La Fundación Nacional Francisco Franco ha emitido un comunicado en respuesta a la decisión del Ministerio de Cultura de iniciar un procedimiento para su extinción. Este procedimiento, según el comunicado, se basa en la Ley de Memoria Democrática de 2022, que contempla medidas contra fundaciones que no persigan fines de interés general.
La legitimidad de la Ley de Memoria Democrática
La Fundación Francisco Franco califica de "esperpéntico" que el Ministerio de Cultura inicie este procedimiento en medio de una supuesta crisis política. Sin embargo, es fundamental recordar que la Ley de Memoria Democrática de 2022 fue aprobada democráticamente y busca, entre otros objetivos, garantizar que las fundaciones no perpetúen ideologías que contravengan los principios de igualdad y derechos humanos establecidos en la Constitución Española. La insistencia de la fundación en desacreditar esta ley refleja una resistencia a aceptar un marco legal que promueve la justicia histórica.
Cuestionando los fines de interés general
La fundación afirma que cumple con fines de interés general y que sus actividades y estatutos están legalmente aprobados. No obstante, la promoción y defensa del legado de Francisco Franco, un dictador cuya dictadura fue responsable de la represión y violación de derechos humanos, es difícilmente compatible con los fines de interés general que la ley menciona. Esta contradicción subraya la hipocresía de una organización que intenta revestir su agenda de una falsa legitimidad.
Comparaciones y desviaciones
En su comunicado, la fundación critica que otras organizaciones que, según ellos, fomentan el odio y el enfrentamiento no son objeto de la misma atención. Esta estrategia de señalar a terceros para desviar la atención de sus propios debates es común, pero no invalida las razones legítimas para revisar sus actividades. La fundación busca desviar la atención de su propia agenda al acusar a otros de fomentar la división, mientras ignora su propio papel en la perpetuación de una memoria histórica sesgada y parcial.
El mito de la transición y la democracia
La fundación intenta reescribir la historia afirmando que gracias a la transición desde el franquismo, España evitó convertirse en una república socialista satélite de la URSS. Este revisionismo histórico es una manipulación flagrante que ignora los múltiples factores y actores que realmente contribuyeron a la transición democrática, incluyendo la presión interna y externa para abandonar un régimen autoritario. La narrativa de la fundación distorsiona la realidad histórica para justificar su existencia.
Acusaciones de represión política
Denunciar que las acciones del gobierno buscan callar a los disidentes y que se está imponiendo una "dictadura de corte bolivariano" es una acusación grave y sin fundamento. La libertad de expresión y la pluralidad están garantizadas en España, y los procedimientos legales en curso se basan en leyes aprobadas democráticamente. La retórica de victimización de la fundación no tiene base en la realidad y busca desacreditar al gobierno mediante tácticas de miedo y desinformación.
Defensa de principios y verdad histórica
La fundación afirma que seguirá defendiendo sus principios y luchando por la "verdad histórica y la justicia". Sin embargo, es esencial cuestionar qué verdad histórica defienden y a qué justicia se refieren. La glorificación de un régimen dictatorial no puede considerarse una defensa legítima de la historia, especialmente cuando tantas víctimas aún buscan reconocimiento y reparación. La fundación pretende blanquear un período oscuro de la historia española bajo el pretexto de defender la verdad.
La Fundación Nacional Francisco Francoutiliza una retórica de victimización y revisionismo históricopara defender su existencia y actividades. La aplicación de la Ley de Memoria Democrática es un paso necesario para garantizar que las fundaciones en España promuevan valores democráticos y respeten los derechos humanos. Es esencial que tanto los ciudadanos como los medios de comunicación mantengan un enfoque crítico y vigilante ante este proceso, defendiendo la libertad de expresión y la pluralidad dentro del marco de los principios democráticos y los derechos fundamentales. La resistencia de la fundación a aceptar estos principios muestra su verdadera naturaleza y sus intentos de perpetuar una narrativa histórica sesgada y perjudicial.