La crispación es un hecho y cada día va en aumento en la tribuna del Congreso de los Diputados. Ya no es noticia que se enzarcen los parlamentarios, incluso entre los que, supuestamente, están en la misma esfera ideológica. Los niveles de tensión son cada vez más altos y, por desgracia, el momento en el que se pase de las palabras a las manos está cada vez más cerca.
Sin embargo, hay un factor que une al PSOE de Pedro Sánchez con el Partido Popular y la extrema derecha de Vox: la defensa de la monarquía. Hoy se ha vuelto a comprobar.
Todo se ha iniciado con la intervención de Ione Belarra. La secretaria general de Podemos tildó de «corrupto» a Juan Carlos I y ha reclamado al gobierno de Sánchez la desclasificación de los documentos del intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. «Queremos saber si ese 23F sirvió para legitimar una monarquía que no queríamos y para legitimar la figura del rey emérito», afirmó Belarra.
En ese momento, el PSOE de Pedro Sánchez, en la figura de la presidenta del Congreso, Francina Armengol, salió en defensa de la monarquía e interrumpió a Belarra, quien no dudó en afirmar que «ayer se permitió apología del franquismo y hoy se me interrumpe por denunciar la corrupción de la monarquía y por decir que se tiene que saber todo sobre el intento de golpe de Estado del 23F».
El Partido Popular, a través de Miguel Tellado, ha reclamado la retirada de las palabras de la líder de Podemos del diario de sesiones.
El diputado del Bloque Nacionalista Galego, Néstor Rego, ha incrementado la polémica porque ha espetado al portavoz del PP que «no le quepa duda, Juan Carlos I es un corrupto y un defraudador fiscal».
Ante estas acusaciones al rey emérito, Francina Armengol, ha anunciado que aceptaba la reclamación del Partido Popular y que se iban a retirar las menciones tanto de Podemos como de BNG.
Es cierto que, en lo referente a la monarquía, el PSOE de Pedro Sánchez está totalmente alineado con el PP y Vox. Cada vez que en el Congreso se vota cualquier moción relacionada con la Jefatura del Estado o con el rey emérito, los socialistas votan en defensa de los intereses monárquicos.
También es un hecho que ni Belarra ni Rego han dicho nada que faltara a la verdad. Juan Carlos I reconoció que había defraudado a la Agencia Tributaria con sus regularizaciones. Las investigaciones judiciales sobre su patrimonio y sus fundaciones en Suiza no llegaron a nada por una cuestión de prescripción, pero las cuentas en el país helvético son una realidad, lo mismo que la dudosa procedencia de esos millones de euros. Es un hecho que el rey emérito cobró comisiones por intermediación en proyectos que luego fueron adjudicados a empresas españolas. Por ejemplo, la construcción de la línea de Alta Velocidad en Arabia Saudí.
El propio Pedro Sánchez afirmó, para defender a la monarquía que «siempre he dicho que el PSOE es un partido comprometido con la Constitución y con la monarquía parlamentaria. No vamos a entrar en el debate de si república o monarquía».
En el 40 Congreso del PSOE se impidió la votación de enmiendas presentadas por Izquierda Socialista que señalaban que el partido debía liderar un proceso, cumpliendo estrictamente lo indicado en la Constitución, para que el pueblo español pudiera decidir sobre un modelo de Estado monárquico o republicano.