Faes sigue justificando la manipulación de Aznar del 11M

11 de Marzo de 2024
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Ayuso

Dos décadas han transcurrido desde aquel fatídico 11 de marzo de 2004, (11M) fecha en la que España fue sacudida por los atentados terroristas más mortíferos de su historia reciente. Los ataques, que dejaron 192 muertos y cerca de 2.000 heridos, no solo marcaron un antes y un después en la política y sociedad españolas, sino que también dejaron al descubierto una serie de falacias y manipulaciones por parte del Gobierno de José María Aznar y, en particular, del Partido Popular (PP), las cuales reverberan hasta el día de hoy, en medio de conmemoraciones y homenajes a las víctimas.

FAES justifica la manipulación del 11M

En los momentos inmediatamente posteriores a los atentados, el Gobierno del PP, encabezado entonces por Aznar, persistió en atribuir la autoría a ETA, pese a la creciente evidencia que apuntaba a un ataque yihadista. Esta insistencia no se basó en errores de apreciación inocentes sino que se enmarcó en un contexto electoral, buscando posiblemente capitalizar un sentimiento antiterrorista vinculado históricamente a la lucha contra ETA. Sin embargo esta estrategia no solo fue un grave error de cálculo político, sino también una falta de respeto a las víctimas del 11M y a la sociedad española, al anteponer intereses partidistas sobre la verdad y la justicia.

A 20 años de los atentados, la sombra de aquella manipulación aún se proyecta larga y oscura. La fundación FAES, liderada por Aznar, ha publicado un comunicado en el que, lejos de ofrecer una disculpa, se reafirma en la narrativa de la incertidumbre inicial sobre los autores del atentado, a pesar de que la evidencia de la autoría yihadista ya estaba presente desde el primer día. Este tipo de declaraciones no hace más que profundizar la herida, evidenciando una falta de voluntad para reconocer errores y asumir responsabilidades.

El PP homenajea a las victimas mirando para otro lado

Es revelador que, mientras se suceden los homenajes a las víctimas, con la participación de altas autoridades del Estado, incluidos los Reyes y el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el PP y sus figuras más representativas eludan cualquier gesto de reconocimiento de sus fallas durante aquellos críticos días de marzo de 2004. La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, ha rehusado valorar la actuación del Ejecutivo de Aznar tras el 11-M con el pretexto de que "hoy no es el día para que se dediquen a atacar a quien estaba al frente", solo subraya la persistencia de una actitud defensiva y la ausencia de un mea culpa necesario y sanador.

Mientras tanto, voces críticas desde dentro y fuera de España continúan señalando la manipulación y la utilización política de los atentados por parte del PP. La insistencia en vincular a ETA con los ataques, aun cuando la evidencia apuntaba claramente en otra dirección, fue una estrategia que buscó, sin éxito, perpetuar un poder político a costa de la verdad y la credibilidad institucional.

El 11M debe ser un día de unidad

La tragedia del 11-M debió ser un momento de unidad nacional, de solidaridad con las víctimas y de reflexión sobre la vulnerabilidad ante amenazas globales. En lugar de eso, se convirtió en un episodio de división y manipulación política, cuyas secuelas aún persisten. La ausencia de una disculpa genuina por parte del PP y de sus líderes, especialmente de aquellos que estuvieron al frente durante aquellos días, refleja una indignidad que, veinte años después, sigue ensombreciendo el legítimo homenaje a las víctimas del 11-M.

Este aniversario debiera ser un llamado a la reflexión, no solo para honrar a quienes perdieron la vida o fueron afectados por los atentados, sino también para exigir responsabilidad, transparencia y, sobre todo, verdad, por parte de quienes, desde posiciones de poder, fallaron en su deber hacia la sociedad a la que debían proteger y servir. La dignidad de las víctimas y de la democracia española merece, al menos, ese gesto de honestidad y reconocimiento.

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