El crecimiento de la pobreza, la gran asignatura pendiente de Sánchez

16 de Noviembre de 2023
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Investidura Sanchez 06

Uno de los factores que más ha ponderado Pedro Sánchez para destacar su acción de gobierno desde que alcanzó la Presidencia en junio de 2018 ha sido su agenda social, en la que le han quedado varias asignaturas pendientes como, por ejemplo, el crecimiento de la pobreza. Las cifras oficiales demuestran que se mantiene la tendencia de los gobiernos del Partido Popular: la economía mejora pero no llega a las familias sino a los bolsillos de las clases privilegiadas, las mismas que luego sacan sus beneficios fuera de España.

Según los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida, del Instituto Nacional de Estadística (INE), el umbral de pobreza mayor es uno de los más elevados de la historia, cifras que quedan constatadas por los datos de Eurostat.

El hecho de que los datos macroeconómicos sean positivos está ocultando que, según la Encuesta de Población Activa, el número de hogares sin ingresos ha experimentado ligeros cambios, en algunos momentos de los gobiernos de Pedro Sánchez una ligerísima disminución, pero, analizando los datos agregados se descubre que no se ha mejorado en este aspecto. Es más, se puede comprobar cómo en el primer gobierno Sánchez ese porcentaje subió.

La situación extrema que provoca el hecho de no tener ningún tipo de ingresos afecta a más de 550.000 familias. Esta situación no es una consecuencia de la pandemia, sino que es algo coyuntural a lo que el ejecutivo de coalición progresista no le ha encontrado, de momento, una solución efectiva. En el año 2019, al menos un 3% de los hogares españoles sufrían una situación extrema de falta de ingresos. Además, las medidas adoptadas tras la pandemia, con nuevas prestaciones, no han servido para mejorar esta situación.

Desde 2019, según los datos del INE, la privación material severa de las familias se ha disparado. Otro "éxito" de Pedro Sánchez. La pandemia, evidentemente, incrementó este indicador. La recuperación económica posterior hubiera determinado, en buena lógica, una mejora. Sin embargo, no ha sido así y, en algunos casos, ha empeorado.

Este agudizamiento de este elemento de la pobreza extrema viene determinado por factores como la incapacidad de mantener una temperatura en la vivienda, de mantener una dieta básica o de hacer frente a gastos imprevistos. El resto de las carencias también empeoran, incluidos los retrasos en los pagos, que es superior al periodo prepandemia.

Las cifras oficiales confirman que hay un grupo de población, que es creciente, que ha sido olvidado por el gobierno actual porque las mejoras de la economía no les llegan. Esto pone a la España en el peligroso camino a la cronificación de la pobreza extrema.

Por eso, los datos no cuadran. Mientras que la renta media familiar se ha incrementado de 16.937 euros mensuales a 19.160, según el INE, la renta neta a precio de mercado se ha reducido de 19.612 a 18.431 euros. Esto demuestra que los incrementos en el salario mínimo, la revalorización de las pensiones o la reforma laboral no está teniendo una eficacia real sobre la economía de las familias.

Desde que Pedro Sánchez está en el gobierno no se han reducido los índices de pobreza. Las familias que se encuentran por debajo del umbral de la pobreza, según el INE, se han incrementado. La tasa de exclusión social ha seguido el mismo camino, lo mismo que el número de beneficiarios titulares de rentas mínimas.

Según los datos del Consejo General del Poder Judicial, desde que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno, los desahucios por alquiler se han incrementado en 9 puntos.

Ese es el currículum con el que Sánchez llegó a la sesión de investidura. El proyecto social que ayer presentó puede paliar los errores que él mismo ha reconocido que cometió. Nunca es tarde si la dicha es buena, pero Sánchez no puede seguir permitiendo que en España las clases privilegiadas sigan siendo las máximas beneficiadas de las mejoras de la economía y las clases medias y trabajadoras continúen sobreviviendo con las sobras. Eso no es progresismo.

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