Santos Cerdán dimite como secretario de Organización del PSOE y deja el acta de diputado

Dimisión, dudas y una respuesta tardía ante la corrupción que sacude al Partido Socialista

12 de Junio de 2025
Actualizado a las 16:24h
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Santos Cerdan Supremo
El secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán | Foto: PSOE

La política española se ve sacudida por un nuevo escándalo de corrupción, y en este caso, es el propio Partido Socialista Obrero Español (PSOE) el que se ve envuelto en una tormenta interna. Santos Cerdán, hasta hace poco secretario de Organización del PSOE, ha dimitido de todos sus cargos tras la filtración de unos audios comprometedores que lo vinculan a presuntos cobros de mordidas. Esta decisión, tomada en un momento de extrema gravedad política, no hace más que agitar el panorama político español, con implicaciones que aún están por definir.

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Carta de dimisión de Santos Cerdán

El silencio de Cerdán, y la omisión de Sánchez

El hecho de que Cerdán haya decidido abandonar sus funciones, entregando incluso su acta de diputado, plantea una serie de interrogantes sobre el liderazgo del PSOE. A pesar de la dimisión, Cerdán mantiene su inocencia y se muestra dispuesto a colaborar con la justicia. Sin embargo, el daño ya está hecho. Las pruebas, contenidas en el informe de la UCO, sugieren que el político socialista gestionó la suma de 620.000 euros en comisiones ilegales. Un escándalo que, a pesar de su gravedad, llega en un contexto donde la respuesta del Partido Socialista parece más reactiva que proactiva.

Santos Cerdán ha negado rotundamente las acusaciones, afirmando que no ha participado en ninguna operación ilegal ni ha cobrado comisiones vinculadas a adjudicaciones de obra pública. A pesar de las grabaciones y mensajes intervenidos por la UCO que lo implican en el informe judicial, Cerdán mantiene que no ha intervenido en conversaciones sobre mordidas o amaños de contratos. Además, ha confirmado que acudirá a declarar voluntariamente ante el Tribunal Supremo el 25 de junio, tal como le ha ofrecido el juez instructor del caso. El exsecretario de Organización muestra su disposición a aclarar cualquier extremo de la investigación y defender su inocencia.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha mantenido un silencio desconcertante en relación con este caso. Su ausencia en un momento tan crítico solo alimenta las dudas sobre la capacidad del PSOE para manejar crisis de este calibre. Las críticas no solo provienen de la oposición, sino también de sus propios socios de gobierno, como ERC, que exigen explicaciones inmediatas. Gabriel Rufián, portavoz de ERC, ha solicitado un pleno monográfico para abordar la situación y ha criticado la pasividad del Ejecutivo, cuestionando dónde se encuentra Sánchez en este momento de crisis.

La respuesta tímida y el daño a la credibilidad

Las voces dentro del propio PSOE también están empezando a alzar el tono. Ministros como Ernest Urtasun y Mónica García, de Sumar, han reclamado una respuesta contundente y la expulsión de Cerdán de sus responsabilidades dentro del partido. La corrupción no debe tener cabida en un gobierno progresista, sostienen. En este sentido, la renuncia de Cerdán, aunque necesaria, llega demasiado tarde para evitar que la sombra de la duda se cierna sobre la cúpula socialista.

El político socialista ha pedido respeto al proceso judicial y ha instado a no sacar conclusiones precipitadas a partir de filtraciones parciales o informaciones incompletas. Insiste en que, una vez conozca el contenido íntegro del informe y su declaración judicial, dará explicaciones públicas completas sobre los hechos que lo involucran. En medio de este torbellino de acusaciones, Cerdán también ha reiterado su compromiso con la transparencia y la legalidad en el ejercicio de sus responsabilidades políticas, agradeciendo el apoyo recibido de compañeros y militantes del PSOE en estos momentos difíciles.

La dimisión de Cerdán: un acto necesario pero insuficiente

La renuncia de Santos Cerdán puede parecer un intento de restaurar la credibilidad del PSOE. Sin embargo, la dimisión de un solo cargo no es suficiente cuando el escándalo afecta a pilares fundamentales del partido. La situación requiere una revisión a fondo de las estructuras internas del PSOE y de sus prácticas de transparencia. Si el PSOE pretende seguir siendo un referente en la política española, debe dar un paso al frente, asumir la responsabilidad de lo sucedido y demostrar que está comprometido con la lucha contra la corrupción.

Este caso pone de manifiesto las profundas contradicciones dentro del sistema político español, donde los escándalos de corrupción parecen estar a la orden del día, y las respuestas de los partidos muchas veces son lentas e inadecuadas. En momentos como este, los ciudadanos exigen más que dimisiones. Quieren explicaciones claras, acciones firmes y, sobre todo, un compromiso real con la transparencia y la justicia. Sin estos elementos, los partidos políticos seguirán perdiendo la confianza de la ciudadanía.

La gravedad de la situación es incuestionable. Mientras el PSOE lidia con su propia crisis interna, la oposición también se aprovecha de la oportunidad. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha calificado el informe de la UCO como "extremadamente grave", pero de momento ha decidido no presentar una moción de censura. Esta cautela, aunque comprensible, no oculta el hecho de que la oposición tiene una carta potente para jugar, mientras que el PSOE se encuentra inmerso en una batalla por recuperar su credibilidad.

Lo que está en juego no es solo el futuro de Santos Cerdán, sino el de un PSOE que se enfrenta a un momento crucial de su historia. La dimisión de Cerdán es un primer paso, pero no basta. El PSOE necesita una renovación profunda, y lo que ahora se requiere es un compromiso firme con la transparencia, la justicia y la ética en la política. Solo entonces podrá recuperar la confianza de los votantes y demostrar que, aunque algunos de sus miembros hayan fallado, el proyecto socialista sigue siendo un motor de progreso para España.

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