Ayuso y su jefe de gabinete: la fábrica de bulos se tambalea ante el Supremo

El correo que desmonta la mentira llegó a la SER antes que al fiscal: el papel clave de Miguel Ángel Rodríguez en el escándalo del bulo

10 de Enero de 2025
Actualizado el 13 de enero
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Ayuso y su jefe de gabinete: la fábrica de bulos se tambalea ante el Supremo
Isabel Díaz Ayuso en la toma de posesión del decano de la Universidad Politécnica de Madrid

La declaración del periodista de la Cadena SER Miguel Ángel Campos ante el Tribunal Supremo ha dejado al descubierto una maquinaria de manipulación liderada desde el entorno de Isabel Díaz Ayuso, con su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, como protagonista principal. El correo que desmontaba el relato fabricado por Puerta del Sol llegó a la SER seis horas antes de que el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, lo recibiera, lo que desarma la acusación de filtraciones contra este último.

Un montaje que salta por los aires

El 13 de marzo, el periodista Campos comprobó personalmente la existencia del correo del abogado de Alberto González Amador, pareja de Ayuso, en el despacho de su fuente. Dicho correo confirmaba que había sido el abogado del comisionista quien propuso a la Fiscalía un acuerdo de conformidad para reducir la pena de su cliente por dos delitos fiscales. Sin embargo, en un giro propio de una trama de ficción, Miguel Ángel Rodríguez utilizó esta información para construir un bulo que señalaba a la Fiscalía como promotora del acuerdo.

Horas más tarde, el bulo fue publicado por El Mundo, omitiendo deliberadamente que fue el abogado del novio de Ayuso quien tomó la iniciativa. La maniobra, diseñada para desviar la atención de los problemas judiciales de la pareja de la presidenta madrileña, quedó expuesta por la SER cuando publicó el contenido del correo con la autorización de su fuente.

Ayuso, entre acusaciones y conspiraciones

Lejos de dar explicaciones sobre las actuaciones de su jefe de gabinete, Isabel Díaz Ayuso se ha refugiado en teorías conspirativas, acusando al Gobierno de Pedro Sánchez de estar detrás de lo que ella denomina una “operación de Estado” en su contra. “Llevo casi cinco años soportando al Gobierno en una estrategia absurda. Sánchez está implicado directamente detrás de todo ello”, aseguró Ayuso tras un acto oficial.

La presidenta madrileña también señaló que “el Gobierno necesita embarrarlo todo”, en un intento de equiparar los escándalos de su entorno con otras polémicas políticas. No obstante, evitar responder sobre las irregularidades que pesan sobre su pareja y la responsabilidad de su jefe de gabinete en la fabricación del bulo le resta credibilidad.

Las cifras del escándalo

La investigación judicial contra Alberto González Amador no es menor. Está acusado de haber defraudado 350.000 euros en dos ejercicios fiscales mediante prácticas calificadas por la Inspección Tributaria como “artificiosas” e “ilícitas”. Además, la juez ha abierto una pieza separada para investigar posibles delitos de corrupción en los negocios, al haber utilizado una empresa pantalla para ocultar pagos del grupo Quirón.

Estas acusaciones colocan a la presidenta de la Comunidad de Madrid en una posición incómoda, especialmente cuando sus declaraciones se centran en desviar la atención en lugar de abordar los problemas de fondo.

Miguel Ángel Rodríguez: el artífice de la manipulación

El papel de Miguel Ángel Rodríguez en este escándalo no puede ser ignorado. Como jefe de gabinete de Ayuso, Rodríguez no solo actúa como estratega político, sino como arquitecto de narrativas que buscan desacreditar a adversarios y proteger los intereses de su entorno. La creación de este bulo es solo el último ejemplo de una estrategia basada en el ruido y la confusión.

La publicación de información tergiversada en medios afines como El Mundo evidencia un intento de manipular la opinión pública, pero esta vez, los hechos se han impuesto. El análisis de la Guardia Civil confirma que el fiscal general no recibió el correo hasta las 21:59 horas de ese día, horas después de que la SER ya hubiese tenido acceso al mismo.

Mientras las pruebas desmontan las acusaciones contra el fiscal general, Ayuso sigue sin responder sobre la responsabilidad de su jefe de gabinete en este montaje. Su negativa a condenar la fabricación del bulo por parte de Rodríguez, así como la falta de explicaciones claras sobre los delitos fiscales de su pareja, no hacen más que alimentar las dudas sobre su integridad política.

Las palabras de Ayuso, que acusó al Gobierno de usar “información reservada” contra ella, suenan huecas cuando se contraponen a la realidad: ha sido su equipo el que ha manipulado datos para protegerse de los escándalos.

Una estrategia agotada

El caso no solo pone en cuestión la ética del entorno de Ayuso, sino que también revela una estrategia de comunicación desgastada basada en atacar al adversario sin importar la verdad. La implicación directa de Miguel Ángel Rodríguez en la creación del bulo y su difusión a través de medios afines demuestra un desprecio alarmante por la transparencia y la rendición de cuentas.

Con cada nueva prueba que sale a la luz, queda más claro que ni Ayuso ni su equipo están interesados en la verdad. Su prioridad es mantenerse en el poder a cualquier coste, aunque para ello deban sacrificar la confianza de los ciudadanos en las instituciones.

La declaración de Miguel Ángel Campos ante el Supremo no solo desmonta un bulo, sino que pone en evidencia las prácticas cuestionables del entorno de Isabel Díaz Ayuso. Su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, aparece como el cerebro detrás de una estrategia de manipulación que ahora se desmorona. Mientras tanto, Ayuso sigue eludiendo responsabilidades, refugiándose en teorías conspirativas que resultan cada vez menos convincentes.

La presidenta madrileña y su equipo han demostrado que no tienen reparos en jugar sucio, pero esta vez, las pruebas les han pasado factura. Ahora queda por ver si este escándalo será suficiente para que rindan cuentas ante la justicia y la ciudadanía.

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