Pedro Sánchez llegó al poder con la promesa de que iba a derogar la reforma laboral y que, a raíz de esa derogación, se iba a mejorar la calidad del empleo que se creara por la reducción de la temporalidad y la precariedad. No ha cumplido ninguna de esas promesas, más allá de los mensajes propagandísticos que se pretendan dar desde PSOE, Sumar y los sindicatos firmantes de la presunta reforma laboral aprobada, no lo olvidemos, gracias a un voto del Partido Popular.
La reforma laboral de Sánchez fue calificada en su momento como «la mayor estafa a la clase trabajadora». Quienes lo afirmaron, no se equivocaban, puesto que la situación no ha mejorado mucho respecto al escenario del gobierno existente con Mariano Rajoy.
No hay más que hacer un análisis profundo de los datos del paro registrado publicados por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) para verificar que la calidad el empleo que se crea en España está en caída libre.
Siempre es una buena noticia que baje el paro, pero, con las cifras oficiales en la mano, los resultados del mes de marzo no son para generar el optimismo y la autocomplacencia que se demuestra en la propaganda tanto del PSOE como de Sumar y los sindicatos firmantes de la reforma laboral.
En primer lugar, el paro registrado ha bajado en 33.405 personas, pero esta cifra es un 31,4% menor que hace un año, en una época en la que la contratación se incrementa por la Semana Santa. Incluso, la firma de contratos se ha reducido en un mes en el que, por la estacionalidad, debería haber subido. En concreto, se ha reducido en un 1,22% respecto a febrero y 14,57% interanual.
Por otro lado, para que el paro baje en 33.405 personas ha sido necesaria la firma de 1,12 millones de contratos, lo que da una idea real de la precariedad y la temporalidad que aún persiste en el mercado laboral español.
La realidad que muestran los datos oficiales es que se está creando empleo que formalmente es indefinido pero que, en realidad, son puestos de trabajo que se destruyen a los pocos días. Además, se está abusando de las jornadas parciales cada vez más cortas que derivan en salarios imposibles para sobrevivir.
Las cifras oficiales muestran cómo se está incrementando el número de parados de larga duración, lo que demuestra cómo la rigidez del mercado laboral afecta a un mayor número de colectivos, sobre todo a los mayores de 40 años.
Respecto a los contratos indefinidos, que son la bandera de este gobierno de las muchas palabras y la nula efectividad (las organizaciones suelen ser el reflejo de su líder), se constata la reducción de la contratación a tiempo completo. Esto demuestra que en España no se está creando nuevo empleo, sino que se está troceando el que hay y, si ya era precario, el nuevo es cercano a la indigencia.
Como se puede comprobar en esta tabla extraída directamente del SEPE, en el ámbito de los contratos indefinidos se produce un descenso en todas las categorías, tanto respecto al mes de febrero como a marzo de 2023.
Respecto a los temporales, el contrato estrella sigue siendo el más precario: el de «Circunstancias de la Producción», que suelen ser por horas o por pocos días, y suma prácticamente la misma cantidad que el total de indefinidos.