Por más que los aparatos de propaganda sanchista y monclovita, junto al ejército de palmeros sectarios, siguen afirmando que la reforma laboral aprobada por Pedro Sánchez está terminando con la precariedad en el empleo, las cifras oficiales dictan que está sucediendo todo lo contrario. El empleo que se crea es cada vez más precario, tanto en condiciones contractuales como salariales. Mientras tanto, los empresarios ven que, ante la falta de control y sanciones ejemplarizantes, los beneficios corporativos se disparan.
Las cifras del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que hay una peligrosa falta de dinamismo y una persistente precariedad en el mercado laboral de la España de Pedro Sánchez.
La figura contractual con la que el actual Ejecutivo ha pretendido terminar con la temporalidad es, en realidad, la herramienta que están utilizando los empresarios para perpetuarla. El fijo discontinuo, que antes de la reforma laboral de Sánchez tenía un alcance muy concreto, ahora se utiliza para encubrir contratos que antes eran temporales. Eso sí, es muy útil para los titulares de las estadísticas oficiales, dado que muestra un incremento de la contratación indefinida que, en realidad, no existe.
Según los datos del SEPE, los fijos discontinuos se han incrementado en un 15,9% respecto a 2023 y en más de un 30% a la etapa previa a la reforma laboral.
Enquistamiento del paro
Otro elemento que demuestra la falta absoluta de soluciones por parte de Sánchez para el mercado laboral es la elevadísima tasa de paro de larga duración. Las cifras del SEPE son incontestables: casi la mitad de los desempleados registrados en las oficinas de empleo llevan más de un año sin trabajo. El dato es aún más escalofriante en lo referente a que más del 30% no encuentran un puesto desde hace más de dos años.
Menor duración de los contratos
Los últimos datos de paro registrado de octubre mostraron que se habían formalizado más de 1,5 millones de contratos en ese mes. La contratación indefinida, de la que tanto alardea el gobierno Sánchez, se ha resentido y ha bajado más de un 45% respecto al año 2022.
Las cifras del SEPE demuestran que la mayoría de las contrataciones se hacen a tiempo parcial y un 40% de los temporales tuvo una duración inferior a una semana. Esta es la mayor evidencia de que hay una enorme rotación en el mercado laboral que deriva en un incremento de la precariedad.
Por otro lado, la duración de los contratos se está derrumbando respecto a las cifras de 2021. En concreto, según el SEPE, la media es de 48 días, 9 menos que antes de la reforma laboral.
Por otro lado, cerca del 60% de los contratos temporales que se firman en España tienen una duración inferior a los 30 días. Esto tiene un impacto brutal porque provoca cotizaciones y salarios muy bajos y, en consecuencia, redunda en peores condiciones de vida para las clases medias y trabajadoras.
Ante estas cifras, la Unión Sindical Obrera (USO) ha denunciado «la falta de claridad en las estadísticas oficiales y exigimos una revisión urgente de las metodologías empleadas por el SEPE para contabilizar tanto el paro como la ocupación real. Es fundamental que los datos de empleo reflejen la verdadera situación del mercado laboral para poder desarrollar políticas efectivas que reduzcan el desempleo y la precariedad. Además, instamos al Gobierno a poner en marcha políticas activas de empleo que mejoren la empleabilidad y aseguren condiciones laborales dignas para todos los trabajadores, especialmente aquellos en situación de mayor vulnerabilidad, como los parados de larga duración y los empleados con contratos temporales o a tiempo parcial».
Márgenes empresariales
Por su parte, el sindicato Comisiones Obreras (CCOO) ha señalado que los márgenes empresariales justifican la aceleración de las subidas salariales de todos los trabajadores.
Actualmente se están negociando cientos de convenios colectivos, tanto sectoriales como de empresa, y los representantes de los trabajadores se encuentran con el muro de las subidas de los sueldos. El caso más cruel es el del convenio de banca. Las entidades financieras están generando beneficios récord, pero la cuestión salarial ha sido uno de los obstáculos que la patronal más ha puesto a los sindicatos.
La realidad es que la rentabilidad de las empresas continúa aumentando y registran niveles récord en sus tasas de valor añadido bruto sobre ventas (24,5%) y en el margen bruto empresarial sobre ventas (14,5%). Esto es posible porque las ventas se mantienen pero se ha reducido el volumen de compras. Ese incremento del valor añadido se hace a costa de los consumidores (sociedad) al no trasladar la moderación del coste de los insumos.
Además, esto sucede en un escenario en el que, según CCOO, la productividad está creciendo, lo que genera una brecha con los salarios reales que perciben los trabajadores.