Vaya por delante que el propio García Egea es acreedor del título que usted acaba de leer, pues ayer declaró que “en el pasado, el PP se vio manchado por gravísimos problemas”, una afirmación que no está triunfando en los medios a pesar de que esos “gravísimos problemas” les permitieron conseguir mucho más dinero ilegal del que fueron capaces de ocultar.
Pero la propia frase incluía también una de esas maldades a la defensiva que intentan los acorralados por sus propios errores cuando calculan sus palabras leyendo textos que han escrito antes, para que la verdad que esconden no les traicione mientras hablan.
Dijo que “el PP se vio manchado”. Con ello buscan que nos quedemos con la idea de que esos “gravísimos problemas” fueron, en realidad, como salpicaduras de las que, nunca queriendo, más de una vez nos han “manchado” la ropa mientras comemos.
Tampoco están destacando los medios una noticia que ni el mejor guionista de películas sobre corrupción política hubiera tenido la ocurrencia de hacer coincidir con la comparecencia del campeón en el arte de lanzar huesos de aceituna desde la boca.
Resulta que mientras Teodoro comenzaba diciendo que “soy el secretario general del PP”, como si nosotros fuéramos tontos, la SER informaba que Suiza devolvería a España los 43 millones de € que allí escondió su Bárcenas de toda la vida. Ese al que Rajoy envió un “Luis sé fuerte” por SMS. ¿Estaría pensando el hoy registrador de la propiedad en ese dinero?
Gobernaban ellos mismos y ni siquiera trajeron los 43 millones a España aprovechando el vacío legal que consiguieron durante los cinco años que tardó el TC en sentenciar contra la Amnistía Fiscal de Montoro. Todo hace pensar que los del PP se imaginan a sí mismos tan inviolables como el rey de Abu Dabi, otro español que tampoco aprovechó una coyuntura tan inconstitucional como propicia para los grandes evasores fiscales.
¿Se imagina usted la diferencia tan grande que existe entre la eficacia delictiva practicada por una clase política que consiguió sacar de España 43 millones como mínimo, y la torpeza de la actual, que es capaz de arriesgar su futuro por solo 55.000 € según Isabel, aunque Pablo dice que son 286.000?
Y esta vez, no hay que olvidarlo, sin que ni policía, ni fiscalía ni ningún juzgado de guardia hayan tenido que mover un solo dedo para que aflorara.
Demasiado sospechoso todo como para conformarse con las especulaciones que, en tiempos revueltos, es a lo máximo que pueden aspirar los opinadores habituales. Tal como resumió Max Pradera, es imposible hacer un análisis de algo cuando cada cinco minutos se produce un sobresalto.
No obstante, hay quien se atreve, y mientras Mariola Urrea y Milagros Pérez Oliva pronostican la caída de ambos, Isabel y Pablo, Juanlu Sánchez titula esta mañana que “Solo puede quedar uno”.
En cambio, Javier Pérez Royo defiende que en ese partido no debe quedar nadie, pues recuerda que “las asociaciones que persigan fines o utilicen medios tipificados como delitos son ilegales” según manda el artículo 22 de la Constitución. El artículo se titula “Ilegalizar al PP”.
Evidentemente, estoy de acuerdo con el catedrático de Derecho Constitucional, pero él debería estar de acuerdo conmigo en que también el PSOE de Felipe González, el de Filesa, el de los GAL y el de tantos delitos, hizo méritos más que suficientes para ser borrado del registro de partidos políticos.
En situaciones tan volátiles lo más prudente es pisar terreno firme y, tratándose de la derecha, el estado del dinero es la respuesta.
Me costaba comprender una batalla tan larga como la que Ayuso libraba por la presidencia del PP de Madrid, pero el mismo Teodoro ha sido quien, de nuevo, me ha sacado de dudas: ha respondido que sí, que el rifirrafe más sangrante de los que han montado contra sí mismos “tiene que ver”.
Si la financiación legal de un partido político depende, en gran parte, de los ingresos institucionales que recibe por votos, escaños, retribuciones de cargos varios y otros conceptos similares, lo que pueda estar recibiendo Génova 13 de forma directa ha caído en picado, y acelerando desde que el PP lo preside Pablo Casado. Es algo que certifican los resultados electorales de manera inapelable.
Lo que también le pueda corresponder a Génova 13 por cuotas de los afiliados no puede haber aumentado, a la vista de los censos que se filtran cada vez que se celebran congresos internos, donde siempre aparecen muchos menos cotizantes reales de los que presumen. Hace tiempo que no cuadran aquellos 800.000 de los que tanto presumían.
Y en cuanto a la financiación ilegal, que todo es dinero y todo el dinero es poder, lo que a Génova 13 le pueda llegar actualmente por “donaciones” de intermediarios beneficiados por las administraciones públicas controladas por organizaciones autonómicas y municipales del PP ha debido caer incluso más que los ingresos legales. Sin duda, juicios como el de la Gurtel y la ruptura con Bárcenas implicaron la descomposición de muchos de los contubernios construidos durante décadas.
Sin poder político en algún territorio de los que antes contribuían decisivamente a la financiación ilegal, como la C.A. del País Valenciano, o debiendo compartir la gestión en Andalucía, o mucho más vigilados en Madrid que cuando Aguirre, González o Granados, es evidente que conseguir los millones que el PP necesita para mantenerse puede resultar imposible.
Por tanto, o la cúpula del PP mantiene oculto mucho más dinero negro del que nos imaginamos y lo está blanqueando sin problemas, o está arruinada y seguimos a la espera de conocer el volumen actual de una deuda que en febrero de 2021 era de 38 millones de €.
Mientras tanto, en las organizaciones territoriales del PP, especialmente en las CC.AA. donde gobiernan desde hace mucho tiempo, Madrid, Galicia, Castilla y León y Murcia, los ingresos legales de origen institucional están consolidados, y las posibilidades de financiación ilegal, el hermano de Díaz Ayuso por limitarnos al ejemplo de moda, siguen intactas, aunque sí deben vigilar más los detalles.
Madrid es, probablemente, la organización con más dinero del PP, algo que, será por casualidad, o no, pero resulta que coincide con el hecho de que es también la C.A. más rica del Estado, tras tantas décadas de centralismo privilegiado. ¿Llegaría tan lejos Díaz Ayuso en sus prisas por presidir el PP de Madrid si, por ejemplo, estuviéramos hablando de Murcia?
En cambio, Casado tiene muchos problemas económicos y está débil, una situación que no puede soportar. Por ese motivo ha perdido los nervios y el control del conflicto con Ayuso, si es que alguna vez lo tuvo.
Y no le será fácil conseguir que los suyos mantengan la confianza en él de cara al futuro, si es que algún día pensaron que este Pablo podía ser algo más que un paréntesis abierto a la fuerzo por la primera moción de censura triunfadora tras más de 40 años de una voluntad popular demasiado tergiversada por la financiación ilegal.