En vísperas de las elecciones europeas, las encuestas de opinión pronostican una victoria de los conservadores y un avance significativo de las listas populistas y de extrema derecha en numerosos países de la Unión Europea. Este posible resultado plantea serias dudas sobre el futuro del Pacto Verde Europeo, una de las políticas medioambientales y climáticas más ambiciosas del mundo. Las ONG ambientalistas están en alerta, temiendo que este cambio en la Eurocámara socave los esfuerzos realizados hasta ahora en la lucha contra el cambio climático.
Amenazas al pacto Verde Europeo
El Pacto Verde Europeo es una serie de iniciativas políticas destinadas a situar a la UE en el camino hacia una transición ecológica con el objetivo de alcanzar la neutralidad climática para 2050. Este paquete incluye medidas que afectan a sectores clave como la energía, la industria, el transporte y la agricultura, y establece, por ejemplo, la eliminación de la venta de automóviles con motores de combustión interna para 2035. Sin embargo, varios partidos de ultraderecha europeos han prometido desmantelar este pacto si logran una mayoría en el Parlamento Europeo.
Nicolas Berghmans, del Instituto para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones Internacionales (IDDRI) con sede en París, señala: "La extrema derecha europea siempre ha estado en contra de la agenda del Pacto Verde. Siempre ha votado en contra de los textos, incluso de los más consensuados". Como ejemplo, menciona la Ley del Clima de 2021, que propone una reducción del 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 y alcanzar la neutralidad del carbono para 2050. A pesar del apoyo de la derecha, el centro y la izquierda, la extrema derecha votó en contra de esta ley.
El Pacto Verde como chivo expiatorio
Alberto Vela, de la Oficina Europea del Medio Ambiente (EEB), que agrupa a 180 asociaciones ecologistas de todo el continente, describe la postura de la extrema derecha como populista y electoralista. "La extrema derecha siempre ha operado con una narrativa que se basa en chivos expiatorios. Antes era la inmigración, luego los burócratas de Bruselas, y ahora es el Pacto Verde. Son diferentes máscaras para la misma estrategia", analiza Vela.
Esta narrativa ha demostrado ser eficaz en la movilización de votos, utilizando el argumento de que el Pacto Verde es una de las causas de los riesgos para la seguridad y el poder adquisitivo, aunque estos argumentos no se sustentan en hechos. Berghmans añade: "Europa tiene una ventaja evidente y muy fuerte en materia de seguridad energética en el desarrollo de energías renovables para sustituir a las energías que emiten CO2. Así que Europa tiene todo el interés en acelerar la transición energética".
Reticencias en la derecha tradicional
Recientemente, una parte de la derecha tradicional, agrupada en el Partido Popular Europeo (PPE), ha comenzado a compartir algunas de las reticencias de la extrema derecha, especialmente en temas de biodiversidad y crisis agrícola. En Francia, el partido Los Republicanos ha adoptado una línea populista, culpando al Pacto Verde de los problemas en varios sectores laborales, aunque no sean la causa principal de estos problemas. Esta estrategia también ha sido adoptada por una parte del grupo de centroderecha liberal Renew en el Parlamento Europeo, al que pertenece el partido Renacimiento de Emmanuel Macron.
Los lobbies del agronegocio y otras industrias han aprovechado el descontento económico y social exacerbado por la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania para oponerse a las reformas del Pacto Verde. Según Vela, "los lobbies del agronegocio utilizaron en su favor el choque económico de la pandemia y la guerra para decir a la Comisión Europea que no era el momento de hacer reformas, so pena de perder competitividad económica, y que era preferible el statu quo".
En vísperas de las elecciones, un viento contrario a los intereses ecológicos recorre la Unión Europea, incentivado por partidos políticos populistas y determinados grupos de presión. Este retroceso podría dejar a Europa atrás en la carrera global por la transición ecológica. Neil Makaroff, director del centro de análisis sobre la transición energética Strategic Perspectives, advierte que si Europa pone en pausa o da varios pasos atrás en su política medioambiental, corre el riesgo de ser superada rápidamente por China y Estados Unidos, que están invirtiendo masivamente en tecnologías verdes.
Debate verde en España
En un debate celebrado en Madrid por la Fundación Conama y la organización Talento para la Sostenibilidad, los candidatos al Parlamento Europeo de partidos como el PSOE, Sumar, Podemos y Ciudadanos criticaron duramente la postura del Partido Popular Europeo (PPE) y su giro hacia posturas más conservadoras y reticentes respecto al Pacto Verde. Pilar del Castillo, eurodiputada y exministra del PP, defendió que su partido apoya el Pacto Verde, aunque con algunas reservas sobre las "abrumadoras obligaciones" que se les exigen a sectores como el agrícola.
El Pacto Verde Europeo es más que una serie de leyes; es una estrategia para asegurar que la Unión Europea se mantenga a la vanguardia en la lucha contra el cambio climático y la protección del medio ambiente. En juego están no solo los objetivos de reducción de emisiones y la transición hacia energías limpias, sino también la posición de Europa como líder global en sostenibilidad.
Un futuro en juego
Las elecciones europeas del próximo 9 de junio serán determinantes para el futuro del Pacto Verde y, por extensión, para el medio ambiente y la calidad de vida en Europa. Los ciudadanos tienen en sus manos la decisión de apoyar a quienes promueven una agenda ecológica ambiciosa o permitir un retroceso que podría tener consecuencias devastadoras para el planeta y las futuras generaciones.
Con el avance de los partidos conservadores y de extrema derecha, el medio ambiente podría convertirse en el gran perdedor de estas elecciones. Es crucial que los votantes sean conscientes de las implicaciones de su elección y consideren el impacto que las políticas medioambientales tienen no solo en su vida diaria, sino en el futuro del continente y del planeta.