Alberto Núñez Feijóo sufre a una creciente crítica por su ambigua postura en materia de política migratoria. Los interrogantes sobre si defenderá los derechos humanoso si seguirá cediendo a las presiones de la ultraderecha, liderada por Santiago Abascal, se multiplican. La falta de claridad del líder del Partido Popular (PP) respecto a la reforma de la ley migratoria pactada con el Gobierno de Canarias, donde el PP gobierna, alimenta esta incertidumbre.
Un líder bajo sospecha
La indecisión de Feijóo en temas migratorios ha suscitado dudas sobre su verdadero compromiso con los derechos humanos. En un contexto donde la política migratoria exige una postura firme y ética, Feijóo ha evitado posicionarse claramente. En lugar de apoyar la reforma que busca mejorar las condiciones de los migrantes, ha mostrado una preocupante cercanía a las ideas de la ultraderecha de Vox. Esta actitud plantea serios interrogantes sobre sus prioridades y valores.
Feijóo parece más interesado en captar el voto de la ultraderecha que en defender principios democráticos. Al mantener un discurso similar al de Abascal, no solo atrae a los votantes de Vox, o al menos eso pretende, sino que también adopta su tono y sus formas. Esta táctica, aunque políticamente calculada, tiene consecuencias graves para la cohesión social y los derechos de las minorías en España.
El riesgo de mimetizarse con Vox
La estrategia de Feijóo de hablar y actuar como la ultraderecha no solo refleja un intento de ampliar su base electoral, sino que también indica una clara deriva hacia la radicalización. Esta mimetización con Vox podría llevar al PP a perder su identidad y a desdibujar las líneas entre un partido conservador tradicional, cada vez más ultra, y uno de extrema derecha. La adopción del lenguaje y las tácticas de Vox puede servir para consolidar a corto plazo su liderazgo, pero a largo plazo, erosiona los valores democráticos fundamentales.
La falta de un rechazo contundente a las políticas discriminatorias y excluyentes de Vox es una señal alarmante. En lugar de buscar un consenso amplio y ético en política migratoria, Feijóo está dispuesto a sacrificar principios por conveniencia electoral. Esta tendencia no solo pone en riesgo los derechos de los migrantes, sino que también amenaza la convivencia democrática en España.
Un dilema decisivo
Feijóo se encuentra en un dilema que definirá su liderazgo y el futuro del PP. Optar por una política basada en derechos humanos y justicia social, o seguir coqueteando con la ultraderecha, lo que tendrá repercusiones significativas. La política migratoria es un terreno que requiere valentía y claridad, dos cualidades que hasta ahora Feijóo no ha demostrado de manera convincente.
España necesita líderes comprometidos con la inclusión y la dignidad humana, la postura de Feijóo resulta decepcionante, para algunos al menos. El líder del PP debe decidir si se alineará con los principios de una democracia que respeta y protege a todos sus ciudadanos, o si continuará cediendo terreno a una retórica de odio y exclusión.
Feijóo, en su búsqueda de poder, tiene la oportunidad de mostrar un liderazgo que trascienda las divisiones partidistas y priorice el bienestar de todos. Sin embargo, cada día que pasa sin una postura clara, cada palabra que resuena como eco de la ultraderecha, y lleva a España un paso más lejos de los valores que deberían sostener su democracia.