“El operativo ha colapsado. Dicen que no necesitamos más efectivos. ¿Cómo que no los necesitamos? Los bomberos están ya en fase de fatiga y eso puede ser muy peligroso”, asegura a la cadena Ser una fuente sindical sobre la ola de incendios que arrasa Castilla y León.
Mientras en Zamora sigue activo el que puede ser el mayor incendio de la historia de España, con más de 35.000 hectáreas arrasadas, el Gobierno de Mañueco parece totalmente desbordado. Anoche numerosos incendios con cientos de hectáreas calcinadas seguían avanzando sin que el operativo del Ejecutivo autonómico pudiera atenderlos. La falta de personal es alarmante y se está demostrando ahora, tras años de incompetencia, falta de planes de prevención y nula coordinación entre las diferentes brigadas y unidades. “Esto es la consecuencia del modelo de planificación flexible, que quiere decir que atendemos incendios pequeños, pero cuando se lía muy parda nos vemos desbordados”, añade la misma fuente.
Al desastre en la prevención, hay que añadir la lentitud en tomar decisiones por la cadena de mando. El Gobierno de Mañueco podría solicitar la intervención de fuerzas europeas a través del Estado español, pero se resiste a hacerlo. El Gobierno del PP cree que puede solventar la mayor crisis medioambiental de la historia (con miles de personas evacuadas de sus casas) por sí mismo. Pero no es posible. La magnitud de los incendios de sexta generación es tal que no hay manera de abordarlos con la planificación actual. Los incendios se apagan en invierno, dicen los expertos, lo cual supone que se debe trabajar en la prevención de cara al verano. ¿Cómo? Limpiando de arbustos y despojos los montes (el exceso de maleza actúa como combustible catalizador, convirtiendo los bosques en auténticos polvorines); invirtiendo más en bomberos y vehículos; evitando las privatizaciones y subcontratas y planificando una actuación coordinada entre las diferentes administraciones municipales, autonómicas y centrales. Nada de eso se ha hecho. “Dice Mañueco que ha gastado 74 millones desde el incendio de Sierra de la Culebra; no lo niego, pero desde luego no se han gastado donde se tenían que gastar”, afirma la fuente.
Y luego está la falta de responsabilidad de algunos políticos. La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) denuncia que el consejero de Medio Ambiente, el leonés Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha justificado su presencia en Gijón este domingo mientras Las Médulas ardían por los cuatro costados. “La mala costumbre de comer a mediodía, una costumbre que algunos cumplimos”, dijo para justificar su viaje del domingo a Asturias. “Tranquilamente a la Feria de Gijón a comer y disfrutar del día con otros dirigentes políticos, mientras los profesionales del operativo antincendios que se encontraban de vacaciones se incorporaban voluntariamente a sus puestos y responsabilidades, porque media Comunidad estaba ardiendo”, se lamentan las fuentes de CSIF.
CSIF, en un comunicado de prensa recogido por la agencia Ical, critica el silencio “incomprensible” del director general de Patrimonio Natural de la Junta. “Si hace unos días se le llenaba la boca hablando sobre el terrorismo medioambiental, queremos preguntarle qué calificativo pondría a las personas que tienen la responsabilidad de poner los medios necesarios para evitar que los incendios forestales adquieran estas temibles dimensiones y que deciden no hacerlo”.
El sindicato califica de “indignante, vergonzante y terrible” la actitud del consejero de Medio Ambiente de la Junta, que tan solo tres años después del incendio de Losacio (Zamora,) que se cobró varias víctimas mortales, se vuelva a registrar un escenario similar en León, Zamora, Palencia o Ávila, con un operativo “flexible que colapsa en el momento que se inician tres o cuatro fuegos a la vez. La historia se ha vuelto a repetir estos días, con vecinos desolados, ocho bomberos y agentes heridos, y un impacto devastador en el entorno natural, que nunca más volverá a ser igual”.
A su vez, denuncia que la escasez de recursos ha dificultado una respuesta adecuada a los fuegos del fin de semana, y un ejemplo es el incendio de Fasgar (León), que perteneciendo a una Reserva de la Biosfera se encontraba sin vigilante, y el camión no estaba operativo, advierte CSIF. Pero este no es un caso aislado, “llevamos meses denunciado en toda la Comunidad el cierre de los puestos de vigilancia, y que no se cubren las bajas en ninguno de los colectivos que trabajan en el operativo. La Junta ha eliminado más de 400 guardias para agentes medioambientales y conductores, además de la precarización laboral del personal de las cuadrillas privatizadas”.
En Guadalajara o Cataluña, ante desgracias ocurridas como consecuencia de los incendios forestales, se aprendió la lección y se mejoró radicalmente el servicio de extinción de incendios forestales, afirma CSIF a la citada agencia. “Sin embargo, en Castilla y León, después de muchas promesas solo se mejoró la parte privada del operativo. ¿Qué más tiene que pasar en esta Comunidad para que nuestros dirigentes políticos asuman la responsabilidad del caos que su gestión está provocando? Exigimos un operativo de incendios eficaz, bien dimensionado y público, con puestos cubiertos al cien por cien, con unas condiciones de trabajo y salariales dignas”.