Sánchez recuerda a Sumar que las críticas a las políticas de vivienda del Gobierno también son contra ellos

Mientras el presidente reivindica sus logros en vivienda, Sumar exige acciones contundentes contra la especulación, poniendo de relieve la división en el Gobierno

09 de Octubre de 2024
Actualizado el 10 de octubre
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Iñigo Errejón, portavoz de Sumar y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
Iñigo Errejón, portavoz de Sumar y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

La problemática de la vivienda en España ha alcanzado niveles alarmantes. En un contexto donde los precios de los alquileres siguen subiendo de forma imparable y las generaciones jóvenes ven cada vez más lejos la posibilidad de adquirir una vivienda, las tensiones en el seno del Gobierno entre PSOE y Sumar han estallado en el Congreso. El presidente Pedro Sánchez y el portavoz de Sumar, Íñigo Errejón, protagonizaron un intercambio que dejó en evidencia las diferencias dentro del Ejecutivo sobre cómo abordar esta crisis.

Sánchez se defiende: “Multiplicamos por ocho la política de vivienda”

Pedro Sánchez ha reivindicado en varias ocasiones los logros de su Gobierno en materia de vivienda, subrayando que desde que asumió el cargo, las inversiones para facilitar el acceso a la vivienda se han multiplicado por ocho. Según el presidente, estas políticas han permitido incrementar el número de viviendas sociales y frenar el impacto de la crisis inmobiliaria en algunos sectores. "Este Gobierno ha sido pionero en regular el precio de los alquileres y en garantizar el acceso a una vivienda digna a miles de ciudadanos", afirmó durante su intervención en el Congreso.

Sin embargo, los datos sobre el terreno parecen contradecir estas afirmaciones. El precio del alquiler en ciudades como Madrid y Barcelona sigue batiendo récords, lo que genera un creciente malestar entre la población. Las protestas convocadas por organizaciones sociales este fin de semana son un reflejo de ese descontento. "Es fundamental recordar que las críticas en política de vivienda no solo van dirigidas al PSOE, sino también a Sumar", añadió Sánchez, poniendo en el punto de mira a su socio de Gobierno.

Sumar responde: “El ministerio de Vivienda debe dejar de dar bandazos”

El portavoz de Sumar, Íñigo Errejón, no tardó en responder. En su intervención, exigió al Ministerio de Vivienda, dirigido por Isabel Rodríguez, que "deje de dar bandazos" y tome medidas más contundentes contra la especulación inmobiliaria. "No basta con contener los daños, es necesario atacar el problema de raíz", afirmó Errejón, en alusión a la necesidad de poner freno a los grandes propietarios y fondos de inversión que están inflando los precios del alquiler.

Las palabras de Errejón reflejan el malestar dentro de Sumar por lo que consideran una falta de ambición en las políticas de vivienda del Gobierno. Para ellos, la solución pasa por una intervención más decidida en el mercado inmobiliario, imponiendo límites más estrictos a los precios y aumentando la oferta de vivienda pública. "No va a ser la fuerza de los caseros la que baje los precios", añadió Errejón, dejando claro que, para Sumar, el problema radica en los grandes tenedores de viviendas, que siguen teniendo un enorme poder en el mercado.

La división interna: un problema no solo de política, sino de enfoque

Este cruce de declaraciones pone en evidencia la división dentro del Gobierno sobre la estrategia a seguir en la cuestión de la vivienda. Mientras que el PSOE aboga por medidas más pragmáticas y moderadas, Sumar insiste en la necesidad de una intervención más decidida. Esta división refleja no solo una diferencia en las políticas, sino también en el enfoque que ambos partidos tienen sobre el papel del Estado en la economía.

Por un lado, el PSOE se muestra más cauteloso a la hora de intervenir en el mercado, temiendo las posibles repercusiones económicas y legales. Por otro, Sumar ve en la vivienda un derecho que debe ser protegido frente a los intereses del mercado, incluso si eso significa enfrentarse a los grandes poderes inmobiliarios. Esta diferencia de enfoque ha generado una creciente tensión entre los dos socios de Gobierno, lo que podría complicar la implementación de futuras medidas.

El impacto en los ciudadanos: una crisis que sigue sin solución

Mientras Sánchez y Errejón intercambian acusaciones, los ciudadanos siguen sufriendo las consecuencias de una crisis que no parece tener solución a corto plazo. El acceso a la vivienda, especialmente para los jóvenes y las familias con ingresos medios y bajos, se ha convertido en un desafío prácticamente insuperable en muchas partes del país. El precio del alquiler sigue subiendo, mientras que los salarios no lo hacen al mismo ritmo, lo que empuja a muchos a situaciones de precariedad.

Las políticas del Gobierno, aunque han tenido algunos logros, no han sido suficientes para frenar esta espiral. La Ley de Vivienda, que fue presentada como una de las grandes apuestas de esta legislatura, ha quedado en muchos aspectos en un esfuerzo limitado. Las organizaciones sociales y plataformas de afectados por la vivienda denuncian que las medidas adoptadas hasta ahora son insuficientes y que no se ha abordado el problema de fondo: la especulación y el poder desmedido de los grandes propietarios.

La vivienda tema central en la agenda política

La vivienda se ha convertido en un tema central en la agenda política, y todo apunta a que será uno de los temas clave en las próximas elecciones. Tanto PSOE como Sumar saben que no pueden permitirse llegar a las urnas sin haber dado una respuesta contundente a esta crisis. Para el PSOE, el reto es mostrar que sus políticas han sido efectivas, mientras que Sumar tiene la oportunidad de posicionarse como el partido que defiende los intereses de los ciudadanos frente a los grandes poderes económicos.

Sin embargo, este enfrentamiento interno también podría tener consecuencias negativas para ambos. La falta de unidad y de una visión clara podría erosionar la confianza de los votantes progresistas, que buscan una solución urgente al problema de la vivienda. En este sentido, es probable que tanto Sánchez como Errejón tengan que encontrar un terreno común si quieren evitar una crisis de mayor calado dentro del Gobierno.

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