El PP y la extrema derecha se unen nuevamente para manipular y mentir a los españoles

14 de Noviembre de 2022
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Feijóo y Abascal

El Partido Popular y toda la maquinaria de la caverna mediática, redes sociales e, incluso, cargos a los que se les supone cierta capacidad han perdido el Norte. Una de dos, o mienten o no saben más. Cualquiera de las dos opciones es muy preocupante como mínimo.

La última polémica de la que, como es habitual, hacen uso los populares para hacer ruido e intentan desgastar al Gobierno es la derogación, y así adaptación a la legislación europea, del delito de sedición. Un delito que como ha escrito el profesor Rebollo, tiene su origen en una época de “orden público de partidas y barricadas”, y en las patologías autoritarias que la acompañaban.

Sin pudor, o sin contrastar en el mejor de los casos, el PP compara España con Alemania y afirma que la condena por el delito de sedición es de diez años o incluso cadena perpetua, pero el Código Penal alemán recoge estas penas para el delito de rebelión.

Lo grave de esto es que la opinión pública, legos en su mayoría en la materia, confunden los términos y, por ende, el mensaje, todo esto a la vista de las opiniones que vomitan en masa en redes sociales los acólitos de la rancia derecha de este país alimentados, entre otros,por declaraciones de Faes, fundación presidida por el expresidenteJosé María Aznar, que aseguran que "podríamos estar ante una amnistía encubierta a los condenados por el referéndum ilegal en Cataluña". Esto, directamente, es falso.

Cualquiera de los países con los que el Partido Popular compara las penas del delito de sedición contempla en sus textos legales menos condena que en España. De hecho, mientras en España el delito de sedición, recogido en el código penal desde el artículo 544 al 549 establece de 8 a 10 años de cárcel para los autores y de 10 a 15 si tenían puestos de autoridad y fuera de estos casos, de 4 a 8 años. En Alemania, Italia, Portugal, Bélgica o Francia, la pena varía según el país, pero lo que es incontestable es que donde se contemplan condenas más altas es en España.

Ruido, humo absolutamente tóxico que se desprende de la quema de plásticos barnizados, además de una absoluta ignorancia, es lo que, en resumen, exhala la derecha española con este y otros temas de actualidad.

Eso sí, todos los argumentos que esgrimen para atacar vilmente al Gobierno de España se resumen en unas cuantas afirmaciones que con un depurado estilo goebbeliano repiten una y otra vez desde las filas, no solo del PP, si no de toda la derecha: Sánchez quiere perpetuare en el poder, Sánchez se está forrando, Sánchez es antipatriota, Sánchez... Sánchez... Sánchez que, como en su momento José Luis Rodriguez Zapatero, para la derecha, tiene la culpa de todos los males de este país.

Lo que algo es evidente es que esta virulencia verbal de la derecha española no tiene mucho remedio y, no es tremendismo el alertar a la ciudadanía del peligro que tiene creer, sin más, los eslóganes publicitarios con tildes fascistoides que a modo de mantra repiten los líderes del Partido Popular y Vox, y algún otro,como esa manía de dudar o directamente negar, y que ya algunos empiezan a creerse, de la legitimidad del gobierno de coalición que no es otra cosa que fruto de la aritmética parlamentaria que refleja el sentir de una mayoría de los españoles.

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