Alberto Núñez Feijóo ha presentado su tan anunciado plan de vivienda como una revolución destinada a solventar la crisis habitacional que asfixia a los jóvenes españoles. Sin embargo, lejos de ser una solución innovadora, este plan no es más que un refrito de medidas ya existentes, aderezado con un marketing vacío que intenta maquillar la falta de ideas reales. Avales hipotecarios ampliados y supuestos incentivos fiscales no son sino parches que benefician a las entidades financieras y a los especuladores, mientras dejan a las nuevas generaciones atrapadas en hipotecas interminables.
Hipotecarse hasta la jubilación: un regalo envenenado
El PP propone extender la edad para acceder a avales hipotecarios hasta los 40 años, alargando así la deuda de los compradores durante 25 o 30 años. Esto significa que muchos ciudadanos seguirán pagando su hipoteca hasta la jubilación, o peor aún, podrían verse abocados a recurrir a la hipoteca inversa. Este mecanismo financiero, destinado tradicionalmente a personas mayores o con discapacidad, implica que la vivienda acaba en manos del banco tras el fallecimiento del propietario. Un futuro incierto y precario que convierte el sueño de la vivienda propia en una pesadilla hereditaria.
Feijóo disfraza esta realidad con discursos grandilocuentes, pero la verdad es que está condenando a los jóvenes a hipotecar su vida entera, alimentando así la maquinaria de la banca y el negocio inmobiliario.
Reciclaje de medidas y propaganda vacía
El presidente del PP presume de avales para cubrir el 20% del coste de la vivienda, presentándolos como una medida novedosa. Sin embargo, estos avales ya existen gracias a la iniciativa del Gobierno de Pedro Sánchez, gestionados a través del ICO con un fondo de 2.500 millones de euros. Feijóo no hace más que apropiarse de una medida ya implementada y adornarla como si fuera una propuesta propia. Esta estrategia no solo es deshonesta, sino que revela la absoluta falta de creatividad y compromiso real con el problema de la vivienda.
La ampliación de estos avales hasta los 40 años, defendida por Cuca Gamarra, no resuelve la raíz del problema: la falta de vivienda asequible y la precariedad laboral que impide a los jóvenes emanciparse. Feijóo opta por soluciones cosméticas que benefician a los bancos y promotores inmobiliarios, mientras deja de lado políticas estructurales que realmente podrían cambiar la situación.
Incentivos fiscales para la despoblación: una cortina de humo
Otra de las propuestas estrella del PP es ofrecer incentivos fiscales a menores de 35 años para que se muden a municipios con menos de 2.500 habitantes. Una medida que, sobre el papel, podría parecer interesante, pero que en la práctica no ataca el verdadero problema. La falta de servicios, infraestructuras y oportunidades laborales en estas zonas hace inviable que los jóvenes se trasladen allí, por muchas deducciones fiscales que se les ofrezcan.
Feijóo ignora que el verdadero motor de la despoblación es la carencia de empleo de calidad y de servicios públicos. En lugar de invertir en el desarrollo rural, se limita a ofrecer migajas fiscales, demostrando que sus propuestas carecen de profundidad y de un análisis serio de la situación.
Liberalización del suelo: el viejo truco neoliberal
El PP también insiste en la necesidad de liberar suelo para construir más viviendas, una estrategia clásica del neoliberalismo que ya ha demostrado sus fracasos en el pasado. Liberalizar suelo sin control solo beneficia a los grandes promotores inmobiliarios y aumenta la especulación, encareciendo aún más el precio de la vivienda.
Feijóo olvida (o ignora deliberadamente) que el acceso a la vivienda no se soluciona construyendo más pisos de lujo, sino fomentando la promoción de vivienda pública y social, con precios regulados y adaptados a los salarios reales de la población. Sin embargo, estas soluciones no parecen interesarle, ya que chocarían con los intereses de los grandes constructores y fondos de inversión que respaldan al PP.
Un plan para bancos y promotores, no para la ciudadanía
El plan de vivienda del PP, presentado por Feijóo, está diseñado para contentar a los bancos y a las constructoras, no para resolver el drama habitacional de miles de familias. Las propuestas que defiende no ofrecen seguridad ni estabilidad a quienes más lo necesitan. En lugar de reforzar el parque público de vivienda o controlar los precios del alquiler, Feijóo prefiere medidas que perpetúan el endeudamiento y benefician a los especuladores.
La falta de ideas frescas y de voluntad política para afrontar el problema de la vivienda demuestra que Feijóo y el PP están desconectados de la realidad social. Sus soluciones son reciclajes de políticas fallidas que solo contribuyen a agravar la precariedad y la desigualdad.
Una oportunidad perdida
El problema de la vivienda en España exige soluciones valientes y estructurales. Feijóo ha perdido la oportunidad de presentar un plan serio y comprometido. Su apuesta por endeudar a los jóvenes hasta la jubilación, reciclar medidas ajenas y favorecer a los especuladores es una muestra de que el PP sigue atado a los intereses financieros y alejado de las necesidades reales de la ciudadanía.
Mientras tanto, miles de jóvenes seguirán viendo la vivienda como un sueño inalcanzable, hipotecando su futuro para sostener un modelo que solo beneficia a unos pocos. Feijóo no ha presentado un plan de vivienda, ha diseñado una trampa de deuda que perpetúa la precariedad de toda una generación.