En el contexto actual, la inteligencia artificial, y específicamente modelos como ChatGPT de OpenAI, se han convertido en actores significativos en la configuración y reconfiguración de narrativas globales. Con la capacidad de influir en la interpretación de datos históricos, sociales y políticos, estas tecnologías nos presentan el fin de la soberanía informativa de los Estados, modificando la manera en que se construyen y cuentan las historias nacionales.
Expansión Global y Control Ideológico
Actualmente, ChatGPT (solo chatGPT) cuenta con aproximadamente 200 millones de usuarios activos semanalmente, en todo el mundo, que serían aproximadamente todos los ciudadanos de la UE entre 18 y 64 años. La plataforma alcanza los 1.8 mil millones de visitas mensuales. Estos datos reflejan no solo su popularidad, sino también su potencial de influencia global en la forma en que las personas acceden y consumen información.
Se trata de un cambio de hábitos: “Ya no accedo a los medios para averiguar que pasa, se lo pregunto a ChatGPT”
Además, la mayoría de estos usuarios se encuentra en el rango de edad de 18 a 34 años, un grupo demográfico crucial que representa la próxima generación de líderes, influyentes y votantes. La adopción masiva por parte de este segmento pone en evidencia cómo la IA se está integrando profundamente en la vida cotidiana, modelando no solo opiniones, sino también conocimientos históricos y prácticas políticas.
La distribución regional de los usuarios también muestra la amplitud de su alcance: Estados Unidos, seguidos de la India y Brasil lideran en la cantidad de usuarios de pago, mientras que en Europa hay aproximadamente 1.5 millones de suscriptores a ChatGPT Plus, lo que evidencia su absoluta penetración en diversos mercados, sobretodo los emergentes. Los usuarios gratuitos se reparten en la misma proporcion.
Con esta expansión, OpenAI ha logrado imponer su narrativa en regiones de alta densidad poblacional, pero también ha encontrado resistencia en Estados con gobiernos más autoritarios.
Restricciones y Censura Estatal
A pesar de su creciente popularidad, varios países han bloqueado el acceso a ChatGPT como medida para proteger sus narrativas nacionales. China, por ejemplo, prohibió la plataforma para controlar la posible influencia externa y asegurar la comparación de contenidos que puedan desafiar la versión oficial del Partido Comunista. Otros países también han prohibido la plataforma totalmente, como Rusia, Irán, Corea del Norte, Cuba y Siria también han impuesto restricciones por razones similares, evitando que la inteligencia artificial occidental se convierta en un medio de diseminación de desinformación o contenido no autorizado que escape al control estatal. Otros estados permiten versiones “capadas” como las monarquías del golfo y países como Tailandia.
Estas acciones reflejan un intento de los gobiernos por mantener el poder sobre la historia que ellos mismos escriben y cuentan. Sin embargo, en países con menor censura, el acceso sin restricciones a ChatGPT y su popularidad masiva ha permitido que la plataforma se convierta en un nuevo medio de construcción de narrativas, muchas veces en conflicto con las versiones oficiales. Y es que la ideología del medio, es la ideología de quien paga su entrenamiemto y funcionamiento. Y ChatGPT no es diferente.
Pérdida del Control Narrativo de los Estados
La capacidad de ChatGPT para generar, reinterpretar y diseminar información a escala global pone en cuestión la soberanía narrativa de los Estados. Tradicionalmente, las naciones han ejercido un fuerte control sobre la educación, la cultura y los medios de comunicación como herramientas para preservar y transmitir una versión unificada de la historia y la identidad nacional. España es un buen ejemplo de esa lucha por imponer una versión sobre otra.
Sin embargo, la proliferación de plataformas como ChatGPT, con presupuestos mayores que muchos estados, operan fuera del alcance de cualquier regulación estatal. Con un tráfico de 1.8 mil millones de visitas mensuales y un promedio de 9 visitas semanales por usuario, tiene el potencial de influir masivamente en cómo se presenta y entiende la historia en diferentes contextos sociales y políticos.
La capacidad de la inteligencia artificial para aprender, adaptarse y ofrecer respuestas que se ajusten a narrativas específicas, según las preferencias de los usuarios o las directrices de las compañías que las operan, puede resultar en una manipulación masiva del conocimiento histórico.
Impacto Económico y Control del Discurso
Además del control narrativo, ChatGPT y otros servicios de OpenAI han alcanzado un impacto económico global significativo. En lo que llevamos de 2024, OpenAI ha generado 1.000 millones de dólares en ingresos, en gran parte gracias a las API y a suscripciones como ChatGPT Plus, que cuenta con 8 millones de suscriptores globales, muchos de ellos en Estados Unidos, India, Europa y Asia.
Esta influencia económica fortalece la capacidad de la compañía para expandir su alcance y, potencialmente, influir en políticas públicas y decisiones regulatorias que afectan el control de la información a nivel global.
Impacto en las Democracias
La expansión de ChatGPT y su capacidad para moldear narrativas tiene implicaciones críticas para las democracias, que hemos resumido en cuatro puntos:
- Manipulación de Información y Polarización Política: La capacidad de la inteligencia artificial para generar contenido adaptado a las preferencias de los usuarios puede resultar en un sesgo de confirmación, reforzando narrativas específicas y exacerbando la polarización política. En las democracias, que dependen de un flujo de información plural y equilibrado, esta manipulación puede erosionar la confianza en las instituciones y en el sistema democrático.
- Desigualdad en el Acceso a la Información: Aunque plataformas como ChatGPT democratizan el acceso al conocimiento, la versión premium (ChatGPT Plus) ofrece ventajas significativas que no están al alcance de todos, creando una brecha informativa que afecta la equidad en el acceso a la información en las democracias.
- Debilitamiento de Instituciones Tradicionales: En las democracias, las instituciones educativas, los medios de comunicación y las organizaciones de la sociedad civil juegan un papel esencial en la formación de la opinión pública. La expansión y aceptación masiva de plataformas de IA que pueden reescribir historias y moldear narrativas sin control institucional socava la autoridad y credibilidad de estas entidades.
- Influencia en Elecciones: La capacidad de ChatGPT para influir en la opinión pública podría ser aprovechada para manipular elecciones, afectando la legitimidad y la confianza en los procesos electorales.
No es preciso ir muy lejos para constatar que es, ya, un problema de primer nivel.
La inteligencia artificial, y en particular ChatGPT, ha superado las barreras que anteriormente limitaban la influencia ideológica de los Estados. Mientras que gobiernos autoritarios intentan mantener el control bloqueando estas plataformas, en gran parte del mundo, la narrativa ya no está en manos de los Estados, sino de compañías tecnológicas, con ideología USA, que poseen el poder de modelar la percepción histórica y social de cientos de millones de personas. La historia, una herramienta clave de poder, se está reescribiendo en servidores que escapan al control soberano, y los Estados deben adaptarse a esta nueva realidad o arriesgarse a perder por completo su influencia sobre la narrativa global.
Porque en los países donde se ha prohibido ChatGPT, se estan utilizando redes tunelizadas para poder acceder a la plataforma. No es una mayoría la que puede conectarse, pero de penetrar, las ideas penetran. Y esos estados, quedan en el lado oscuro de la historia.
En este contexto, la regulación y el control ético de estas herramientas emergen como temas cruciales en la agenda internacional, ya que la IA no solo transforma el presente y el futuro, sino que tiene la capacidad de rediseñar el pasado.