Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular en España, ha tomado un rumbo alarmante hacia la ultraderecha, un movimiento que resulta completamente incompatible con los estándares democráticos que se esperan de un líder político en la Europa actual.
Este deslizamiento hacia posturas extremas ha alcanzado su punto más crítico con las recientes declaraciones de Feijóo, en las que cuestiona abiertamente el trabajo de la Guardia Civil en su función como policía judicial. Estas afirmaciones, sin lugar a dudas, constituyen un ataque intolerable a una institución fundamental para el Estado de Derecho, y colocan al líder del PP en una posición peligrosamente cercana a los límites de la democracia.
A medida que se acerca la fecha de las elecciones europeas, Feijóo parece sucumbir cada vez más a los nervios. Sin embargo, esta ansiedad no justifica de ninguna manera sus acciones. Es alarmante observar cómo, en lugar de ofrecer propuestas políticas constructivas, Feijóo opta por difundir bulos y calumniar a través de denuncias infundadas. Su reciente acusación contra la Guardia Civil, basada en información proveniente de un pseudosindicato de ultraderecha, "Manos Limpias", demuestra su falta de escrúpulos y su disposición a recurrir a cualquier medio para desestabilizar las instituciones democráticas.
Es imperativo que Feijóo se disculpe de inmediato con la Guardia Civil. Sus ataques no solo son injustificados, sino que también ponen en peligro la integridad y el prestigio de una institución vital para la seguridad y el orden público. La política no debe ser un terreno en el que se permita el desprestigio de las fuerzas de seguridad del Estado; Feijóo debe asumir la responsabilidad de sus palabras y retractarse públicamente.
La deriva ultra de Feijóo es un fenómeno alarmante que requiere una respuesta firme y contundente por parte de la sociedad y de los líderes políticos responsables. Es fundamental rechazar y condenar cualquier intento de socavar las instituciones democráticas y el Estado de Derecho.