La reforma laboral de Sánchez sólo ha cambiado el nombre a la temporalidad y a la precariedad

Si el volumen de contratos indefinidos que se han firmado se hubiesen traducido en puestos de trabajo estables España tendría pleno empleo

02 de Agosto de 2022
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Precariedad Construcción

Los datos del paro registrado son perfectos para dar grandes titulares o para engordar los argumentarios propagandísticos de los partidos políticos, tanto para los que gobiernan como para los que están en la oposición. Las cifras publicadas hoy por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) son una muestra de ello.

El gobierno de Pedro Sánchez, a pesar de que el paro ha subido en plena época vacacional, tirará cohetes y repetirá hasta la saciedad el mantra de que la reforma laboral ha propiciado un importante incremento de los contratos indefinidos. Sin embargo, un análisis profundo de las cifras oficiales demuestra que, en realidad, lo único que ha cambiado es la nomenclatura de los contratos, un maquillaje lingüístico que no puede ocultar que la temporalidad y la precariedad del mercado laboral español siguen protagonizando la creación de empleo.

La realidad en España es que firmar un contrato indefinido no es sinónimo de estabilidad en el empleo. El paro registrado de julio así lo demuestra, dado que se ha dado un incremento del 0,11% respecto a junio con 3.230 desempleados más.

Para alcanzar esa cifra ha sido necesaria la firma de 1.655.515 contratos, de los cuales 685.992 son indefinidos con más de un tercio de fijos discontinuos. Es decir, que la cifra de esta modalidad contractual se ha multiplicado por 10 respecto a julio de 2021.

Fuente: SEPE

Desde que se aprobó la reforma laboral «Zero» de Pedro Sánchez, si el volumen de contratos indefinidos que se han firmado se hubiesen traducido en puestos de trabajo realmente estables, ahora mismo España tendría pleno empleo. Sin embargo no es así. Si eliminamos los fijos discontinuos y los contratos para personas con discapacidad, el total de relaciones laborales indefinidas firmadas en julio asciende a 557.655 y, aun así, sigue subiendo el paro.

Este dato indica claramente que los trabajadores en España siguen siendo, de facto, temporales independientemente de la denominación que se dé al contrato que firma con la empresa que le contrata. La realidad es que un trabajador puede firmar varios contratos indefinidos en el mismo mes. Mientras el despido siga igual de barato en España, hecho que es consecuencia de la reforma laboral de Pedro Sánchez, de nada servirá que un contrato se llame indefinido cuando tiene una duración de días o de una semana.

Las mujeres, las más castigadas

Continuando con el análisis de los datos oficiales del SEPE, se puede comprobar cómo entre los hombres el paro bajó en el mes de julio, mientras que las mujeres fueron duramente castigadas en el mercado laboral. Esto se traduce en que el paro femenino ya se acerca al 60%. De esto no hablarán los voceros monclovitas.

Una posible explicación a estas cifras puede ser la destrucción de 115.000 puestos de trabajo en Educación, un sector en que se siguen destruyendo contratos en el fin de curso para volver a formalizarse en el mes de septiembre. Esta práctica, que tampoco fue prohibida en la reforma laboral de Pedro Sánchez, seguirá produciéndose en el futuro con la incorporación de estos trabajadores y trabajadoras a la categoría de fijos discontinuos. Seguirán siendo empleados temporales con dos meses en el paro y cobrando su prestación de desempleo, pero en las estadísticas constarán como contratos indefinidos.

Fracaso de la reforma laboral

Cada mes se certifica que la reforma laboral «Zero» de Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y los sindicatos mayoritarios es un verdadero fracaso más allá de las estadísticas y la propaganda monclovita.

El gobierno autodenominado «el más progresista de la historia» debe dejarse de miedos y en el tiempo que resta hasta diciembre de 2023 ha de afrontar una reforma laboral con calado real y las condiciones laborales y salariales de las clases medias y trabajadoras. Y, sobre todo, saber venderlo a quien realmente gobierna el mundo.

El dinero es cobarde y un cambio radical, como el que necesita el mercado laboral español, puede generar una incertidumbre inicial entre los poderosos. Sin embargo, una reforma del mercado de trabajo que cree verdadero empleo estable que fortalezca los sectores empresariales terminará redundando en el medio plazo en un incremento de los beneficios de las grandes empresas y, en consecuencia, de las grandes fortunas que son, al fin y al cabo, las que realmente gobiernan.

La reforma laboral de Sánchez ha fracasado porque lo único que ha hecho es cambiar de nombre a la precariedad y la temporalidad, hecho que está corroborado por los datos oficiales.

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