La Unión Europea y Australia inician una guerra frontal contra la evasión fiscal de las multinacionales

07 de Junio de 2023
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Evasion impuestos

Las nuevas y estrictas normas de transparencia australianas y europeas para las empresas multinacionales están preparadas para reavivar el debate sobre cómo cumplen con sus obligaciones fiscales país por país.

Tanto el gobierno australiano como los estados miembros de la Unión Europea tienen hasta fines de junio para implementar leyes que requerirán que las corporaciones globales informen detalladamente sobre sus operaciones y divulguen los impuestos que pagaron en cada país donde realizan negocios.

La legislación australiana, que pronto será votada por los legisladores del país, se aplicará a las empresas que operan allí y que tienen ingresos anuales de más de 1.000 millones de dólares australianos (621,23 millones de euros), independientemente de dónde tenga su sede la empresa.

Los líderes corporativos han criticado los planes que les exigen informar sobre el número de empleados, las actividades comerciales principales, los ingresos, los activos (incluidos los intangibles), los impuestos pagados y la tasa impositiva efectiva de la empresa en cada país donde operan.

En la Unión Europea, donde hay implantados varios paraísos fiscales en los que se domicilian las principales multinacionales del mundo, los estados miembros tienen hasta finales de junio para comenzar a implementar esquemas públicos de declaración de impuestos país por país, según lo dispuesto por una directiva de la UE.

Las leyes de la UE no son tan amplias como las australianas, lo que alimenta las preocupaciones de los grupos empresariales de que el esquema de informes de Australia obligaría a las empresas a publicar información comercialmente confidencial.

Los sicarios del capital inician su campaña de miedo

Las grandes corporaciones tienen a su servicio a sicarios que pretenden evitar que los gobiernos implementen leyes que endurezcan las condiciones para que las multinacionales continúen evadiendo impuestos por valor de más de un billón de dólares al año.

Tras la aprobación de las leyes en Australia, el Financial Review advirtió que los expertos señalaban que las empresas pueden pensarse dos veces antes de hacer negocios en Australia para evitar divulgar información financiera confidencial. En concreto, se cita a un ejecutivo de la auditora RSM, que advierte de que «las entidades divulgadoras podrían enfrentar un daño sustancial a su posición competitiva, particularmente si sus competidores no están sujetos a un régimen similar. La transparencia es importante, pero no debería ser a expensas de la competitividad global de Australia».

En Estados Unidos, el Consejo de Negocios Internacionales y el Consejo Nacional de Comercio Exterior emitieron sendos documentos, a los que Diario16 ha tenido acceso, en los que, directamente, amenazan a Australia de que las nuevas leyes iban demasiado lejos y que pagarán las consecuencias.

Un abuso fiscal de más de medio billón de dólares en 2022

El abuso fiscal internacional de las grandes fortunas, las multinacionales y las grandes corporaciones nacionales le cuesta al mundo, según diferentes estimaciones de organismos internacionales, más de medio billón de euros en ingresos perdidos cada año. 

Aunque los países de la OCDE pierden la mayor parte de esa suma, son los países en desarrollo y pobres los que pierden la mayor parte de sus ingresos fiscales, y para quienes eso se traduce más directamente en la pérdida de servicios públicos de los que la gente depende de manera crucial. 

Sin embargo, la OCDE no ha logrado implementar reformas fiscales que sean efectivas incluso para sus miembros y no permitió una representación significativa para los no miembros. Además, la OCDE también ha fallado en su administración de un bien público global clave, en forma de datos que son críticos para que los países comprendan y combatan el abuso fiscal.

Los grandes despachos de abogados, sicarios de la evasión fiscal

Ahora estamos viviendo la «edad de oro de la evasión fiscal», gracias tanto a la creciente concentración de la riqueza como a la expansión de la industria de defensa de la riqueza, una clase que se centra en la evasión fiscal agresiva y la sucesión dinástica de la riqueza. Las personas más ricas del planeta y las multinacionales tienen secuestrados más de 30 billones en todo el mundo, dinero que los países podrían estar gravando e invirtiendo para ampliar las oportunidades para todos los demás.

Estados Unidos, por ejemplo, se ha convertido en un paraíso fiscal de primer nivel gracias en parte a la manipulación de la ley de fideicomisos. Estos productos son un eje en el aparato de ocultación de riqueza. Son un sistema de propiedad anticuado que los habilitadores profesionales han transformado y manipulado para satisfacer las necesidades de sus clientes millonarios.

La industria de defensa de la riqueza ha presionado para que se cambien las leyes de fideicomiso. Estos abogados fiscales y asesores patrimoniales proclaman que están ayudando a sus clientes a obedecer la ley. Pero están redactando activamente nuevas leyes y presionando para que se instalen.

Los gobiernos estatales de Nevada y Dakota del Sur, destino global para los fideicomisos de la casta multimillonaria, están trabajando juntos para convertirse en el «Delaware del Oeste», atrayendo la formación de corporaciones y no cobrando impuestos corporativos o sobre la renta. 

Nevada también extendió su legislación estatal contra las perpetuidades para que los fideicomisos puedan existir por 375 años y sin la obligación de informar de los beneficiarios. El estado está trabajando para mantener sellada la información sobre los fideicomisos, aprobando una ley en 2009 para eximir a los documentos de las empresas fiduciarias de la divulgación pública. 

Es posible que sean el único estado que no coopera con el Servicio de Impuestos Internos (IRS), la Agencia Tributaria de los Estados Unidos, para compartir datos, un vestigio del secretismo del estado en torno a la industria del juego. Mientras tanto, California es todo lo contrario, con impuestos corporativos y sobre la renta progresivos y sin manipulaciones exóticas de la ley de fideicomisos.

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