Mientras Pedro Sánchez continúa en su reflexión sobre si dimitir o no. Mientras el pedrismo nacional está llegando a Madrid para la manifestación de apoyo al presidente del gobierno (una concentración de culto al líder que recuerda demasiado a lo que sucedía en el pasado, exactamente igual a otras celebradas en otros partidos del otro lado ideológico). Mientras todo esto sucede, llegan los datos de empleo para volver a dar un baño de realidad a la propaganda monclovita.
No se trata de cifras de un estudio realizado por un think tank de una gran empresa, son los datos del propio Estado y, una vez más, han sido catastróficos. No se trata sólo de que la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre haya señalado una subida del paro de 117.000 personas y un descenso de 139.700 puestos de trabajo, los peores datos desde 2020, y eso que ha habido campaña de Semana Santa a finales de marzo. Este dato es demoledor: sube el paro con menos activos
Sin embargo, la calidad del empleo se está desplomando. Este fenómeno se confirma no sólo con la EPA, sino también con las cifras de paro registrado. La reforma laboral de Pedro Sánchez no ha servido para frenar la precariedad del empleo que se crea en España. La propaganda monclovita y de los sindicatos firmantes de la reforma laboral tiene como mantra que nunca se habían firmado tantos contratos indefinidos. Esa es una trampa dialéctica porque las cifras oficiales demuestran lo contrario.
Sin embargo, en EPA del primer trimestre no hay que fijarse sólo en lo cuantitativo para calificar de desastre la política laboral del actual gobierno, sino que lo cualitativo es demoledor. No sólo ha subido el paro, sino que se destruyeron 200.000 empleos a tiempo completo. Por otro lado, sólo se han creado 60.000 a tiempo parcial. Más parados y se trabajan menos horas. Esto implica salarios más bajos y dificultades para sobrevivir.
A pesar de la evidencia, la propaganda monclovita y la del PSOE no hacen más que bombardear con que baja el paro, que hay más cotizantes. Sin embargo, cuando se hace un análisis serio y profundo de las cifras oficiales tanto del Instituto Nacional de Estadística como del SEPE, nos damos cuenta de que el empleo que se crea es tan precario que no da para sobrevivir. ¿Cómo no va a haber colas del hambre? Esta realidad, por sí misma, es causa de dimisión inmediata del presidente del Gobierno. No hacen falta 5 días para reflexionar.
Otra de las realidades que muestra la EPA es que la España de Pedro Sánchez se acerca al millón de hogares con todos sus miembros en paro, con un descenso de cerca de 110.000 de las familias en las que todos los miembros tienen un puesto de trabajo. Esto, en un escenario económico inflacionario que provoca la pérdida de poder adquisitivo, deriva en una bajada de la natalidad, en la inaccesibilidad al mercado del alquiler o a la compra de una vivienda, además de graves carencias en la alimentación.