En un nuevo ejemplo de la degradación política de la derecha española, el Partido Popular ha decidido sumergirse en las aguas turbias de la manipulación y la mentira con su reciente campaña contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. En un vídeo difundido en redes sociales, el PP acusa a Sánchez de favorecer a violadores y agresores sexuales gracias a la ley del 'solo sí es sí', una estrategia que no solo es miserable sino también indigna de un partido que pretende representar a la sociedad española.
El vídeo del PP destaca cifras relacionadas con reducciones de condena y excarcelaciones, cifras que pretenden demostrar una supuesta complacencia del Gobierno con criminales sexuales. Estos datos, presentados sin contexto ni veracidad, son un intento desesperado de desacreditar al Ejecutivo y confunden la realidad de la ley, diseñada para proteger a las mujeres, con una supuesta impunidad para agresores sexuales.
La respuesta del Gobierno ha sido rápida y contundente, calificando la campaña del PP como "miserable" e "indigna". La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, no ha dudado en criticar la "indignidad" del PP, un partido que, por un lado, pacta con fuerzas ultraconservadoras como Vox y, por otro, se sumerge en estrategias de manipulación para confundir a la ciudadanía.
La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha tildado el vídeo del PP de "odioso e ignorante", destacando la falta de escrúpulos al difundir información falsa. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha señalado que el PP "blanquea al negacionismo de la violencia de género" y gobierna con fuerzas políticas que buscan retroceder en el tiempo en cuanto a los derechos de las mujeres.
Las ministras también han recordado los pactos del PP con Vox en diversas instancias gubernamentales, poniendo de manifiesto la hipocresía de un partido que se alía con una formación que niega la violencia machista y que, según algunas críticas, blanquea a los agresores.
La campaña del PP para el 8M no solo es un ejercicio de desinformación y tergiversación, sino también una muestra palpable de la falta de ética y moral en su forma de hacer política. En lugar de centrarse en verdaderas problemáticas y luchas por la igualdad de género, el PP prefiere sumergirse en tácticas reprensibles que solo sirven para alimentar la polarización y la desconfianza en la sociedad española.