El nuevo director del FBI de Donald Trump, Kashyap Patel, es un fanático conspiracionista, cercano a la teoría Qnon y al aquelarre ultra supremacista de la Heritage Foundation. Su nombramiento es un peligro para la seguridad nacional y para la democracia estadounidense, puesto que, tal y como él mismo afirmó, no dudará en aplicar los mismos procedimientos de opresión y represión que en autarquías como la Rusia de Vladimir Putin o la Venezuela de Nicolás Maduro.
Sólo dos senadores republicanos tuvieron el valor de votar en contra del nombramiento de Patel, un hombre a quien ex miembros de las administraciones de Trump acusaron de ser un peligroso elemento que será propenso a violar las leyes. Los fanáticos de MAGA votaron a favor del nombramiento de este personaje a pesar de las señales de alerta.
Durante la anterior administración de Donald Trump, el presidente quiso colocarlo a toda costa en puestos relacionados con la seguridad nacional y en los servicios de inteligencia. Cuando Patel fue nombrado jefe de gabinete del Secretario de Defensa interino, justo después de las elecciones de 2020, el presidente del Estado Mayor Conjunto, Mark Milley, le aconsejó que no violara la ley para mantener a Trump en la Casa Blanca a pesar del resultado electoral. Hay que tener en cuenta que el nuevo director del FBI es uno de los partidarios más radicales de la teoría de la conspiración del «robo electoral» de 2020. Sin embargo, no tuvo el valor suficiente para asaltar el Capitolio, como hicieron otros que siguieron la voz de su amo.
El actual presidente también pretendió colocar a Patel en la subdirección del FBI durante su anterior administración. Sin embargo, el fiscal general Bill Barr fue categórico en su oposición a ese nombramiento: «Por encima de mi cadáver». Trump también quiso colocarle en la subdirección de la CIA. La entonces directora de la agencia, Gina Haspel, amenazó con dimitir si le colocaban a semejante personaje.
La capacitación de Patel para dirigir el FBI es nula. Pero lo más peligroso son las consecuencias que tendrá su gestión de una de las agencias claves para la seguridad de los Estados Unidos.
Además de su lucrativo trabajo para las consultoras relacionadas con empresas relacionadas con la trata de personas y el trabajo forzado de seres humanos, tal y como se demuestra en los documentos oficiales del Senado de los Estados Unidos a los que Diario16+ ha tenido acceso, son realmente escalofriantes sus intenciones de procesar y encarcelar a periodistas y opositores críticos con Donald Trump. Es decir, exactamente lo mismo que en la Rusia de Vladimir Putin o la Venezuela de Nicolás Maduro. Es decir, su sueño es convertir al FBI en una copia de la Guardia Revolucionaria del Irán de los ayatolás.
La lista de enemigos de Patel, que se incluyó en su libro Government Gangsters, está compuesta por los oponentes políticos del presidente Trump y las personas que se opusieron a sus esfuerzos por revocar el resultado de las elecciones de 2020. Patel también ha dicho públicamente que «va a perseguir» a los periodistas que, según su mente quijotesca, «ayudaron a Joe Biden a manipular las elecciones presidenciales», miembros de los medios de comunicación a los que el presidente Trump también ha colocado el punto de mira.
Por otro lado, Patel ha amenazado, siguiendo al pie de la letra lo indicado en el Proyecto 2025 creado por los ultras supremacistas de la Heritage Foundation y que es la agenda de gobierno de Donald Trump, con despidos masivos de agentes del FBI, algo para lo que no tiene competencias. Si lo hace, estaría violando la ley.
Además, el ultra Kash Patel fue investigado por la manipulación y uso de material clasificado para el que no tenía nivel de autorización de seguridad. Así se recoge en un informe del Fiscal Especial. Patel presuntamente mintió al afirmar que Trump había desclasificado documentos antes de salir de la Casa Blanca, hecho que no está registrado en ningún sitio.
Vinculaciones peligrosas con potencias extranjeras
La misión del FBI es, por encima de todo, garantizar la seguridad y perseguir delitos de ámbito federal. Sin embargo, el director elegido por Donald Trump tiene vinculaciones muy peligrosas. Según los documentos a los que ha tenido acceso este medio, Kash Patel trabajó como consultor para CSGM AS, la «organización de servicios» que brinda planificación estratégica y otros servicios al Grupo Checoslovaco (CSG), una empresa de armas checa.
En enero de 2024, el entonces senador JD Vance, y actual vicepresidente, envió una carta en la que instaba a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, a bloquear la adquisición de una empresa de armas con sede en Estados Unidos debido a una «seria preocupación» sobre el negocio. Diario16+ ha tenido acceso a la misiva. Vance dijo que el grupo tiene «un largo historial de irregularidades y conexiones bien documentadas con adversarios estadounidenses», incluidas ventas de armas imprudentes y vínculos con el círculo íntimo del presidente ruso Vladimir Putin. Esa empresa era CSG, la misma para la que trabajó Patel.
Por otro lado, el director del FBI trabajó como consultor para la Embajada de Qatar. En 2024, la embajada gastó 180.000 dólares en actividades de lobby y se registró bajo la Ley de Registro de Agentes Extranjeros para influir en los miembros del público y del gobierno para que vean al gobierno qatarí «de manera positiva y, en última instancia, fomenten políticas exteriores estadounidenses beneficiosas» hacia Qatar. Recientemente, Qatar se ha enfrentado al escrutinio de los republicanos debido a su supuesta colaboración y financiación a Hamás.
¿Lucro o corrupción?
En 2022, Patel fundó una organización sin ánimo de lucro, la Fundación Kash, y declaró al IRS (la Agencia Tributaria de los Estados Unidos) que el grupo brindaría «apoyo financiero» a los veteranos y a las fuerzas del orden y subvenciones a «aquellos que tienen el coraje de enfrentarse a las malas acciones del gobierno».
Patel y los demás directores de la fundación afirman que no cobran ningún tipo de remuneración. Sin embargo, según la documentación fiscal a la que Diario16+ ha tenido acceso, el mayor gasto de la fundación de Patel en 2023 fue un pago de más de un cuarto de millón de dólares a una empresa propiedad de su vicepresidente.
Ese mismo año, Patel informó haber entregado aproximadamente 168.000 dólares en asistencia directa en efectivo a unas 50 personas anónimas. De las pocas personas que han admitido recibir dinero de la organización de Patel, algunas tomaron medidas específicas que parecerían beneficiar a Patel y al presidente Trump. Por ejemplo, dos denunciantes admitieron al FBI haber recibido dinero de Patel casi al mismo tiempo que testificaron ante el Congreso que el FBI se había convertido en un «arma». Esta mezcla de política con el trabajo sin ánimo de lucro de Patel ha planteado preguntas sobre si está violando la ley federal y las reglas del IRS.
Fanatismo conspiracionista
El director del FBI de Donald Trump se ha lucrado durante los últimos años con el negacionismo electoral y con la teoría de la conspiración del supuesto robo de las elecciones de 2020.
En 2023, Patel publicó su libro Government Gangsters y fue acreditado como productor de la canción «Justice for All», que presentaba como héroes a los supremacistas y fanáticos insurrectos encarcelados y al presidente Trump. Patel también es autor de tres libros infantiles que promueven mentiras sobre la primera presidencia de Trump y las elecciones de 2020. También aparece como copropietario de Based Apparel, que comercializa productos con temática de Trump por hasta 70 dólares.
En el mes de diciembre de 2024, Dinesh D'Souza, el cineasta de extrema derecha indultado por Donald Trump, hizo pública una declaración en la que admitió que su película 2.000 Mules, que afirmaba que las elecciones de 2020 le fueron robadas a Donald Trump, se produjo «sobre la base de información inexacta». También se disculpó con un hombre de Georgia que demandó a D'Souza y otros productores por difamación por acusaciones falsas de manipulación de urnas.
La cuestión es que el libro 2.000 mulas: la conspiración contra el rey, en el que está basada esa película, es obra de Kash Patel. El libro repite muchas de las mismas afirmaciones falsas hechas en la película, de la que la productora de D’Souza Salem Media Group se retractó en mayo de 2024.