«El Kremlin activó una guerra de información para desestabilizar España»

Según las investigaciones de la Guardia Civil, sí existió una guerra híbrida contra España no muy diferente de las que Rusia ha practicado en otras democracias occidentales

02 de Julio de 2024
Actualizado a las 17:19h
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Vladimir Putin Kremlin

Las revueltas ciudadanas en aquella Cataluña convulsa del procés tuvieron mucho que ver con las redes sociales, un medio de desestabilización en el que los hackers rusos son auténticos genios.

Los expertos informáticos de Moscú, hábiles en la llamada guerra híbrida, saben bien cómo agitar el descontento social y la rabia de los ciudadanos de las democracias liberales hasta canalizarlas hacia movimientos violentos de tinte insurreccional en el que participan miles de personas.

En un momento del sumario del Caso Voloh, al que Diario16+ ha tenido acceso, Oriol Soler, empresario catalán y uno de los investigados como presidente de Som, llega a decir: “Aceptar con la naturalidad con que lo estamos haciendo que Tsunami es terrorismo, es mortal. Por eso, es necesario que el 9N sea un éxito, una fiesta, un día inolvidable. Si hacemos visible que Tsunami somos todos, las entidades, la cultura, hacemos inviable la acusación de terrorismo. Spain, sit and talk [España, siéntate y habla]”.

Según la Guardia Civil, Soler se entrevistó con Julian Assange, el periodista y activista australiano fundador del sitio web WikiLeaks, el portal que airea la corrupción de los políticos de todo el mundo, así como cuestiones de alta seguridad internacional. Assange, recientemente liberado tras llegar a un acuerdo con la Justicia de los Estados Unidos, se mostró muy activo en las redes sociales a la hora de mostrar su apoyo al procés independentista catalán. 

El propio Soler reconoció que ese encuentro tuvo lugar en la sede de la embajada de Ecuador en Londres, donde el activista se encontraba refugiado, el día 9 de septiembre de 2017. Soler declaró públicamente que ese encuentro se produjo puesto que, en su opinión, los catalanes, al igual que Assange, también sufren “espionaje electrónico y físico, censura, irregularidades judiciales, arrestos, intentos de extradición, prisión, exilio, bloqueo financiero, noticias falsas y contrapropaganda”. Lo cierto es que Assange, ya desde agosto de 2017, se había mostrado tremendamente activo en la red social Twitter (ahora X) con mensajes contra El Periódico de Catalunya y su entonces director, Enric Hernández.

Además, Soler no habría acudido solo a aquella cita pues, “al parecer, fue acompañado de Andreu Grinyó, experto en campañas de comunicación y afín al independentismo”, según indica el sumario. El dato no es como para pasarlo por alto, ya que es público y notorio que Rusia ha recurrido a Assange, en diversas ocasiones, para llevar a cabo sus planes de desestabilización mundial.

Los agentes de la Guardia Civil encargados de la investigación del caso Voloh informaron aljuez Aguirre de que en las comparecencias e intervenciones en la Cámara de los Comunes Británica de 19 de diciembre de 2017 se habló de las supuestas injerencias de Rusia en la revuelta popular catalana a través, fundamentalmente, de las conocidas como fake news.

En aquella comparecencia parlamentaria participaron como testigos Samantha Bradshaw, Kalina Bontcheva, David Alandete, Francisco De Borja Lasheras y Mira Milosevich Juaristi. Se aportó además documentación acerca de la cronología temporal en el proceso de autodeterminación de la República de Crimea, en la que se observaron paralelismos con el proceso de secesión catalán, puesto que, en aquel momento, el 27 de febrero de 2014, Rusia movilizó tropas militares bajo el pretexto de defender sus intereses en la zona. El 11 de marzo de 2014, el Parlamento de Crimea aprobó una declaración unilateral de independencia que, a pesar de ser declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional de Ucrania, se ratificó en referéndum el 16 de marzo de 2014, aceptando los votantes, mayoritariamente, la anexión a la Federación Rusa.

Es decir, según se desprende de la documentación judicial, se evidencia, como defiende el juez Aguirre en su auto de inicio de pieza separada, que la injerencia rusa como medida de estrategia geopolítica de desestabilización fue un hecho cierto durante el otoño de 2017 y para ello se difundieron “desinformación y noticias falsas”, como que se había vivido la peor violencia en Europa desde la Segunda Guerra Mundial o que España no respeta las libertades democráticas básicas como el derecho a votar.

“No parecen albergarse dudas de que el Gobierno del Kremlin activó, en ocasiones de forma ambigua, la guerra de información para desestabilizar España como parte de su narrativa general sobre una Unión Europea al borde del colapso y es ese el principal mensaje de los medios de comunicación controlados por el Kremlin: Russia Today y Sputnik”, indica el sumario. A esa desinformación se unieron, precisamente, Julian Assange y Eduard Snowden [ex agente de la CIA pasado al bloque ruso], quienes compartían la misma editora, Margarita Simonyan, curiosamente editora jefa de ambos medios de comunicación progubernamentales controlados por Vladímir Putin.

 

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