Todo el PP pendiente del topo de la UCO

En Génova 13 están convencidos de que después del verano saldrá el titular letal para Pedro Sánchez

29 de Julio de 2025
Actualizado a las 8:43h
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Génova 13, sede del PP en Madrid, en una imagen de archivo
Génova 13, sede del PP en Madrid, en una imagen de archivo

Está claro que el Partido Popular dispone de información privilegiada sobre las investigaciones en curso contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Solo así se explica que Génova 13 haya dado orden de movilización general a sus cuarteles en las diferentes baronías y todos están ya en modo alerta roja electoral. Son muchos los sumarios abiertos (la trama Koldo, con su derivada investigación sobre la supuesta financiación del PSOE, el caso Begoña Gómez, el asunto de David Sánchez y el del fiscal general del Estado, entre otros) y los de Feijóo están seguros de que, más tarde o más temprano, aparecerá en algún audio “el Uno”, el “Señor X” del sanchismo, el gran tótem socialista.

¿Qué sabe Génova sobre los expedientes y dosieres en marcha que circulan por Madrid? Por lo visto, bastante. Es muy posible que el partido tenga topos en la UCO, agentes que van poniendo al corriente de los titulares de prensa que se van a publicar en la caverna a la mañana siguiente. Que existe ese hilo directo es algo que se sabe desde hace tiempo. De ahí que Feijóo haya dado la orden a su portavoz, Miguel Tellado, de que active el botón de DEFCON 1 para pasar directamente al ataque (eso de tocar a rebato y llamar al movimiento nacional les pone mucho). La idea fuerza es que Sánchez no se come el turrón en Navidad. Es más, es muy posible que la bomba estalle después del verano y que ni siquiera llegue al “otoño caliente”, ese concepto tan nuestro que tiene que ver con la rabia tradicional de los españolitos que, tras vivir el espejismo de las vacaciones de verano, retornan al trabajo mal pagado, al yugo del jefe esclavista, al precariado, a la inflación y al facturón de la luz. Un otoño caliente con movilizaciones de los diferentes gremios y colectivos cabreados contra el sistema, más algún que otro audio de Koldo con temas escabrosos sobre Moncloa, sería el escenario perfecto y soñado por el PP. Lo de la grabación mortal para Sánchez podría ocurrir (de 22.000 horas de audio puede salir de todo), otra cosa es que España esté al borde de la convulsión. La economía va relativamente bien y aunque la desigualdad, los bajos salarios y el precio de la vivienda siguen siendo problemas enquistados no parece que haya ambiente de revolución social, preludio de todo cambio brusco de Gobierno. Pero en Génova son optimistas y cruzan los dedos para que confluyan los factores ambientales que culminen, esta vez sí, por fin, en unas elecciones anticipadas.

Por su parte, en Ferraz hay unos asuntos judicializados que preocupan más que otros. Lo de Begoña Gómez inquieta poco o nada; los socialistas están convencidos de que el juez Peinado tendrá que cerrar más pronto que tarde esa causa al no encontrar pruebas concluyentes sobre el famoso máster organizado por la esposa del premier. Lo de Koldo, el siniestro asesor de Ábalos, ya es otro cantar. La UCO sigue el rastro de las supuestas comisiones y mordidas en paraísos fiscales, aunque de momento ese dinero que bien podría acreditar la financiación ilegal del PSOE no aparece no ningún lado. En cualquier caso, los socialistas también tienen a sus fieles en las cloacas policiales, oídos y ojos alerta ante posibles filtraciones de sumarios al Partido Popular. Y en esas estamos. Unos agentes empeñados en sacar a pasear la basura socialista y otros tratando de frenarla. Ni un cómic de Mortadelo y Filemón.

Sea como fuere, el PP no levanta el pie del acelerador y ya ha puesto en marcha la maquinaria electoral. Lo que va por delante va por delante. Pronto cantará alguno de los topos. Así es la cloaca: nunca falla, siempre acaba llegando el soplo. Pese a todo, Sánchez no arroja la toalla y se muestra decidido a repetir como candidato a la Presidencia en 2027. No quiere ni oír hablar de comicios anticipados. “Estoy decidido a presentarme a las elecciones generales”, aseguró hace unas horas el jefe del Ejecutivo. Es como si el líder socialista tuviera la plena convicción de que nada de lo que hay en los respectivos informes judiciales le puede afectar. Y esa es la seguridad que transmite a sus socios de Gobierno, sobre todo a Sumar, cuyos dirigentes viven en un ay permanente, con el corazón encogido, agarrados a un clavo ardiendo y temiendo que en algún momento pueda estallar el escándalo total. En ese caso, sería el final no solo para el Gobierno de coalición, también para el PSOE y para la plataforma de Yolanda Díaz. Un fiasco para la izquierda.

De momento, Tellado ya está repartiendo las circulares internas con las instrucciones del jefe para que cada cual se las estudie entre chapuzón en la piscina y paella. Se trata de “electoralizar el partido” (perdón por el palabro), y de paso de que la tropa sepa que aquí no hay nadie por encima del responsable del “mando único”, o sea él. Lógicamente, el PP tiene sus propios problemas domésticos, como el caso Montoro, el último éxito del long play de la corrupción en los años de Rajoy; las intrigas palaciegas de Ayuso (siempre agitando el avispero de la conspiración); el subidón demoscópico de Vox (que está haciendo calar el discurso de la xenofobia y la antipolítica); y la pelea de gallos entre Carlos Mazón y Francisco Camps por el control de la baronía valenciana. En realidad, con ese listado de quebraderos de cabeza como para pensar en derrocar al presidente. A uno le da que Sánchez, o cae por su propio peso, o estos aficionados del PP no pueden con él.    

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