El líder del PP, que se cree que es el único legitimado para gobernar España, cuando no tiene la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados ni los apoyos suficientes para obtenerla, no es una persona que destaque por su coherencia. Ya ha dado demasiados ejemplos.
Fue glorioso aquel en el que en un acto del PP afirmó que la política no era rentable ni permitía lujos, poniendo como ejemplos los coches de determinados cargos o empresarios, cuando se descubrió un incremento patrimonial de 600.000 euros en dos años, dinero que, por cierto, la mayoría absoluta del PP en Galicia impidió que se supiera el origen del mismo, según publicó elDiario.es.
Ahora lo ha vuelto a hacer con un tema mucho más delicado y doloroso: la violencia de género. Desde que es presidente nacional del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo ha pactado en comunidades autónomas y ayuntamientos con Vox, el partido de extrema derecha negacionista de la violencia de género. Si el Jefe del Estado le nombrara candidato para la investidura, Feijóo volverá a aceptar el apoyo de la formación de Santiago Abascal.
Sin embargo, y ante un nuevo repunte de los asesinatos de mujeres, Alberto Núñez Feijóo afirmó en Twitter que «otra víctima más de la violencia de género en Almería. Dos casos más investigados en Córdoba y Tenerife. Más que nunca, son necesarias políticas efectivas que terminen con esta lacra, que sumaría 3 casos en sólo 24 horas y 35 en lo que llevamos de año».
Entonces, ¿a qué Feijóo hay que creer, al que permite que se elimine el concepto de violencia de género de las instituciones porque Vox lo exige o al que se preocupa por el repunte de asesinatos de mujeres por parte de sus parejas?
¿A qué Feijóo hay que creer, al que no duda en prometer que eliminará el Ministerio de Igualdad o al que pide medidas efectivas?
¿A qué Feijóo hay que creer, al que promete bajar los impuestos a las rentas bajas o al que se rodea de lobistas, banqueros, empresarios, jueces y abogados que forman una especie de élite en la sombra para controlar la democracia en favor de sus intereses?
Si en un tema tan delicado, si ante una lacra que ya ha provocado desde el año 2003 más asesinatos que ETA en medio siglo, Feijóo ni sube ni baja o sólo actúa en función de lo que le interese en un momento determinado, está claro que el presidente nacional del Partido Popular no es un político de fiar, porque nunca lo ha sido.