Alberto Núñez Feijóo, ex presidente de la Xunta de Galicia y actual jefe de la oposición, no deja pasar oportunidad para destacar su supuesta "trazabilidad" y "hoja de servicios" impecable. Sin embargo, recientes revelaciones del Consello de Contas de Galicia dibujan un panorama muy diferente, uno que invita a cuestionar severamente su gestión, especialmente en la controvertida construcción del hospital de Vigo.
Un legado de sobrecostes y privatizaciones
Feijóo ha sido siempre rápido en exigir transparencia y responsabilidad a sus adversarios, pero parece que esos mismos principios no se aplican con igual rigor a su propia gestión. El informe del Consello de Contas de Galicia es contundente: 470 millones de euros en sobrecostes en la construcción del hospital de Vigo, una obra inicialmente proyectada por un gobierno progresista, que Feijóo decidió privatizar. Esta decisión de entregar la obra a una UTE de empresas privadas no solo encareció el proyecto, sino que también demostró ser un desastre financiero para los contribuyentes gallegos.
En palabras del propio Feijóo, justo antes de ascender a la presidencia nacional del Partido Popular: "Un político es un ciudadano que cobra de los impuestos de los españoles y, por tanto, cuando dice que inaugura un hospital, la pregunta que hay que hacerle es: '¿Lo deja usted a deber o está pagado?'". Paradójicamente, Feijóo no solo dejó a deber, sino que además parece que pagó rondas de más, favoreciendo a intereses privados a costa del erario público.
Feijóo y Ayuso: privatizadores sin mesura
El informe del Consello de Contas no solo pone en entredicho la capacidad de gestión de Feijóo, sino que también lo sitúa en una línea de continuidad con otras figuras del PP, como Isabel Díaz Ayuso. Ambos comparten una visión política que privilegia la privatización y el desmantelamiento de lo público, con consecuencias nefastas para los ciudadanos. La gestión de Ayuso en la Comunidad de Madrid es otro ejemplo de cómo la reducción de impuestos y la concesión de beneficios fiscales a las élites económicas pueden llevar a una grave desatención de los servicios públicos esenciales.
Es irónico que Feijóo, quien se presenta como adalid de la buena gestión, haya dejado tras de sí un rastro de decisiones que han perjudicado gravemente las finanzas públicas y la calidad de los servicios ofrecidos a los gallegos. Su insistencia en la privatización no ha hecho más que demostrar una falta de previsión y responsabilidad, características que deberían ser inaceptables en cualquier servidor público.
Una gestión que demanda una revisión crítica
Las revelaciones del Consello de Contas no solo deben invitar a una reflexión sobre la gestión de Feijóo, sino también a una revisión crítica de las políticas de privatización promovidas por el PP. Estos informes demuestran que las decisiones de Feijóo no solo fueron ineficaces, sino también perjudiciales para el interés público.
La supuesta "trazabilidad" y "hoja de servicios" de Feijóo están, en realidad, marcadas por una gestión que ha dejado a Galicia con una factura inflada y unos servicios públicos debilitados. La capacidad de Feijóo para exigir a otros lo que él mismo no ha sido capaz de cumplir se convierte en una muestra más de la hipocresía política que ha caracterizado su carrera. Su legado en Galicia es un recordatorio de que las decisiones tomadas desde la comodidad del despacho pueden tener consecuencias devastadoras para aquellos que dependen de los servicios públicos.
La gestión de Feijóo, lejos de ser ejemplar, se revela como un caso paradigmático de mala administración y favoritismo hacia intereses privados, en detrimento del bienestar común.