cómo el cambio de comportamiento y la toma de decisiones más saludables pueden reducir nuestro riesgo de desarrollar cáncer.

Un Futuro Incierto

Si bien algunos de los cambios observados en las tasas de cáncer pueden atribuirse a cambios generacionales en estilos de vida y comportamientos con vínculos conocidos al cáncer, no todos los cambios pueden explicarse de esta manera, como es el caso de los aumentos en la leucemia. Los autores del estudio señalan que se necesita más trabajo para comprender las causas de estos cánceres. Sin un conocimiento completo de por qué estos cánceres se están volviendo más comunes, será difícil tomar las medidas adecuadas para revertir estas tendencias.

El estudio subraya la importancia de la prevención y la intervención temprana. Las generaciones más jóvenes no solo están enfrentando un mayor riesgo de cáncer, sino también desafíos en el diagnóstico y tratamiento debido a su edad. En muchos casos, los jóvenes pacientes con cáncer experimentan retrasos en el diagnóstico, lo que puede resultar en una progresión de la enfermedad a etapas menos tratables.

Es crucial que las directrices clínicas se actualicen para reflejar estas nuevas realidades y que se aumente la conciencia sobre los riesgos crecientes para estas generaciones. Al abordar los factores de riesgo y mejorar el acceso a la atención médica preventiva, es posible que podamos cambiar el rumbo y proteger mejor a las generaciones futuras.

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