El pleno del Consejo General del Poder Judicial de este miércoles no sólo ha servido para cerrar, definitivamente, la votación sobre las presidencias de la sala segunda de Lo Penal y tercera de Lo contencioso-Administrativo cuyas candidaturas han sido devueltas a la Comisión de Calificación que deberá presentar una nueva terna. Además, se ha pronunciado también sobre otras plazas vacantes, y en tres de ellas (el adjunto a jefe del Servicio de Inspección y dos plazas de inspector delegado), han salido adelante los candidatos del bloque conservador gracias al voto de la presidenta, Isabel Perelló, y del consejero propuesto por Sumar, Carlos Hugo Preciado.
Esta decisión ha causado gran malestar entre los progresistas. Parte de este grupo, próximo a Sumar, afirma estar molesto por “los resultados desastrosos” de los negociadores y por la actuación de este vocal al margen de sus compañeros. La ruptura del bloque progresista es evidente y beneficia a los conservadores que, de ahora en adelante, tendrán más posibilidades de sacar adelante sus propuestas. El CGPJ se convierte, de esta manera, en la correa de transmisión de la derecha judicial gracias al desastroso acuerdo de renovación al que llegaron Félix Bolaños en nombre del PSOE y Esteban González Pons por el PP. Ni siquiera hará falta la presentación de una nueva candidatura para cubrir las presidencias de las dos salas más importantes porque son las que resuelven los recursos en materia de corrupción y aforados, y la actividad pública. Los conservadores sacarán adelante a Martínez Arrieta para la sala de Lo Penal y a Pablo Lucas en la de Lo contencioso Administrativo.
La presidenta del consejo, Isabel Perelló, no esperó más. La negociación entre progresistas y conservadores para elegir a los presidentes de las salas del Supremo se encontraban bloqueadas y optó por someter al pleno la correspondiente votación. Se produjo empate porque ella votó en blanco, y así hasta tres veces más tal y como señala el reglamento. Por lo tanto, las candidaturas se devuelven a la Comisión de Calificación que deberá efectuar una nueva propuesta. Casi con toda probabilidad será la misma. Ana Ferrer y Pilar Teso por los progresistas y Andrés Martínez Arrieta y Pablo Lucas a cuenta de los conservadores. Y volverá a suceder lo mismo por lo que estos dos últimos seguirán ejerciendo la presidencia en funciones, y así hasta que se jubilen dentro de algo mas de un año. El bloque de la derecha seguirá controlando las dos salas y en el seno del órgano de gobierno de los jueces vuelve a plantearse una circunstancia de bloqueo cuando todo parecía que esos tiempos en los que los cargos judiciales se mantenían en funciones durante largo tiempo habían concluido.
Pero lo más grave no es eso. En la votación para elegir segundos niveles del organismo se produjo la sorpresa. Perelló y un vocal propuesto por Sumar, que se incluyó en la lista de Bolaños, votaron con los conservadores. Se constata que el bloque progresista se ha roto. De la presidenta era de esperar. Se la eligió por “su talante dialogante” que parece haber ido más lejos de lo previsto en principio. En ámbitos judiciales cuestionan el progresismo de la Perelló a pesar de su proximidad a Juezas y Jueces para la Democracia.
Pero lo que nadie esperaba es la postura del vocal Carlos Hugo Preciado. Magistrado de la sala de Lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, es experto en materia laboral. Fue un significado sindicalista hasta que se presentó a las oposiciones a la judicatura en 2005. Y siempre se le ha considerado muy próximo a la vicepresidenta Yolanda Díaz. Por eso mismo, en la dirección de Sumar esta votación ha caído como un jarro de agua fría generando gran malestar en el seno de la formación. Ya de por sí son evidentes las diferencias en el gobierno como para que encima estas se manifiesten en las instituciones.
Se veía venir el acercamiento de Preciado al bloque conservador. Últimamente se había apartado de sus compañeros y se había quedado solo. Dicen que este juez mantiene una actitud posibilista y pragmática bastante parecida a la de Margarita Robles en su última etapa como vocal del CGPJ. En palabras llanas, son personas que van por libre y eso lo han sabido aprovechar los conservadores que también tantean a otros miembros del bloque progresista de momento sin éxito. Si los conservadores lograsen atraer a un segundo vocal estarían en condiciones de imponer sus resoluciones ya que, con el voto de Perelló, tendrían los 13 necesarios para sacar adelante sus iniciativas.
La incógnita que se abre, ahora, es saber si este episodio acaba por generar mayores dificultades para alcanzar consensos en futuros nombramientos clave u otras decisiones institucionales que hasta ahora se han tomado por unanimidad. Respecto a las designaciones pendientes en el Supremo los progresistas insisten en que sus candidatas representan la paridad que exige la ley y que deben ser nombradas dos mujeres ya que más del 50 por ciento del colectivo judicial son del sexo femenino. Los progresistas lanzan una advertencia a Perelló: “si no hubiéramos tenido esa determinación, ella no sería presidenta”.
Desde Diario16+ se ha advertido en reiteradas ocasiones que el mal acuerdo alcanzado por el PSOE y el PP para renovar el Consejo General del Poder Judicial y para nombrar presidenta a la Perelló iba a tener estas consecuencias. La derecha judicial tiene ganada la batalla en el máximo órgano de gobierno de los jueces. Va a seguir controlando las salas del Supremo claves para seguir desarrollando esa estrategia de acoso y derribo al gobierno progresista desde la judicatura. Porque todo el mundo sabe que Martínez Arrieta hará lo que le diga el ultraconservador, Manuel Marchena, que seguirá mandando en la sombra, y Lucas seguirá dilapidando su fama de “progresista” con ponencias que acorralan al poder ejecutivo. Y, encima van a contar con Isabel Perelló.