A los dirigentes del Partido Popular con su presidente, Alberto Núñez Feijóo al frente, se les llena la boca de acusaciones de corrupción contra el PSOE, pero luego no dudan en meter en la comisión organizadora de su congreso a la vicepresidenta de la asamblea de Madrid y estrecha colaboradora de Isabel Díaz Ayuso, Ana Millán, ex alcaldesa de Arroyomolinos de cuyas andanzas Diario 16 ha dado buena cuenta y que se encuentra imputada por la jueza de primera instancia número 6 de Navalcarnero. De momento se ha librado de tener que comparecer en el juzgado porque un controvertido magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Francisco Goyena, el que rechazó la querella contra el juez Peinado y mandó al Supremo la del fiscal general del Estado, considera que no está suficientemente probada la comisión de delitos cuando era alcaldesa. Ha rechazado los informes de la Guardia Civil y ha pedido a su compañera que siga indagando los hechos. Viene a decir, más o menos, que deje de molestarle con investigaciones “incompletas”. A pesar de ello, Millán no ha perdido la condición de investigada, pero sigue ejerciendo como número tres del Partido Popular madrileño sólo por detrás de su amiga y del todopoderoso Alfonso Serrano, el confidente de la lideresa que Núñez Feijóo ha escogido como “maestro de ceremonias” de esa magna asamblea de la organización que pretende convertirse en una especie de plataforma electoral.
La protagonista de este nuevo episodio de corrupción se frota las manos porque, por unos u otros, sigue sin estar procesada a pesar de que existen serias sospechas de que presuntamente cometió delitos de tráfico de influencias, cohecho y prevaricación, primero cuando era la concejala responsable de deportes y, posteriormente, como alcaldesa. Ana Millán no solo tiene cuentas pendientes con la justicia en Navalcarnero. Fue imputada, por primera vez, en el caso Púnica. Comoquiera que los delitos que se habían incluido en esa instrucción habían prescrito, el instructor de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, decidió remitir los indicios que quedaban por investigar al juzgado de Navalcarnero. En un auto, García Castellón decía que “es especialmente particular la circunstancia de que se produzcan comidas o reuniones directas entre la concejala responsable, Ana Millán, y el futuro adjudicatario, José Luis Huerta Valbuena. Tales hechos hacen presumir, al menos con la fuerza necesaria que justifica la instrucción penal, la evidencia de un posible delito continuado de prevaricación administrativa”.
La UCO comenzó la investigación cuando unos colaboradores de Millán intentaban destruir unos correos electrónicos cuya copia escrita llevaban en unas bolsas de basura. Fueron sorprendidos por los nuevos ediles de Ciudadanos que se hicieron cargo del equipo de gobierno en 2016. La denuncia puesta en la fiscalía Anticorrupción terminó por convertirse en una investigación en un juzgado local cuatro años más tarde, una vez se constató que los hechos presuntamente delictivos no estaban directamente relacionados con el caso Púnica, como creían los denunciantes, y que no estaban prescritos.
Cuando era concejala de Cultura y Deportes del Ayuntamiento pagó, presuntamente, más de 675.000 euros de manera irregular en la organización de eventos y festejos de la localidad. El beneficiario fue un empresario, José Luis Huerta Valbuena, dueño de la empresa Waiter Music, que obtuvo contrataciones para organizar eventos lúdicos en varias localidades madrileñas y que acabó siendo investigado en la operación Púnica.
Pero cuando comienzan a detectarse las irregularidades objeto de la actual investigación judicial es cuando Millán asciende a la alcaldía. Allí conoce al dueño de Grupo Educativo, Francisco Roselló, una de cuyas empresas, Neverland, se convierte en la entidad que servirá de vehículo para cometer las operaciones irregulares que han acabado en el juzgado. Un empleado de la empresa declaró que era el titular del alquiler de un ático propiedad de la alcaldesa por el cual pagaba una cantidad cuyo receptor, en primera instancia, era su jefe, el dueño, Francisco Roselló, quien, luego a su vez, se la retornaba a Millán multiplicada por dos. A estas alturas nadie ha podido explicar por qué, si el alquiler era de 500 euros, Millán recibía 900 que, además, no entregaba el inquilino sino una persona beneficiaria de adjudicaciones municipales. Porque a Grupo Educativo, el Ayuntamiento le abonó 51.164,67 euros que nunca llegaron a justificarse. Eso que se sepa. La hermana de Millán fue contratada por Neverland con un sueldo de 88.642,42 euros anuales. La pareja de la alcaldesa también fue colocada por Roselló. Sueldo de 37.508,74 euros anuales como conserje en una UTE (Unión Temporal de Empresas).
Si no hubiese sido por el juez Goyena, Ana Millán ya estaría procesada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. No puede hablar, todavía, de haberse librado de las responsabilidades penales que se la imputan porque la sigue investigando la jueza Lidia Prada. Pero ello no supone ningún obstáculo para que se la haya designado como vocal de la comisión organizadora del Congreso del PP que se celebrará en julio próximo.
Además, Isabel Díaz Ayuso ha logrado que su más estrecho colaborador esté al frente del equipo que marcará las pautas del congreso. Alfonso Serrano es un “halcón” que deja corta a su jefa a la hora de opinar públicamente sobre el gobierno progresista. Hace unos días tuvo un importante encontronazo en el Senado con el ministro Oscar López, quien compareció en la comisión de la cámara alta para informar de la actuación de José Luis Ábalos siendo presidente de los paradores nacionales. Se le atribuye la estrategia del novio de Diaz Ayuso, Alberto González Amador, en materia de querellas Hubo un encuentro, captado por fotógrafos, en una cafetería del aeropuerto de Barajas, en el cual Serrano y González Amador conversaban con varios documentos sobre la mesa, mientras los medios especulaban sobre el contenido de esa reunión y su posible vinculación con la estrategia de defensa del empresario.
Su designación como presidente de la COC, así como el de Millán como vocal, se interpreta como una concesión de Núñez Feijóo al ayusismo con cuya lideresa intenta crear una alianza que asegure su supervivencia como jefe de la formación pase lo que pase en las convocatorias electorales. Y todo ello, a pesar de que el día que vuelva a hablar de corrupción en el PSOE puede haber alguien que le diga que elige a una imputada por el mismo motivo.