El más que esperado giro del Partido Popular (PP) con el que ha traicionado sus propios principios, o al menos de boquilla, y llega a un acuerdo de gobierno con Vox en Extremadura. El Partido Socialista (PSOE) ha acusado al PP de "comerse sus palabras" y doblegarse ante la extrema derecha, demostrando así una alarmante falta de integridad y una sumisión preocupante.
El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, expresó su decepción en Twitter, afirmando que el PP ha demostrado tener "principios de usar y tirar". Este pacto con Vox contradice las declaraciones anteriores del PP sobre no aliarse con aquellos que niegan la violencia machista o deshumanizan a los inmigrantes. María Guardiola, candidata del PP a presidir la Junta de Extremadura, ha cedido una consejería a Vox, un partido conocido por sus posturas extremistas y negacionistas del cambio climático, la violencia machista y otras barbaridades . Esta concesión es gravemente irresponsable y pone en peligro la lucha contra el cambio climático y la protección del medio ambiente.
La ministra de Educación y Formación Profesional y portavoz del PSOE, Pilar Alegría, ha calificado al PP como un "partido marxista (de Groucho)". Esta afirmación irónica refleja la falta de coherencia del PP, que parece haber adoptado una actitud oportunista y flexible en cuanto a sus principios. Es evidente que el PP está dispuesto a renunciar a sus valores con tal de mantenerse en el poder y evitar que los socialistas formen gobierno.
Incluso dirigentes de alto nivel del PSOE han señalado directamente al presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, por este pacto en Extremadura. Han recordado su propuesta de que gobierne la lista más votada, a pesar de que esto le haría perder el gobierno de la región. Es claro que el PP ha preferido bailar al ritmo de Vox, incluso si eso implica traicionar su propia ideología y los deseos de los votantes.
Este acuerdo entre el PP y Vox en Extremadura demuestra una vez más la influencia creciente de la extrema derecha en la política española. El PP se somete sumisamente a las exigencias de Vox, un partido con posturas polarizadoras y peligrosas. Este pacto socava la democracia y pone en peligro los avances en derechos humanos, igualdad de género y protección del medio ambiente.
Es responsabilidad de todos los ciudadanos y ciudadanas de Extremadura y de toda España rechazar este tipo de alianzas que ponen en riesgo los valores fundamentales de nuestra sociedad. Es hora de que el Partido Popular se comprometa a defender principios sólidos y coherentes, en lugar de sucumbir a la tentación del poder a cualquier precio.